ENTREVISTA AS | PARTE I

“Cada vez que me levanto, pienso en la medalla de oro para Chile y el estadio lleno”

La deportista de 23 años, campeona mundial juvenil en 2019, es una de las grandes cartas nacionales para Santiago 2023: “La preparación ha sido durísima”.

Se aproximan los Juegos Panamericanos de Santiago 2023 y uno de los deportes que más focos concentra es el karate. El eventual rendimiento de la selección nacional de la disciplina genera expectación, sobre todo tras el desempeño conseguido en el Panamericano Senior de Costa Rica, cuando por primera vez Chile finalizó como líder del medallero (hubo cinco oros, dos platas y un bronce). La presencia de Valentina Toro (23) es fundamental para entender este éxito.

En la cita, la joven estudiante de Ingeniería Civil Industrial de la Usach se consagró como bicampeona panamericana adulta, engrosando aún más su extensa lista de medallas obtenidas. No obstante, para ella el gran certamen del año se disputará en nuestro país a partir de octubre próximo: “Santiago 2023 es mi mayor meta. Yo no pude ir a Lima 2019 porque era segunda del ranking nacional. Cuando me enteré que los siguientes eran acá, dije ‘esta es la mía’. Estoy haciendo todo de la manera más profesional posible”, señaló “Vale”, quien en 2019 fue campeona del mundo Sub 19.

- El equipo de karate está obteniendo cada vez mejores resultados. ¿A qué cree que se debe?

- Ahora, como equipo somos el doble de profesionales, el doble de disciplinados. Nadie falta a un entrenamiento. Tenemos que cumplir con el plan nutricional, con el plan médico. Si un mes te encontraron que tenías el fierro bajo, al otro mes no lo puedes tener bajo. Hay que mejorar en todo y nuestro entrenador está ahí, molestándonos, encima, a cada rato. El ambiente que se vive como equipo y la exigencia… Ahora tenemos un equipo de sicólogos, de preparadores físicos, somos muy profesionales, los deportistas y el equipo que está detrás. Además, sí o sí tenemos que tener agendadas para la semana nuestras horas de masoterapia y todo eso. Crecer profesionalmente como equipo nos hizo subir mucho en rendimiento.

- Hace poco viajó a Japón a representar a nuestro país. ¿Es una de las cosas que más le gusta de ser deportista profesional?

- Competir fuera y representar a mi país, escuchar el himno nacional, creo que es lo que más me gusta. Eso es lejos la mayor satisfacción que he tenido. Ganar un torneo, que suene el himno y emocionarme por todo el sacrificio que he hecho. Y, claro, detrás de eso está conocer todo el mundo. Yo conozco 28 países por el karate, y sólo por el karate (ríe). Soy muy afortunada de poder hacer eso. Todo el sacrifico que hago, en este tatami, donde estoy ahora, después voy a otro país a representar a Chile y siempre da, aunque sea un día para conocer un poco, y ahí vives cosas que otra gente no vive.

- Hace algún tiempo usted mencionó que su principal incertidumbre era no repetir el éxito que tuvo en categorías juveniles ahora en el circuito adulto. ¿Por qué pensó eso?

- Fue súper difícil. Mis grandes momentos deportivos se han construido de a poco. Siempre que empecé, empecé perdiendo, por así decirlo. Me costó mucho llegar a la selección juvenil. Clasifiqué al segundo año, y clasifiqué porque se corrió una lista y logré ir a mi primer torneo cuando tenía 13 años. Y así empecé a meterme de a poco, hasta que empecé a ganar. Después, con 18 años, yo ya tenía 6 oros a nivel panamericano, sólo en juvenil. Entonces después todos decían “no, viene la Vale a la adulta, va a subir y le va ir súper bien”. Yo también estaba, no confiada, pero sí con la garra de que en la adulta podía. Entré y en todos los torneos del 2018, perdí. Ahí no tenía el apoyo del Comité Olímpico porque no era la primera del ranking nacional, entonces me tocó muchas veces pagarme a mí, de mi Proddar, viajes a Alemania, a China, y es harta plata. Y andaba sola en esos países, porque los que se quedaban con la Selección, estaban en un hotel, y yo me quedaba en un hotel a una hora, por ejemplo. Y más encima, perdía. Estaba súper desmotivada y ahí pensaba “quizás esto no es para mí”.

- ¿Y cómo trabajó eso?

- Es que la categoría adulta es distinta, las mujeres son más zorras, por así decirlo. Uno llega con las expectativas de juvenil, de “soy rápida, soy buena, soy ágil”, pero ellas piensan mucho peleando, tienen mejores estrategias, con los años que yo, chica, no tenía. En 2019, en Austria, fue el último viaje que me pagué. Y ahí me fue bien. Y un año después de a poco empecé a sacar medallas en la categoría adulta, pero me costó mucho. Yo miraba al ‘Joaco’ (Joaquín González, karateka y pololo de Valentina), por ejemplo… él cuando cumplió 18 fue campeón panamericano adulto y a los 19 ya había ganado unos Juegos Panamericanos. Y yo lo miraba y pensaba “tenemos la misma edad, ¿por qué a mí no me sale?” (ríe). Depende mucho de cada persona y a mí me costó caleta.

- ¿Cómo ha sido la preparación para Santiago 2023?

- La preparación ha sido durísima. La primera parte del año estuvimos acá en Chile preparándonos. Estar acá es duro, porque nuestro entrenador nos exige todo el rato. Después fuimos a Egipto, dos semanas… Allá el karate es muy popular. Entonces un día íbamos a pelear con los del dojo de Ñuñoa, por ejemplo, que eran caleta y había cuatro campeones del mundo ahí. Después con el dojo de Peñalolén, donde había cinco campeones del mundo nomás, algo piola (ríe). Salimos demacrados. El karate-gi lleno de sangre, con machucones… Ahí fuimos a sobrevivir. Después tuvimos una competencia en Marruecos. Llegamos a Chile y luego nos fuimos directo a Costa Rica, tuvimos un poquito de descanso, yo me fui a Japón. Y ahora estamos entrenando acá. La próxima semana tenemos un tope de todas las categorías en la Universidad Andrés Bello. Luego nos vamos a una Premier League en Irlanda, y después tenemos un concentrado, que aún no sabe dónde será. Y después de eso, Santiago 2023.

- ¿Cuál es su objetivo para Santiago 2023?

- Yo pienso en el oro, todos los días, cada vez que me levanto. Quiero dejar el oro en casa, con un estadio lleno. Esa es mi máxima aspiración.

- A nivel general, ¿qué opina de que Chile tenga la oportunidad de albergar un evento multideportivo así de importante?

- Me parece genial. A Chile le falta mucha cultura deportiva. Yo voy a la universidad y no todos saben qué es el karate, no conocen a los deportistas… Sólo fútbol y con suerte tenis, ¿cachai? Entonces que sean acá, arma una cultura deportiva enorme. Ojalá vayan los colegios a ver los Juegos Panamericanos. Yo les contaba a mis compañeros del karate y el deporte y todos han abierto los ojos. Cuando salieron las entradas, ya todos compraron. Y me pone feliz porque son compañeros que no conocían nada de deporte. Y están todos emocionados. Es muy bueno para nosotros, como deportistas, porque la infraestructura que vamos a heredar de ese torneo va a ser muy genial. Van a estar los mejores del mundo en este torneo.

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