Debutó con Lasarte y es uno de los grandes fichajes del Torneo: "Él me marcó"

- ¿Cuáles fueron sus primeros acercamientos al fútbol?
- Gracias a mi padre, Walter Fabián Coelho, que fue futbolista. Tengo recuerdos de que, cuando yo tenía dos años, él estaba con la selección de Uruguay disputando el Mundial Sub 20 de Malasia, en 1997, donde fue vicecampeón. Después él fue a jugar a Nacional, así que nos mudamos allá. Y compartí con él toda esa etapa, porque ahí también empecé yo en las inferiores del club. No recuerdo mucho, pero sí que a los cinco años comencé a hacer baby fútbol. Luego a los 12, él viajó a Elche para jugar allá, y yo también fui y estuve ahí un año. Tras eso retorné a Nacional, a la séptima división, y ahí comencé a escalar.

- ¿Siempre supo que quería ser futbolista?
- Sí, era mi sueño, siempre lo busqué, y tuve el apoyo de mis padres. Sobre todo de mi madre, porque mientras mi papá estaba viajando, era ella quien me llevaba a los entrenamientos. Y me inculcaron el estudio también: terminé todo el ciclo básico, el bachillerato y arranqué la universidad. Después tuve que dejarla porque, cuando llegué a Primera, tenía que viajar mucho.

- ¿Su padre fue un referente para usted?
- Sí, es una persona que siempre me enseñó, me aconsejó y me corrigió. Y cuando hacía las cosas bien, era el primero en halagarme. Me sirvió como una voz de la experiencia. Me decía "a mí me pasó esto, no quiero a ti te pase también".

- ¿Fueron difíciles los primeros años en el fútbol?
- Creo que fueron más difíciles para mis padres, que debían moverse y acompañarme a todos lados. Yo, por suerte, no hice grandes sacrificios, porque vivía en Montevideo, entonces estuve siempre en mi zona de comfort. Estudiaba por la mañana y en la tarde me iba al entrenamiento, pero era algo que me gustaba.

- Y ahí en Nacional debutó con Martín Lasarte, hoy seleccionador de la Roja. ¿Cómo era su relación con él?
- Buena, él me subió al primer equipo. Yo era el goleador de Tercera, y él me ascendió al plantel profesional, me hizo entrenar como un jugador más. Y después debuté con él, contra River Plate. Recuerdo que empatamos 0-0 y ese día me hicieron un penal y no lo cobraron (sonríe).

- Y como DT, ¿cómo lo considera? ¿Lo marcó?
- Sí, es que un técnico que te sube y te da esa chance, siempre te queda guardado. En todos lados siempre preguntan "¿quién te subió a Primera División?", entonces siempre va a ser una persona que va a estar ahí presente y no me queda nada más que agradecerle.

- Antes de Curicó, solo se había desempeñado en Uruguay. ¿Qué le hizo tomar la decisión de emigrar al extranjero?
- Yo me sentía preparado para salir de Uruguay hace unos dos o tres años. Había tenido ofertas, pero el fútbol... tú sabes cómo es, a veces las cosas no se concretan a último minuto. El año pasado hice un gran campeonato, fui el goleador de Segunda con Club Atlético Cerro, entonces era el momento perfecto para salir y justo me llegó la chance de Curicó. Ahí conversé con Agustín Adruz, que es uno de mis amigos, él me habló del club y no tuve muchas dudas.

- ¿Qué es lo que más le ha sorprendido del club?
- El predio de entrenamiento es lindísimo. Hablaba con otros compañeros antes y me decían que acá en Curicó deben tener uno de los mejores centros. Las canchas están en excelente estado y la verdad es que eso a uno como futbolista lo motiva mucho.

- Acá en Chile se tiene una muy buena imagen del futbolista uruguayo, particularmente por la garra y el ímpetu con el que juegan. ¿También considera que tiene esas características?
- Sí, soy un delantero que se sacrifica bastante por el equipo, corro hasta por demás. Mi papá a veces me dice "oye, corriste mucho, no era necesario" (risas), pero el jugador uruguayo generalmente no mide eso y va para adelante no más. Es mi manera de ser. Y tampoco me considero un '9' de área, estático, sino que me gusta estar moviéndome por el frente y jugar harto.

- Comenzó el año con un gol. ¿Le quita cierta presión para las siguientes fechas el haber anotado tan rápido?
- Capaz que sí, pero una presión personal, no de afuera, ni del técnico ni de los dirigentes. Yo vengo a hacer goles y me considero un delantero que anota harto, entonces cuando llegas a un nuevo país o a un nuevo equipo, y conviertes rápido, es una satisfacción y me deja muy feliz. Y también más tranquilo para disputar este segundo partido, tomando en cuenta que ya debuté en las redes.

- El año pasado Curicó estuvo hasta las últimas luchando por no descender. ¿Cuáles son los objetivos que se trazaron este año como equipo?
- Nos planteamos terminar lo más arriba posible y clasificar a una copa internacional, esa es nuestra principal aspiración. Queremos quedar en la historia, porque Curicó nunca ha podido entrar a una copa.

- ¿Y sus objetivos personales?
- Mi objetivo siempre fue salir de Uruguay, jugar en el exterior, y ahora Chile me dio esa posibilidad, entonces estoy contento y ni he pensado en futuros objetivos. Ahora tendré que replantearme nuevos desafíos, pero hoy solo quiero hacer muchos goles con Curicó y ayudar al equipo a meterse en copas internacionales.