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ENTREVISTA AS

Pensó que no volvería a competir y hoy es la gran inspiración de Chile: “Hubo noches sin dormir”

Javiera Contreras sufrió una lesión que la tuvo fuera de competencia durante año. Trabajó duro, buscó ayuda y en el regreso fue campeona nacional. Hoy es “una luz” para otras personas.

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Pensó que no volvería a competir y hoy es la gran inspiración de Chile: “Hubo noches sin dormir”

Récord nacional de salto con garrocha (Sub 16 y Sub 23), finalista en los Juegos Olímpicos de la Juventud 2018, medallista internacional y la segunda chilena que saltó sobre los cuatro metros. Ese es el exitoso curriculum que quedó en el olvido cuando, en abril del 2022, Javiera Contreras sufrió una rotura de ligamento cruzado y meniscos que puso su carrera en peligro: “Fue incierto, por mucho tiempo no supe si iba a volver o no”, relata en diálogo con AS. “Conocía gente de otros deportes que había pasado por lo mismo, pero en mi caso, tenía que llegar a saltar perfecto”.

Pese al escenario adverso, Javiera Contreras batalló incansablemente. Fue operada dos veces, pasó noches sin dormir, sintió frustración y tuvo que recuperar la confianza en la rodilla. Con el apoyo constante de su familia y con la busqueda de “salvavidas” a través de internet, la atleta de 22 años dio pasos gigantes: en noviembre volvió a entrenar, empezó a recuperar sus marcas y en mayo fue campeona nacional de salto con garrocha: “Lo estoy sacando adelante. La idea era reencantarme con esto y saber que no me va a pasar nada malo. Estoy motivada para ponerle un poquito más”, explica la estudiante de ingenieria civil (UC) desde España.

- Ha publicado videos y tiene muchas interacciones en redes sociales. ¿Cómo ha sido ese proceso?

- Ha tenido un gran impacto, no lo había buscado. Yo decidí mostrar el proceso porque era un diario de vida, ya que los primeros meses son lentos y sentía que no avanzaba nada. Además, empecé a recurrir a gente que veía más avanzada que yo, incluso le hablé a personas de Estados Unidos y les preguntaba ‘¿cómo lo hiciste?’. Esas personas se transformaron en luces o salvavidas que me ayudaban a seguir avanzando y si yo lo soy para otros, me sana mucho. Por eso me presto a este nivel de exposición en un proceso que fue personal y que no está 100% sanado. La gente me habla para preguntarme cómo lo hice y trato de contar lo humano que fue porque hubo momentos en que no quería más. Me llegan muchos mensajes al día y como sé que a la gente le sirve, sigo haciéndolo.

- ¿Se sorprendió con algún mensaje recibido?

- Me han pasado cosas muy locas. Hay gente que conecta con cosas de sus vidas que no son necesariamente lesiones. Por ejemplo, me habló un antrópologo diciéndome que el video le había motivado respecto a su carrera, de siempre seguir adelante por más difícil que se le ponga. Ahí dije ‘esto se escapó del mundo del ligamento cruzado’ (ríe). Ser eso una motivación para otra persona, me tranquiliza. Cuando uno enfrenta algo duro, todo el mundo te dice ‘tranquila, que todo pasa por algo’ y honestamente uno dice ‘a la mierda, no me la banco’ porque obviamente no querías que pasara, pero después de tanto tiempo, pienso que uno construye una narrativa para decidir sanarla. Y ahora estoy en eso: ‘ok, me pasó y es una mierda, pero estoy encontrando la razón del universo’ (ríe). También me habló la Fran Mardones...

- ¡Una campeona paralímpica!

- ¡Sí y me puso ‘ídola’...! Y yo como ‘¿ídola qué? ídola tu’ (ríe). Es fuerte, pero me pone en perspectiva lo que logré. Al principio me tiraba para abajo y sentía que lo estaba haciendo pésimo, pero esto me ayuda a agradecerme por todo el trabajo que hice. Además, muestra la realidad del deportista lesionado. Es un escenario difícil y yo lo entiendo porque si tienes que apostar por un deportista que está en su mejor nivel o por el que está lesionado, vas a elegir el primero. Pero uno queda cortado de muchas cosas y es muy duro. Es algo que está descuidado y hay que visibilizarlo.

- Dentro de ese proceso, ¿la familia fue clave?

- Que yo me vuelva a meter a este deporte con un palo, a cuatro metros de altura, y que me la banquen es súper fuerte porque ellos vieron el accidente, me vieron en la clínica y me vieron en las noches cuando no podía dormir. En un momento mi papá dijo ‘esta cuestión se puso dura y no sé si la vamos a sacar adelante, pero no importa porque hay que darlo todo’. Hoy tienen claro cuál es mi sueño. La primera vez que me vieron competir estaban nerviosos porque les daba susto, pero es genial que puedan priorizar lo que a mi me gusta. Es una muestra de amor gigante.

- La lesión la dejó fuera de los Odesur y los Bolivarianos. ¿Fue muy doloroso?

- Ese fue el drama inicial, pero lo ignoraba hasta que llegaba la fecha de la competencia y me tenía que ir a esconder porque me daba mucha pena. Después, en el día a día, lo difícil era volver a caminar y lo otro pasaba a segundo plano. Yo quería tener resultados en los Bolivarianos y en los Odesur, y sabía que podía... no era tan imposible. Pero los planes cambian drásticamente y pasé de sentir que lo peor que me podía pasar era no lograr la medalla a pensar en que no podría caminar durante un mes y medio. Además, no saco nada si me quedo pensando en lo que perdí, sino en lo que recuperé y en lo que estoy construyendo después de eso.

- ¿Santiago 2023 puede ser una revancha?

- Para mí, el tono es cerrar el ciclo de la lesión o culminar el capítulo de esa manera, más que la revancha de lo que me perdí. Es la celebración de lo que gané. Pero sí, hoy hablaba con Elisa (Keitel) y recordaba que el próximo año son los Juegos Olímpicos (París 2024) y yo aspiro a estar en Los Ángeles 2028, entonces si quiero representar a Chile en un megaevento tiene que ser este año o tendré que esperar. Ya me perdí todos los del año pasado y quiero tener la experiencia para seguir creciendo como la deportista que me quería proyectar. Si recupero mis marcas y llego a ser la número uno de Chile, eso me va a llevar a los Panamericanos

- ¿Se imagina en unos Juegos Olímpicos, entonces?

- A la garrocha me invitó mi entrenador, nunca dije ‘hoy empiezo con la garrocha y mañana voy a los Juegos Olímpicos’. No me había planteado eso, pero tuve la oportunidad de ir a los Juegos Olímpicos de la Juventud en Buenos Aires (2018) y tuve un buen rendimiento y fue una gran experiencia. Entonces me motiva mucho volver a vivirlo, pero es el paso 500 y voy en el 2 (ríe). Hay que seguir trabajando.

- ¿Cómo va su entrenamiento estos días?

- Estaré entrenando dos semanas en Barcelona y una en Londres. Europa está en verano y es una buena opción porque la preparación en invierno es perjudicial para el rendimiento. No tenemos pista indoor bien armada y con el frío de San Carlos es complejo. Las posibilidades de lesionarse son altas y como yo vengo saliendo de esto, es más difícil porque lo siento en la rodilla. La movilidad de la articulación mejora mucho con calor, así que cada uno consiguió financiamiento para tener una buena preparación para el segundo semestre. Somos varios chilenos en España.