La U contradice a Escobar
Los azules cayeron sin apelación ante Ñublense, pero lograron estar arriba en el marcador y lo hicieron con un juego dispar al que pregona el DT. Tal vez, ese sea el camino.
Universidad de Chile sufrió una dura derrota ante Ñublense. Los azules finalmente cayeron por 3-2 en el estadio CAP de Talcahuano, luego de comenzar perdiendo el encuentro y revertirlo para quedar 2-1 arriba en el marcador, pero sus insuficiencias futbolísticas persisten. Frente a un rival con buen nivel de juego, lo pagaron caro.
La escuadra dirigida por Santiago Escobar fue superada completamente y que por momentos lograra obtener la ventaja parcial fue solo un hecho accidental del partido. El juego se desarrolló principalmente en el sector de la U, los locales atacaron con profundidad por los costados y también a través de la zona central. Al final, el marcador resultó estrecho para una superioridad tan manifiesta.
Éxito anterior
Transcurridas las tres fechas iniciales del Campeonato Nacional 2022, lo concreto es que la forma de juego anunciada por Escobar aún no emerge, pero lo más trascendental seguramente es que el DT deba cambiar de planes y profundizar en el formato mostrado hasta ahora. Cuando ganaba por 2-1 ante Ñublense, la U fue por momentos líder del torneo y esto era producto de un accionar en la cancha muy diferente a lo prometido por el colombiano.
En el CAP de Talcahuano, los azules ratificaron que son un equipo que funciona adecuadamente, es decir, que logra el objetivo final de llegar a estar arriba en el marcador, con un propuesta de juego más realista y menos ambiciosa. Presión en zona media o propia, líneas compactas cediendo la iniciativa al rival y juego directo hacia Cristian Palacios y Ronnie Fernández para conseguir profundidad ofensiva.
Con esta fórmula, la U se impuso con contundencia ante La Calera, superó con dificultades a Antofagasta y estuvo muy cerca -en el marcador y no en el trámite, eso sí- también de ganarle a Ñublense. La sensación que dejan los dirigidos por Escobar es que así el equipo logra cierta productividad y que claramente profundizar aquel camino puede llevarlos a la eficacia anhelada en la presente temporada.
Línea por línea
Partiendo desde atrás hacia adelante, la línea defensiva no se muestra sólida, pero su desempeño algo crece cuando el bloque (los 10 jugadores de campo) se encuentra compacto por el repliegue profundo de los volantes y también de los delanteros. Por lo mismo, la idea de Escobar de una oncena avanzada en el terreno de juego para accionar en el sector rival, manejando el balón, por ahora, no exhibe viabilidad.
Si Hernán Galindez ha sido clave en los actuales parámetros futbolísticos, con el equipo retrasado e intentando defender con un bloque bajo de presión, sería un riesgo incomprensible adelantar la defensa 20 ó 30 metros en el terreno de juego. Lo concreto en el aporte del arquero es que los azules pueden estar tranquilos, pues transmite y entrega plena seguridad.
El mediocampo, por su parte, también opera mejor desde zonas más retrasadas en la cancha. Contra Ñublense, los volantes manejaron muy poco el balón, pero cuando lo administraron buscaron a la dupla de centrodelanteros, conformada por Palacios y Fernández, con intención y profundidad. De esta forma, se aproximaron hacia el arco de Nicola Pérez y lo más importante lograron hacer avanzar al equipo, lo que es clave para el respiro indispensable que implica una propuesta aparentemente defensiva.
Respecto de la zona ofensiva, el asunto se encuentra completamente claro y quedó mucho más en evidencia en la derrota contra Ñublense. A los azules les basta con Palacios y Fernández para atacar y con algún aporte intermitente de Junior Fernandes. Ha sido suficiente para vencer en los dos partidos iniciales del año y, en algún momento, en el CAP alcanzó para aspirar a quedarse con los tres puntos.
Fernández disputa todos los balones, marca presencia con su contextura y cuando posee una chance suele no desperdiciarla. Los espacios amplios no lo complican, sino que al contrario los recorre con eficacia e inteligencia. Palacios exhibe mayor trascendencia con el balón, ataca las zonas liberadas por su compañero de ataque y su gran poder está en el finiquito. Queda claro que Escobar debe olvidar, por ahora, de la idea de alinear un trío de atacantes.