“Cuando entré por Alexis Sánchez, en mi debut por la Selección, no sabía si lo aplaudían a él o a mí”, relata Bernardo Campos entre risas . El ex delantero, formado en Universidad Católica, dejó el fútbol hace siete años. Su promisoria carrera y el sueño de jugar en Europa quedaron en el camino. Y la estadía con la Roja de Marcelo Bielsa, en el recuerdo . Ahora, con 30 años, el oriundo de Vicuña se desempeña en el área gastronómica: “He ido creciendo”, cuenta. Pese a que se proyecta en ese rubro, el ex futbolista nunca ha olvidado sus orígenes en el deporte.
"Mis amigos siguen activos: Felipe Gutiérrez, Enzo Roco, Claudio Sepúlveda, Juan Pablo Gómez, Gonzalo Mall y Diego Opazo, entre otros. Son todos jugadores que eran de la misma categoría. Dejé el fútbol, pero estoy impregnado de todo porque sigo compartiendo con ellos. Los recuerdos son bonitos", afirma Bernardo Campos en diálogo con AS. El ex atacante explica las razones que lo llevaron al retiro.
- ¿Qué recuerdos le quedan? - Por ejemplo, que la UC me entregó todo: educación y casa. Yo llegué de Vicuña, así que me quedé en la pensión de San Carlos. Estuve muchos años ahí y fue fundamental en mi juventud. Me entregaron valores que me han servido hasta hoy. Soy agradecido y a veces voy al estadio. Le tengo un cariño gigante al club. A los 18 ó 19 años empecé a ir a préstamo para poder jugar porque la tenía difícil en el club. Había muchos delanteros en ese tiempo. Debuté en Santiago Morning con Juan Antonio Pizzi. Fue una experiencia gigante, porque estaban peleando arriba y jugué con Reinaldo Navia, Diego Rivarola, Sergio Comba y Cristian Basaure. Incluso, una vez me pasó algo muy divertido.
- ¿Qué le ocurrió? - Estaba a préstamo, pero yo vivía en San Carlos. Una vez me tocó un partido contra Católica. Terminó y me quedé ahí mismo, en San Carlos, con la ropa de Santiago Morning (ríe). Era chico y fue gratificante. Después estuve a préstamo en Puerto Montt y Temuco, y en ese momento terminé mi contrato con Universidad Católica y quedé libre. Fui un año a San Antonio y mi último club fue Valdivia. Ahí dije que ya no quería seguir jugando.
- ¿Por qué? - Tuve muchas lesiones. Físicamente no estaba bien, futbolísticamente no tenía un buen nivel y de cabeza tampoco estaba bien. Tuve problemas familiares que me afectaron. Y yo creo que cuando un futbolista no está bien, cuesta mucho. Me faltó seguir dándole. Me habían ofrecido otro club, pero no quise. Era una etapa negra y dije ‘hasta acá llego’.
- Antes de eso vivió algo inolvidable: la Selección. ¿Cómo se gestó? - Yo estaba en Santiago Morning y me llamó Eduardo Berizzo para decirme que iba a ser sparring. Empecé a entrenar y no paré. Cuando había nóminas de la adulta, me citaban siempre. Yo no me la creía. No sabía en qué mundo estaba. Era joven y entrenar con la Selección a la par, era maravilloso. Me tocaba estar con Alexis Sánchez, Arturo Vidal, Humberto Suazo o, incluso, con Marcelo Salas en el inicio. Tener ese roce era una experiencia distinta, porque Bielsa era súper exigente.
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A la espalda de Bielsa: Felipe Gutiérrez, Campos, Arturo Vidal y Jean Beausejour. - ¿Conversó con Bielsa alguna vez? - (Ríe) Una vez. Bielsa me retó por un ejercicio que supuestamente yo había hecho mal. Fue muy fuerte y gritándome (ríe). Pero después le dijo al resto que lo hiciera, observó y terminó diciendo que yo estaba bien. Incluso me agradeció. Dijo ‘encontré un nuevo movimiento’. Yo quedé 'plop', porque el ejercicio quedó instaurado como lo había hecho yo.
- Pudo jugar y viajó a Sudáfrica. ¿Qué siente? - Además de Sudáfrica, tuve una gira en Chile. Jugamos contra Irlanda del Norte en Chillán e Israel en Concepción. En ese segundo partido entré unos minutos. Ni pensaba que iba a jugar. Me llamaron y quedé sorprendido. El estadio estaba lleno. Como que te nublas en un momento y solo te concentras en hacerlo bien. Estaban todos los titulares de la Selección. Eso, y el viaje al Mundial 2010, son recuerdos que quedan para siempre.
- Volvamos a su retiro. ¿Por qué no insistió en seguir? - Pasaron seis meses sin hacer nada. Me costó salir de un hoyo en el que me metí por dejar el fútbol. Había sido mi vida completa: entrenando y ejerciendo el fútbol. Después me puse a punto y dije ‘voy a volver’. Pero encontré otro trabajo y entré en un dilema complicado. Yo terminé en Segunda División y los contratos que ofrecen no son buenos. No desmerezco a la categoría, pero es bien precario lo que viven algunos jugadores. Puse varias cosas a la balanza y ganaba más en el otro trabajo que jugando fútbol. También tenía ganas de estudiar. En el fútbol iba a tener que empezar de cero y quizás me faltó más motivación para doblarle la mano a mi cabeza.
- ¿A qué se dedica ahora? - Yo trabajo en un restaurante. Llevo cinco años en el rubro. Empecé como garzón y ahora estoy en la parte administrativa. Estoy viendo qué es lo que me va a llenar en un tiempo más. Si continuar y especializarme en esta área o volver al fútbol con alguna academia o ser profesor de educación física. Un primo tiene una escuela en Vicuña y me intenta convencer de que lo acompañe. Tengo la duda, porque aquí no me va mal. He ido creciendo.
- ¿Cómo llegó a esa área? - Un amigo me ofreció la oportunidad y me metí al rubro gastronómico. Empecé y no he parado. Estoy en La Fabbrica, un club de Jazz aquí en La Reina. Es entretenido y dinámico. Es agotador, pero se disfruta. De todas formas, sigo ligado al deporte. Eso no se pierde. Juego ligas con ex jugadores y a veces hago trekking. La idea es mantenerse sano.
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José Martínez, Humberto Suazo, Campos, Alexis Sánchez. Ampliar
Los sparring de la Roja en Sudáfrica.