Afganistán está en la mira del mundo por estos días. Luego de veinte años, el grupo islamista Talibán retomó el poder en Kabul, la capital del país asiático, por lo que miles de refugiados afganos y extranjeros están siendo evacuados tras varias jornadas de caos. Roberto Bishara (40), ex capitán de Palestino, vivió de cerca los constantes conflictos a los que se enfrenta Medio Oriente y Oriente Próximo. Representó a la selección de Palestina en 26 encuentros, viajó durante años y, de hecho, disputó dos partidos ante Afganistán, por las Eliminatorias a Brasil 2014.
En 2011, 'Tito' jugó en el empate 1-1 como local. También lo hizo en el triunfo por 2-0 como visitante, que se efectuó en Tayikistán, nación que limita con Afganistán al sur. "No se podía ir a Afganistán porque me parece que era peligroso, el país estaba en medio de un conflicto y lo fuimos a jugar a Tayikistán. Es parecido a lo que pasó con Palestina. Hubo mucho tiempo en el que no pudimos jugar de local ahí y teníamos que salir. Jugábamos en El Cairo un tiempo, después en Dubái, también en Qatar. Sobre todo ahí" , cuenta, en diálogo con AS.
- ¿Cómo recuerda esos partidos? - Hablando de lo futbolístico, fueron partidos aguerridos, como todos los que jugué allá. Hubo mucho ímpetu de parte de los dos equipos. Nos respetábamos siempre como rivales, pero dentro de la cancha los partidos eran de vida o muerte, sobre todo cuando jugabas por Eliminatorias.
- ¿Era un riesgo viajar hasta allá? - Sí, era complicado ir. Era riesgoso. Yo siempre lo he dicho, todo lo que se ve en las noticias, es realmente así. Ellos viven en guerras, en conflictos constantes, que ojalá terminen pronto. La idea es que todos los países puedan ser libres. Por mi parte puedo hablar más de Palestina, que es lo que manejo. Recuerdo que una vez uno de nuestros partidos se suspendió porque un compañero no pudo pasar de Gaza a Palestina, en esos check points que hay. Lamentablemente, es como viven, y por eso estoy a favor de la causa palestina y súper preocupado siempre de todo lo que pasa allá, porque el deseo es que no muera más gente.
- ¿Cuál fue la experiencia más dramática que vivió estando allá? - Primero, era difícil llegar. Hay dos opciones: agarrar un bus e irse por Jordania hasta Palestina, o hacer la ruta más rápida, que es entrar por Israel, y como yo viajaba 24 horas desde Chile hasta allá, claramente me interesaba hacer la ruta más rápida. Y en los check points pasé momentos complicados. Ahí te hacían la vida imposible, te revisan entero, te tienen cuatro o cinco horas retenido, incluso el trato es súper malo. La idea es que sea una mala experiencia y no vuelvas a ir. Igual, yo iba feliz… se trataba de representar a Palestina. Personalmente no viví ninguna experiencia donde mi vida corriera riesgo, pero sí me impactaban mucho las historias de mis compañeros. Ellos me contaban que a veces sus familias salían a la farmacia, o a algún restaurante y les llegaban bombas. También recuerdo la primera vez que fui, porque viajé solo y llegué como a las tres o cuatro de la mañana al hotel, y estaba muy oscuro, no se veía nada para afuera. En medio de la noche sentí unos truenos, pensé que estaba lloviendo, pero claro, no eran truenos, eran bombas que iban y venían.
- Hoy, las jugadoras de la selección femenina de Afganistán temen, incluso, por su vida. Nadia Nadim, ex compañera de 'Tiane' Endler, les sugirió arrancar. - Claro... es pésima la situación. En la época en que yo viajaba, el fútbol femenino no había pegado tan fuerte. Ahora, en Palestina por lo menos, han tratado que se vaya profesionalizando, como está pasando a nivel mundial y como ya pasó con la selección masculina. A mí eso me parece excelente, porque tanto mujeres como hombres tienen que ser mirados de la misma forma, somos todos humanos y valemos lo mismo.
- Con todos las dificultades que menciona, ¿nunca dudó en representar a Palestina? - Nunca. Cuando se me presentó la posibilidad de ir no lo dudé. Y si volviera a nacer y tuviera que elegir entre la selección chilena y Palestina, volvería a elegir lo mismo. Pese al sacrificio que significaba viajar 24 horas, irme cinco días antes que el resto del equipo, y todo el desgaste físico, para mí era un compromiso con la gente. Era quizá la única alegría que ellos podían tener, después de tanto sufrimiento. Para mí, que Palestina ganara un partido, o ver la bandera flamear en el estadio, era lo más lindo. En ningún momento dudé de mi decisión.
- ¿Cree que el deporte puede ayudar a mejorar situaciones así de complejas? - Yo creo que sí, el deporte para mí es más fuerte que las balas. Claro que no es la solución al respecto, para nada, pero sí puede ser de ayuda, sobre todo por el marketing que genera el fútbol, por ejemplo. Palestino puso en los medios al país cuando decidió hacer esa camiseta con el mapa en los números de la espalda, después también lo hizo con la bandera. El único deseo que yo tengo es que haya paz, en todos lados, y creo que todos comparten. No queremos que mueran más niños palestinos, ni afganos, alemanes, ni rusos. Solo paz mundial.