“¡Cuiden a mi mamá! Que sepa poco a poco esta desgracia... Parece que no me levantaré más”

La historia de Colo Colo y Real Valladolid está unida para siempre. El 3 de mayo de 1927, el fundador y capitán de Colo Colo, David Arellano, falleció en la ciudad española. Un luto en la camiseta alba, arriba del escudo, recuerda en cada momento ese fatídico hecho.

El día anterior, el Cacique jugó un partido ante la Real Unión Deportiva, antecesor del actual club, que terminó empatado 3-3. Antes, los albos ya habían goleado al mismo equipo por 6 a 2.

“Ese partido David no lo iba a jugar originalmente, de hecho lo tuvieron que convencer”, cuenta el historiador Sebastián Salinas, autor del libro ‘Por empuje y Coraje’, que profundiza sobre la época amateur del club popular

Arellano no tenía ganas de disputar ese infame partido, pero el Real Unión se había reforzado para la revancha y quería que estuviera David, la mejor figura chilena. Según el citado libro, “David Arellano tenía una hernia en el lado izquierdo del vientre, por lo que para poder realizar grandes esfuerzos físicos, sin poner en peligro que la hernia se abriera, debía usar un braguero elástico que contenía la herida, una venda de goma que se ponía en el cuerpo, lo que mantenía las carnes juntas”.

Como sólo había once jugadores a la mano, contando a David, al final el ex crack de Magallanes jugó ese partido. El capitán uso su braguero de goma, pero por el apuro de vestirse, se la puso muy suelta. Eso iba a ser clave. En el minuto 35, David Arellano disputó un balón aéreo con Hornia de la Real Unión Deportiva. El rival dio un rodillazo al chileno, que cayó al piso.

Producto de ese golpe, David queda muy mal y le dice a su hermano Alberto: “¡Ay, Alberto, parece que ya no me levantaré más!. Siento que se me va la vida en un dolor agudísimo”.

El lecho de muerte de David Arellano

“Como los dolores eran tan fuertes, el médico decidió que lo mejor era llevar a David al hotel, para que descansara y estuviera en un posible lugar para operar de urgencia”, describe ‘Por empuje y Coraje’.

Según el periodista Edgardo Marín en su libro ‘Historia total del fútbol chileno’, en ese lugar, su habitación en el Hotel Inglaterra de Valladolid, David Arellano recibió la Extremaunción. En esa agonía, le hizo un especial encargo a sus hermanos Francisco y Alberto: "‘¡Cuiden a mi mamá! Que sepa poco a poco esta desgracia’“.

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