La historia del joven central que se prueba en un Superclásico

Daniel Gutiérrez (18) está viviendo su sueño de infancia. Las continuas suspensiones que han afectado a la zaga de Colo Colo impulsaron a Gustavo Quinteros a confiarle un puesto y el joven defensa no ha decepcionado. Y este domingo vivirá el que, sin dudas, es el mayor desafío que ha tenido en su breve carrera: acompañará a Maximiliano Falcón en la dupla de centrales que enfrentará el Superclásico ante la U.

Pese al meteórico ascenso de las últimas semanas, el ariqueño debió batallar desde niño para cumplir su objetivo de ser futbolista. "Empecé en un club oficial de Colo Colo en Arica de los cuatro a los ochos años y después me fui a una prueba masiva a la que fue Lizardo Garrido. Entre mil niños, elegían a cuatro. Cuando quedé, mi mamá habló con mis tíos que vivían en La Pintana para ir allá”, señaló en conversación con el sitio oficial del cuadro albo.

Una vez en el fútbol joven del 'Cacique', Luis Mena, histórico defensa multicampeón y encargado de la Sub 15 en aquel momento, incidió para que Gutiérrez fuera considerado: "Faltaba un jugador. No estaba jugando, no iba citado o iba a la banca. Él me subió y confió en mí, en ese momento se me abrieron las puertas y mis compañeros me apoyaron".

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Finalmente, la última gran noticia la recibió a inicios de este año, cuando le avisaron que tenía que presentarse a entrenar con el primer equipo, porque sería parte de la pretemporada. Gutiérrez aún no lo cree. "Los miraba en la tele y nunca pensé que iba a jugar con ellos. Esperaba horas afuera del estadio para sacarme una foto con ellos y ahora comparto camarín, es súper bonito", reveló en la misma conversación hace unas semanas.

Ahora, cargará con la responsabilidad de representar a una gran parte del país, hinchas del 'Popular', que esperan mantener la hegemonía sobre el conjunto universitario en el Estadio Monumental, un registro que se extiende casi a dos décadas. Será el más joven del 'Cacique', pero no el único: este Superclásico ha supuesto un relevo generacional, especialmente para los albos, que cuentan con un equipo que promedia 24,5 años.