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ESPECIAL 8M

Es histórica de la la selección chilena y trabaja como médica en un CESFAM: “Es difícil balancear ambas cosas, pero también es desafiante”

Jugó el primer Mundial de Chile, ganó medalla de bronce en Santiago 2023 y es médica: “No es una tarea fácil, el apoyo de todos es la clave...”.

Felipe Romo
Actualizado a
Es histórica de la la selección chilena y trabaja como médica en un CESFAM: “Es difícil balancear ambas cosas, pero también es desafiante”

Francisca Tala es una de las jugadoras más experimentadas de Las Diablas, como se le conoce popularmente a la selección chilena femenina de hockey césped, equipo con el que marcó un histórico gol en el Mundial del 2022 y con el que consiguió medalla de bronce en los Juegos Panamericanos Santiago 2023.

Pero Tala no sólo es deportista de alto rendimiento, sino también es trabajadora del área de la salud en el CESFAM Dr. Salvador Allende Gossens de Huechuraba, donde se desempeña como médica. Allí, además, “Panchi” lleva a cabo un taller de hockey para niños y niñas vulnerables. “No sólo tenemos que promover la salud en cuanto a la medicina tradicional, sino que también en la prevención y potenciar ciertas cosas también”, declaró en conversación con As Chile.

- ¿Cómo llegó a trabajar en el CESFAM donde está actualmente?

- Llegué a través de un concurso de los recién egresados de Medicina, que se llama CONISS, donde uno tiene la posibilidad de optar por una especialidad o bien trabajar como médico general de zona. Yo opté por esa última opción. Esto consiste en trabajar un par de años en esa área, el ciclo dura de 3 a 6 años para después poder especializarme. Elegí este lugar en particular porque me queda relativamente cerca, tiene docencia con la Universidad de Chile, que es donde yo me formé, y me gustaba como funciona este servicio de salud. Tuve mucha suerte, no sólo porque es un muy lindo lugar, con gente buena, si no que me apoyaron mucho en mi ciclo como deportista.

- En 2020, en media de la pandemia por el coronavirus, usted trabajó como voluntaria en el Hospital Barros Luco, ¿Cómo fue esa experiencia?

- Yo tenía que partir mi internado en medicina, pero no pude por la pandemia. Ya habíamos terminado la carrera en la parte teórica y faltaba la práctica, pero con mis amigas no podíamos, entonces nos empezamos a mover para ver en que podíamos ayudar, porque me sentía con los brazos cruzados, pero con los conocimientos suficientes como para poder echar una mano en lo que se necesitara. Trabajamos en el Hospital clínico de la Universidad de Chile, en el Barros Luco, en la UCI como técnico. No trabajamos como médicos, así es que pudimos darle una mano ahí a los técnicos que estaban, porque era muy duro y muy demandante.

- ¿Le gustaría seguir trabajando donde está o tiene alguna otra meta para su carrera médica?

- Por ahora tengo muchas ganas de quedarme, creo que estoy bien posicionada en este lugar, me tratan súper bien y tengo un buen grupo de amigos. También me llevo bien con las personas de todos los estamentos acá, trabajamos mucho en equipo. Y bueno, la flexibilidad me permite realizar el deporte que tanto me gusta y al mismo tiempo trabajar como médico. Pero no es donde quiero terminar mi carrera médica, me gustaría igual especializarme y ser ginecóloga o cirujana, estoy decidiendo ahí todavía. Por ahora, me inclino más por lo primero.

- Usted también está haciendo talleres de hockey, ¿cómo surgió la idea y cómo pudo llevarla a cabo?

- Nosotros al ser médicos generales de zona, no sólo tenemos que promover la salud en cuanto a la medicina tradicional, sino que también en la prevención de enfermedades y en potenciar ciertas cosas. Con el programa de salud mental del CESFAM y mi conocimiento del hockey, armamos un taller para los niños del programa de acompañamiento que vienen de familias vulnerables o tienen conflictos en el colegio por déficit atencional y que quizás necesitan un poco más de atención. También trabajamos con la junta de vecinos que nos facilitó la cancha y hacemos un taller a la semana en algún horario que me dé mi agenda.

Francisca Tala: “Es difícil lidiar con la muerte”

- ¿Qué ha sido lo más complicado para balancear el deporte y su trabajo?

- Los tiempos de traslado. El Estadio Nacional, que es donde entrenamos, igual me queda lejos del trabajo en Huechuraba. Por ese lado es un poquito difícil. También claramente todo el tiempo que le dedico a entrenar y trabajar, mi día parte muy temprano en la mañana y termina muy tarde en la noche, entonces la imposibilidad de alguna siesta o un respiro entre entrenar y mi trabajo, son las cosas que más me han costado la verdad. Ha sido desafiante. Pero en todos lados me reciben con mucho cariño, eso me ayuda a que sea un poco más fácil.

- ¿Alguna vez pensó en alejarse del deporte?

- Todos los años, en los momentos más críticos de estrés en la medicina me quise alejar del deporte. Hoy en día no, porque tenemos una misión pendiente, así que todavía no está en mis planes irme, no sé si de aquí a un par de años la situación cambie, es algo que no me gusta pensar mucho porque me deprime un montón y tampoco tengo algo así para poder reemplazarlo. Por lo mismo, cuenten conmigo para un buen rato más.

- ¿Qué es lo más duro de su profesión?

- Muchas cosas, es muy ingrata nuestra profesión, porque por más que uno entregue tratamiento no siempre hay solución para todos, y eso es duro de ver. Es duro trabajar con la familia, porque aquí en el centro vemos el inicio del diagnóstico de las enfermedades y las fases terminales de ésta, entonces es muy fuerte. Lidiar con la muerte no es fácil. También estamos en una zona complicada en este centro, hay harto narcotráfico a nuestro alrededor y eso también es medio ingrato, la inseguridad que existe.

- ¿Cuál es su principal motivación para continuar en su profesión? ¿Y qué sigue para Las Diablas luego del Preolímpico, donde lamentablemente no lograron conseguir un cupo para París 2024?

- Yo creo que es la misma que me trajo hasta aquí, el poder tratar con pacientes, vivir el rol del médico en la sociedad, poder educar, entregar tratamiento a la gente que lo necesite y poder liderar en esta labor que tanto me gusta. Y con Las Diablas se viene la preparación para la Nations Cup, que te permite subir muchísimo el nivel al estar entre los nueve mejores equipos del mundo, sería un plus para el país tener ese tipo de clasificación y creo que es el empujón que necesitamos luego de no ir a los Juegos Olímpicos. Será un año desafiante en ambos sentidos.

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