Julio Junior Bórquez era una de las promesas en el arco chileno . Fue elegido el mejor portero del Sudamericano Sub 17 de 2017, que terminó con la Roja en segundo lugar y una clasificación al Mundial de India de la categoría.
Sin embargo, una sanción por dopaje, que duró un año, frenó su progreso, ya que recién pudo volver para la temporada 2021 al fútbol profesional .
Hace unos días fue presentado como el nuevo refuerzo de Lota Schwager , equipo al que llega luego de una temporada irregular en Deportes Colina.
"Quiero hacer un buen campeonato, mantener el arco en cero en la mayor cantidad de partidos y transmitirle confianza al equipo . En lo grupal, ascender, volver al profesionalismo y tener un buen 2022 ", señaló Bórquez en diálogo con AS.
- ¿Cómo fue su llegada a Lota Schwager? - Estoy muy ilusionado, porque es un equipo grande, reconocido a lo largo del país. No me lo esperaba, confiaron en mí y fue una decisión tomada con mi familia y pareja, que fueron lo primordial para llegar.
- ¿Y el recibimiento de la hinchada? - Es algo inexplicable. Los hinchas me han hablado, mandando mensajes de motivación, de agradecimiento, de mucha fuerza. Estoy muy agradecido con "Los Sin Nombre" (la hinchada del club).
La vuelta al fútbol post sanción - ¿Cómo fue volver al fútbol tras la suspensión? - Fue sorprendente. Nunca pensé que iba a volver ni conseguir club tan rápido. No me lo esperaba. Volver a sentir la pelota, vivir cada viaje, cada partido con ansiedad, con nervios, todo es algo muy inexplicable y emocionante.
- ¿Cómo fue su 2021? - El año pasado no fue muy bueno, tanto en lo personal como en lo futbolístico. Estaba con sobrepeso, pero ya estoy trabajando en eso. Estoy poniéndome a punto con constante entrenamiento.
- ¿Qué sintió al descender con Colina la temporada pasada? - Fue algo muy doloroso que nadie esperaba. Había un plantel muy unido, de muy buenos jugadores. Creo que nos pasó la cuenta la confianza y el profesionalismo. Desde que tomó el mando el profesor Fernando Gutiérrez fue una motivación, pero creo que llegó muy tarde para poder levantarnos como equipo.
- ¿Qué saca en limpio de esa temporada? - Para mí fue un aprendizaje de que hay que dar todo durante el año, a no relajarse y a pelear hasta el último. Cuando hay fe siempre hay que luchar. Aun así, es un aprendizaje que a nadie le gustaría repetir.
- ¿Le afectó mucho el tiempo parado? - Me golpeó duro. Los que me conocen saben cuánto sufrí, cuanto lloré, pero no es excusa. Uno sabe que a veces no todo es bonito, que tiene que pasar por lo más malo.
- ¿Pasó por su mente dejar la carrera? - Nunca se me pasó por la cabeza. Sí en un momento fallecieron hartos seres queridos, veía a mi padre y a mi madre mal y pensé en dejar todo. Pero después me dieron fuerza, que había que seguir dándole y volver con todo. Gracias a Dios tuve la oportunidad de seguir soñando y voy a seguir esforzándome.
- ¿Quedó alguna espina clavada con la gente de Iquique? - No, yo no soy rencoroso. Las cosas pasan por algo, ellos son los que mandan y uno como jugador tiene que aceptar las decisiones que toman. Siempre le voy a tener amor y respeto a la camiseta, porque es una institución que me dio de comer varios años, que me formó como deportista. Me gustaría volver, pero no depende de mí.
Sus referentes y el futuro de su carrera - ¿Qué jugadores son sus referentes? - Brayan Cortés. Compartí con él, entrené con él y sé lo que ha luchado, lo que se ha sacrificado para poder lograr lo que está logrando. Le vienen muchas cosas lindas, porque es un buen arquero y, para mí, el mejor. También está Sebastián Pérez, con quien compartí también, y los dos son referentes tanto como persona como futbolísticamente.
- ¿Cuáles son las metas de su carrera? - Primero es hacer un gran año, ponerme a punto físicamente y tratar de hacer lo mejor posible en Lota Schwager, aportando mi granito de arena al equipo. Para el futuro, el llegar a un equipo grande es algo soñado, con grandes jugadores y un camarín muy de peso.
- ¿Le gustaría volver a integrar la Selección? - Para todo futbolista es un sueño llegar, pero creo que pocos tienen el privilegio de estar ahí, de jugar y vestir la camiseta. Hay que ir paso a paso, quemando etapas. Me falta mucho todavía. El sueño está, mientras haya fe nada es imposible y me voy a preparar a largo plazo para estar.