A los 42 años, Jonathan Orellana enfrenta el mayor desafío profesional de su carrera: hará su estreno como entrenador en el Ascenso al mando de San Felipe. El técnico nacional obtuvo notoriedad en 2016 y 2018, con los elencos Sub 19 de Everton, cuando conquistó cinco títulos nacionales, un logro notable para cualquier club de regiones. Tras su paso por el equipo de Viña del Mar, dirigió en Segunda División y fue ayudante técnico en La Calera, Santiago Wanderers y hasta el año pasado en la misma escuadra sanfelipeña. Hoy está listo para el debut y dialoga con AS para abordar el importante proyecto que inicia.
"Estamos muy felices de asumir este desafío, es un proyecto muy interesante. Tenemos todas las ganas de estar a la altura, nos sentimos muy ilusionados de lo que viene. Es mi primera experiencia como primer entrenador en la división y uno tiene el deseo de comenzar de buena manera una etapa nueva para mí, pero con la confianza de haber trabajado bastante bien, sobre todo en mis inicios", sostiene el DT, quien en su etapa de futbolista profesional actuó casi una década en Primera B.
- ¿Es una opción que andaba buscando? ¿Sentía que ya podía llegar la posibilidad? - Sí, ya llevaba un tiempo preparando este momento. Tenía la ilusión y se dio sin pensarlo. Hoy me encuentro con una gran oportunidad y con una gran responsabilidad también de asumir un proyecto súper interesante. Para mí es un desafío poder plasmar lo que han sido mis etapas en el fútbol desde mis inicios hasta la fecha.
- ¿Cuál es la idea de juego que pretende plasmar? ¿Lo que mostraron los equipos campeones de Everton en el ámbito juvenil? - Claro, al momento de conversar con la gente de San Felipe, de cierta manera, se integraron la forma de trabajo que tiene la gente del club, en cuanto a estructura, con la forma que yo he mostrado desde mis inicios. Llegamos a un buen acuerdo, se unieron las ideas, solamente ahora me queda representar en buena forma al club, tratando de demostrar lo que fueron mis inicios en Everton. Tuvimos una categoría importante, se mostraron grandes cosas y con un fútbol muy claro. Fueron equipos muy cortos, muy dinámicos, muy agresivos. Sin duda que, para esta división, que es bien competitiva, se puede demostrar de buena manera el trabajo de esos años.
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Orellana festejando un título con la Sub 19 de Everton. - ¿Qué valor la asigna a esa etapa en Everton? ¿Le sirvió para cerrar una etapa en el fútbol formativo y darse a conocer también? - Sí, claro, pero no tan solo eso. Uno aspira a crecer, a la competitividad, y esa fue una etapa muy importante. Fue un desafío muy importante para mí, porque yo venía de trabajar en San Luis, en el área de jugadores más pequeños. En Everton fue el paso siguiente y una oportunidad y un desafío para poder decir ‘Estamos para implementar un poco nuestro trabajo en una instancia más competitiva, más cerca del primer equipo’. Fue un paso muy importante, crecí mucho, tuve la oportunidad de tener a muchos jugadores que hoy están marcando diferencia en el fútbol profesional. A mí, me permitió tener un crecimiento enorme e ir sintiendo que vas quemando una etapa mayor, que hoy me permite posicionarme en la Primera B.
- Después tuvo la chance de ser entrenador ayudante en La Calera, San Luis y Santiago Wanderers, otras instancias de crecimiento... - Claro, uno va creciendo con la idea de llegar a ser primer entrenador. Fue una etapa que me dio ese valor agregado para lo que yo quiero hoy. Por ejemplo, ser ayudante en Primera División, en Unión La Calera, participando en Copas internacionales y teniendo la oportunidad de colaborar con técnicos importantes como Juan Pablo Vojvoda, que hoy está entre los mejores ocho técnicos de Sudamérica, fue lo que permite hoy decir que me siento preparado, con fuerza y la capacidad de poder liderar un proyecto importante. También tuve la posibilidad de estar con Luca Marcogiuseppe en La Calera y disputar la Copa Libertadores ante equipos como Vélez Sarsfield o Flamengo. Ese tipo de experiencias me nutren también para tener la claridad y la certeza de la forma de conducir y lo que quiero entregarle al jugador y a la institución. Siento que puedo seguir creciendo.
- ¿En su ciclo en Everton, y a raíz de su rol como conductor de una buena generación de jugadores del club, tuvo posibilidades de dirigir el primer equipo? - La verdad es que transcurridos ya varios años nunca sentí esa posibilidad. Una característica importante es tratar de enfocarse cuando estás en un proyecto y no querer estar en un lugar pensando en otro. Siempre he intentado completar bien mi labor, nunca he buscado ir más allá, sobre todo en lo que se refiere a la categoría Sub 19, donde el técnico está muy cerca de Primera y, de repente, ve con ojos positivos una oportunidad. La verdad es que nunca la busqué, siempre traté de enfocarme bien en lo que es mi trabajo. Tenía claro cuál era el rol que el club quería de mí y tampoco sé si se hubiera dado más adelante la posibilidad. Estoy muy agradecido de esa institución.
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El DT fue entrenador ayudante en La Calera durante la Copa Sudamericana. - ¿Siente que su gran fortaleza para posicionarse en el Ascenso es haber cumplido con todas las etapas, desde trabajar con los niños más pequeños hasta sus ayudantías en Primera División? - Yo creo que sí. Los clubes toman en consideración el presente que quizás es los más importante, pero también evalúan qué es lo que se ha hecho para llegar donde estás. Si empezamos a observar lo que ha sido el camino en siete años, desde el 2013 y 2014 que es desde cuando estoy trabajando, ha sido gradual e ido en ascenso. Eso me permite tener la tranquilidad de que cada paso que he dado ha sido con mucha tranquilidad y confianza, y hoy me posiciona en la B con un deseo muy importante de aspirar, en el corto y mediano plazo, a una categoría superior.
- ¿Cuáles son sus metas en San Felipe? ¿Lograr el ascenso? - Sí, sin duda, pero eso puede ser el resultado de un trabajo serio. Hoy, como club nos enfocamos en tener un equipo y jugadores competitivos, que cada uno de ellos sean preparados. La idea es llevar al equipo a eso, también tener una idea de juego clara, sobre todo que represente al club, al cuerpo técnico, a la gente esforzada de San Felipe y por sobre todo a nuestros futbolistas. Son muchos jóvenes que recién están haciendo sus primeras armas y que en un tiempo muy corto deberían estar dando que hablar no tan solo en Primera B, sino que también en Primera División.
- En su momento de futbolista actuó principalmente en Primera B, ¿es más difícil para un entrenador con ese pasado abrirse camino parar dirigir en las divisiones mayores? - Mira, si nos vamos a la actualidad es una ventaja para mí. Conozco cómo se trabaja en esta categoría, cómo se juega, conozco cómo los jugadores se comportan, sé también cómo es el juego. Para mí es una ventaja, en lo que se refiera a mi carrera como futbolista, haber jugado solo en esta división. Tengo la convicción, a nivel personal, de que mis objetivos pueden demorar un poco, pero la forma cómo estoy buscándolos me va a permitir en un momento lograrlos. Hace cuatro o cinco años yo estaba en la Sub 11 de San Luis y ahora tengo la chance de dirigir a nivel profesional. Siento que voy cumpliendo los objetivos que me tracé en ese momento y que la preparación como entrenador va siendo la correcta.