"Jugué y dirigí en distintos países; no tengo nada que envidiarle a Marcelo Bielsa o Jorge Sampaoli"
A mediados de mayo, Hernán Godoy cumplió 80 años. "Recibí más de 300 llamadas. Quiere decir que me recuerdan con cariño", dice el DT, quien se niega al retiro.
Su último club fue San Marcos de Arica (2018), a mediados de mayo cumplió 80 años y se niega a dejar la dirección técnica. Es Hernán Godoy, popularmente conocido como Clavito, quien atiende el llamado de AS desde Quinta Normal. "Mi hija Yohana vive acá, y tengo tres nietos (son nueve en total)", cuenta el entrenador, cuya carrera inició en 1974, en el banco de Audax Italiano. Aquí, por cierto, el oriundo de San Félix no solo habla de fútbol, sino que también de la actualidad del país. En su estilo, claro.
- ¿Cómo ha estado su salud?
- Estoy bien, gracias a Dios. Me he cuidado bastante y me coloqué las dos vacunas contra el coronavirus y la de la influenza. Y cumplí 80 años...
- ¿Qué tal la pasó?
- Me atendieron muy bien. Anduve de casa en casa (ríe).
- ¿Fue a votar en las últimas elecciones?
- No, porque estoy inscrito en Santa Cruz. Después no me cambié, porque realmente la política no me gusta. Hace tres o cuatro años atrás, el Congreso me eligió como el mejor entrenador y quedaron en darme un pensión vitalicia, y nunca me la dieron.
- ¿Y se comunicó para saber por qué?
- Sí, pero siempre se pasaron la pelota los unos a los otros. Así que no me gusta la política.
- ¿En este tiempo ha recibido alguna ayuda del Gobierno?
- Mi jubilación nomás.
- ¿Y algún bono?
- Me tocó uno. Y como yo trabajaba en la ANFA, y se paró todo, también tengo derecho a pedir los impuestos del IVA, las boletas de servicio.
- ¿Qué espera del país después de las elecciones?
- El estallido social... Si no arreglan ese problema, va a volver. La gente ya está aburrida. Hay muchos que no fueron a votar. Están cabreados, cansados. Después de tanta encerrona, asaltos, que no se puede andar tranquilo en la calle.
- ¿Y por dónde se hace el cambio?
- El problema es de la puerta giratoria. Caen las bandas, donde, por ejemplo, hay dos adultos y cinco menores de edad. Han caído 14-15 veces, y siguen.
- ¿Qué opina de otros temas como salud y educación?
- El tema de la salud también está malo. Tienen que arreglarlo. También el problema con los mapuche. Yo creo que no estamos en el país de antes, que era alegre, simpático.
- ¿Qué es lo que más extraña del Chile del pasado?
- Que andábamos tranquilos. Después la presidenta Bachelet les abrió la puerta a todos los extranjeros, y la mayoría que ha llegado tiene problemas de delincuencia. Haití, Colombia, Perú...
- Una minoría, porque gran parte de la gente viene a trabajar...
- No... La mayoría viene a trabajar, y están ilegales. Es lo mismo que pasa en Estados Unidos, cuando entran los latinos. Hacen el trabajo, le pagan 20 dólares, y al norteamericano, que pide más, no le dan. La frontera de El Salvador, Guatemala, Honduras...
- ¿Usted es un entrenador retirado o que solo está descansando?
- Mire, yo siempre he sido franco. Yo no tengo representante. Los representantes han echado a perder el fútbol en nuestro país, porque los dirigentes chilenos han aceptado que jueguen cinco extranjeros por equipo. Eso impide que aparezcan nuevos valores, que con 16, 17, 18 años ya tienen que estar jugando. El representante y el club mandan en el camarín, y no el entrenador. Entonces, yo me he rebelado contra eso. También hay periodistas que se prestan para eso y no lo dicen. Yo no estoy retirado. El equipo que se interese en que trabaje, con Justo Farrán, por ejemplo, nos llama. Y si no nos llaman, es porque no quieren.
- ¿Cree que rebelarse le ha jugado una mala pasada?
- No... Lo que yo no acepté es que, en varios clubes, dirigentes y periodistas quisieron hacerme los equipos. No les aguanté. También apareció un representante que dijo 'estos son los jugadores que les paso. ¿Trabajan sí o no?'
- ¿Cuál era el equipo y el representante?
- Hay muchos. Ustedes saben. Por eso me da rabia hablar en las entrevistas que me hacen. Siempre es lo mismo. Sabes que estamos invadidos de representantes extranjeros...
- Sí, lo comprendo. Pero quizás su experiencia es con tal persona, y así no se generaliza...
- No. Todos los representantes de jugadores valen lo mismo. Se han adueñado de los clubes.
- ¿En qué club le pasó?
- En varios equipos me han querido manosear.
- ¿Ha tenido alguna oferta para regresar al fútbol?
- No. Está todo paralizado... Ahora con la ANFA, donde dicto cursos de entrenadores, he recorrido todo Chile, de Arica a Punta Arenas, con el Pollo Véliz y Marco Cornez.
- ¿Cuál ha sido su gran alegría en el fútbol?
- El haber trabajado en más de 20-25 clubes, haber sido jugador profesional, que era mi sueño de niño, y no he parado. Jugué en el extranjero, dirigí en distintos países. Fui a Indonesia, Vietnam. He hecho cursos para entrenadores en Italia, Francia. No tengo nada que envidiarles a otros colegas como Bielsa, Sampaoli, Sulantay, que son buenos entrenadores.
- ¿Y su mayor tristeza?
- No tengo amarguras con nadie. Digo la verdad, digo las cosas como son, les guste o no les guste a las personas. En mi cumpleaños recibí más de 300 llamadas, hasta del extranjero. Entonces, ¿cómo me voy a sentir amargado? Eso quiere decir que me recuerdan con cariño. Los ex jugadores que dirigí en Audax, Copiapó, San Luis, Puerto Montt, Vial, Concepción, Arica, Iquique, La Serena, todos me llaman.
- Me imagino que eso lo debe llenar bastante...
- Eso significa que he sido una buena persona, un buen profesional, un buen amigo. Estoy contento.
- ¿Ha podido ver el Torneo Nacional?
- Sí, veo todos los partidos.
- ¿Y qué le ha parecido el nivel?
- Malo, bajísimo. Es por lo que te digo: vienen jugadores extranjeros malos.
- Entonces apunta a darle cabida a los juveniles, ¿no?
- Tienen que aparecer más jugadores nacionales. Si no, Chile se va a acabar. El Vidal, el Alexis, y después no van a tener. Entonces, mejor que no clasifiquemos al Mundial.
- ¿Qué opina de Martín Lasarte como entrenador, ahora que está a cargo de la Selección?
- Mira. Yo aparezco como odiando a los extranjeros, y no es así. Yo jugué con brasileños, argentinos, paraguayos. Eran dos o tres por equipo, en Colombia, Centroamérica. Pero resulta que aquí hay cinco, y la gran cantidad de entrenadores son argentinos. Y después, ¿qué pasa con el Instituto Nacional del Fútbol? Está produciendo profesionales para que vayan a la cesantía. ¿Quién le pone el cascabel al gato? Ya mijito, no quiero seguir hablando, porque me aburre. Siempre soy el Quijote de la Mancha. Soy yo el que tiene que estar hablando las cosas.
- La última. ¿Cree que Lasarte lleva a Chile al Mundial?
- No sé, no sé. Ojalá...