De debutar ante Paraguay en la Roja y ser promesa alba a la decoración: "Pude dar más"
Con 17 años, Matías Gutiérrez debutó en la Selección Adulta el 2011 al mando de Claudio Borghi. Hoy está fuera de las canchas con solo 27 años.
El 21 de diciembre de 2011 es una fecha que Matías Gutiérrez (27) jamás olvidará. Con 17 años, el entonces juvenil de Colo Colo debutó con la Selección Chilena Adulta en un amistoso contra Paraguay en La Serena (triunfo de la Roja por 3-2), pese a que todavía no sumaba minutos con el primer equipo del Cacique.
"En ese tiempo estaba Fernando Carvallo en la Roja Sub-20. Pasó que faltaban jugadores para completar la nómina adulta y Claudio Borghi se acerca al cuerpo técnico y nos selecciona a mí y a otros dos jugadores, creo que eran Nicolás Castillo y Felipe Mora. Entregan la lista a la prensa y sale mi nombre. Concentrar, cenar, entrenar, llegar al camarín y estar en un estadio lleno es una sensación que no puedo describir", recuerda Gutiérrez en dialogo con AS Chile.
A partir de ese momento, Matías Gutiérrez debutó con Colo Colo en 2012 y llegó a ser una de las grandes figuras de la entones filial del club en Segunda División Profesional, sumando 42 partidos durante tres años. Además, de la mano de Omar Labruna jugó seis partidos por Copa Chile cuando solo tenía 18 años. Todo esto hacía prever un futuro brillante para el canterano, pero el destino quiso otra cosa.
Tras pasar por Coquimbo Unido, Malleco Unido y Colchagua, Gutiérrez quedó sin equipo durante el estadillo social en el país durante 2019. Desde entonces, un emprendimiento familiar ha sido su sustento económico. Aun así, el ex Colo Colo no ha perdido la fe en regresar a la cancha: "Voy a cumplir dos años fuera del fútbol. Tengo 27 años recién cumplidos y si me tocara volver a ponerme los zapatos lo hago encantado".
- ¿Qué fue de su carrera durante 2020 y este 2021?
- Después de la suspensión de los tres torneos profesionales en 2019 quedó una especie de colador donde yo y muchos compañeros quedamos sin club. Se dio que el torneo no tenía fecha, algunos clubes no querían contratar y otros querían dar más cabida al fútbol joven. Era una especie de tómbola donde podías quedar o no. Por mi parte, no tuve mucha cabida en un club. Hubo distintas conversaciones serias, pero no se llegaron a concretar. Uno asume riesgos en el fútbol y eso me pasó a mí.
- Entonces, ¿decidió colgar los botines?
- Voy a cumplir dos años fuera del fútbol. Tengo 27 años recién cumplidos y si me tocara volver a ponerme los zapatos lo hago encantado. Tuve una buena formación y crianza en Colo Colo, donde pude jugar en el primer equipo y Primera División. Si me pasan la camiseta, juego. Me he sabido mantener este tiempo, no he subido de peso y sigo entrenando. Yo soy nacido y criado en Temuco, en este momento estoy con mis padres. Me toco salir de Santiago porque todo se entorna más difícil sin jugar. Acá sigo entrenando.
- ¿Cómo lo ha hecho para mantenerse económicamente en los últimos años fuera del fútbol?
- Gracias a Dios en el último tiempo he contado con mi tía. Ella tiene una empresa de decoración interior de hogares y estoy trabajando con ella. Confeccionamos todo lo que es interior: cortinas, roller, store y tela. Mandamos a confeccionar al extranjero. Hacemos todo lo que tenga que ver con el hogar. En eso estoy ahora. MI tía me dio la posibilidad de trabajar y no quedarme sin hacer nada. En ese sentido he estado súper bien.
- No debe haber sido fácil para usted dejar el fútbol de lado y empezar un trabajo totalmente distinto al que tuvo toda su vida...
- Yo salí de mi casa acá en Temuco a los 13 años, recién había cursado séptimo básico y me fui a apostar todo. Tuve un proceso formativo muy bueno, donde siempre fui seleccionado nacional sub-17 y sub-20. Me formé con una camada de jugadores donde el 70% sigue jugando profesionalmente. Fue una decisión difícil. Quizás uno se va dando cuenta que a lo mejor no se está para grandes cosas en el ámbito internacional, pero si para estar ligado a un club de primera, segunda o Tercera División, compitiendo a gran nivel. Más que una decisión, fue a lo que me tocó adaptarme. Uno ve que todos los sueños se truncan y piensas ¿ahora qué ‘chucha’ hago?.
- Su malestar debe ser aún más grande pensando que tuvo un muy buen comienzo en Colo Colo en 2012, sumando hartos partidos por Copa Chile y la filial…
- Exactamente. A mi me tocó la situación que tuve que debutar antes en la Selección Chilena que en mi club. Al mando de Claudio Borghi me tocó jugar un partido oficial ante Paraguay. En Colo Colo tuve grandes técnicos que fueron campeones de Copa Liberadores, Sudamericana y compañeros de renombre. El capitán del equipo era Esteban Paredes. Estar en Colo Colo te exige harto rendimiento. Hoy en día hay harta cabida para el fútbol joven y eso da buenas luces del fútbol chileno. Yo creo que la confianza es clave para el jugador. Si está un juvenil en un primer equipo es porque tiene las armas para estar ahí. Hay que darle la confianza para que no pase lo que me está tocando a mí. Yo podría estar jugando en cualquier club y tengo el hambre para hacerlo, pero no tengo los contactos y no tuve la confianza para seguir en Colo Colo.
- ¿Su paso truncando en Colo Colo pasó por un tema de confianza?
- En ese tiempo estaba Omar Labruna en Colo Colo, pero desde años que el club venía de una seguidilla de cambios de entrenadores cada seis meses. En poco tiempo tenías que adaptarte a un cuerpo técnico que no te conocía y donde ellos vienen con una carpeta con jugadores que quieren contar. Llegó un momento en el que se acaba el torneo y me citan a una reunión con dos compañeros. Al lado mío estaba ‘Nacho’ González, hoy en día uno de los mejores arqueros del Torneo Nacional, y nos dicen que tenemos que salir a préstamo y que poco más viéramos nosotros dónde íbamos a jugar. Si Colo Colo me hubiera dicho que me iban a buscar un club ellos y que me iba a ir a tal parte para sumar minutos y después volver para hacerlo de la mejor manera, hubiera sido perfecto. Eso es algo que pasa hoy en Universidad Católica. Los jugadores salen a foguearse a otro lado y después vuelven mejor. Eso a mí no me pasó. Yo terminaba llamando a los clubes, siendo que tuve una formación destacada.
- ¿Qué recuerdos tiene de ese primer año en el Cacique?
- Siempre trato de rescatar el lado positivo de las cosas. Recuerdos tengo muchos. Desde el primer día en que llegué, cuando tuve que vivir en una pensión con una familia que no conocía y estaba con tres compañeros más en una pieza. Me formé en la Casa Alba con jugadores como Claudio Baeza, Bryan Rabello, ‘Chucky’ Martínez y otros muchachos. Cuando estaba en el primer equipo vivía en La Florida cerca de Luis Mena y él me pasaba a buscar a la casa. Mi familia pensaba en cómo ‘Lucho’ Mena, capitán, con una gran trayectoria en Colo Colo e ídolo a nivel nacional, iba a buscar a su hijo a la casa.
- Me imagino que debe seguir las campañas de Colo Colo. ¿Cómo ha visto al equipo?
- Sigo muy de cerca a Colo Colo, soy hincha del club y quiero mucho a la institución porque me tocó vivir ahí. Me gusta ver el fútbol joven presentes y lo que es hoy Gabriel Suazo. Me tocó entrenar con él y lo vi cuando recién mostraba sus luces en el primer equipo. Siempre fue capitán de las series formativas y hoy lo es del primer equipo. Lo hace muy bien. Lo más probable es que a corto plazo va a ser seleccionado nacional. También Iván Morales, el goleador del plantel. El fútbol formativo siempre debe tener la confianza y ser la piel del club. Es la belleza del fútbol. Ver a Colo Colo tener ahora casi un 70% de sus jugadores formados en casa me da una sensación de querer estar allí y estar rodeado de la competitividad, de estar en Primera División y alzar mi carrera.
- Jeyson Rojas y Bruno Gutierrez juegan en su puesto y también debutaron a los 18 años, pero a diferencia suya se encontraron con un DT que trajo calma y oportunidades a los más jóvenes, cosa que a usted no le tocó vivir...
- Hoy en día ambos tienen todas las armas y se han ganado estar en el primer equipo. Me acuerdo que en la final para no descender ellos tuvieron que tomar el alero del club. Mauricio Isla lo dijo, que Jeyson Rojas es el fiel reflejo de lo que a él le gusta como lateral. Está toda la fe en ellos para que levanten el fútbol chileno a nivel internacional. Cuando yo subí, solo estaba la regla de que un Sub 20 debía ir citado en la nómina de 18 jugadores, no era obligación sumar minutos. Era seleccionado juvenil y aun así no era considerado en el primer equipo. Era muy difícil tener oportunidades. Ya después entra el gusto del entrenador para que te considerara.
- Se ve que tiene la espinita clavada de no haber podido ligado al fútbol, ¿habría hecho algunas cosas distintas en el pasado?
- Cuando duermo siempre tengo un mea culpa de lo que fue mi carrera. Yo sé que pude haber dado más. No sé si la vida me va a dar la oportunidad de volver al fútbol y empezar desde cero, porque no tengo ningún problema en hacerlo e ir escalando. Podría haber hecho algunas cosas mejores y mostrar una actitud distinta en situaciones del club o en fútbol profesional, pero quedo tranquilo porque siempre di todo. Fui un jugador profesional en el sentido de que me cuidaba en la casa y en el tema de la alimentación. Tengo muchas ganas de que, si se da la posibilidad de que algún ex compañero o entrenador me pueda ayudar, volveré al fútbol. Me siento con la capacidad y la esperanza es lo último que se pierde. El fútbol es para lo que yo nací.