Disfruta en Arica, cumple un rol social y sueña con el ascenso: “Logré madurar”

Nahuel Donadell (31) se inició hace más de una década en Unión Española tras llegar desde Mendoza a Santiago con 14 años y exhibe una larga trayectoria en la B con algunos pasos por Segunda División. Hoy es figura consular de San Marcos de Arica, elenco que poco a poco comienza a mejorar su rendimiento tras un magro comienzo. Hoy están en el puesto 14° y tras estar cinco fechas sin ganar, acumulan dos triunfos en los últimos tres partidos.

“Habíamos hecho buenos partidos, pero no habíamos conseguido ganar. Después de la derrota contra San Felipe de local, hicimos una autocrítica grande, porque fue el único partido donde no hicimos nuestro fútbol y no merecimos más. Después fuimos a Recoleta, logramos un empate importante visita y también sentimos que pudimos habernos quedado con los tres puntos. En nuestra primera victoria contra San Luis creo que mostramos nuestra mejor versión”, afirma Donadell.

- ¿En qué etapa de su carrera siente que está?

- Me siento muy feliz en la ciudad y también en el club. Siento que el crecimiento institucional ha ido de la mano con mi estadía acá, entonces me siento importante en ese sentido también, es parte del proceso. Eso es lo que me tiene feliz, en lo futbolístico y en lo personal. Sentirme parte de lo importante que se está haciendo es lo que más contento me tiene.

- Ha recorrido muchas ciudades en su carrera. ¿Arica es el lugar que le sienta mejor?

- Sí, porque mi señora es friolenta y acá el clima es espectacular. Después de haber estado tres años y media en Valdivia, un año en Puerto, otro año en (General) Velásquez (de San Vicente de Tagua Tagua), creo que esta ciudad tiene un ambiente espectacular, nos sentimos súper bien. A pesar de estar lejos de la familia, nuestra relación se ha ido fortaleciendo a través de esa distancia. Eso también es bueno, en cuanto a lo personal, porque ayuda a encontrarte con tu mejor versión futbolística.

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- ¿Se siente también valorado o reconocido por los ariqueños?

- Sí, y creo que ha sido difícil también para mí. En un principio, me costó un poco lograr regularidad. Creo que eso la gente lo valora mucho, porque también me quedé. Tenía otras posibilidades de seguir en la Primera B, cuando nos tocó descender por secretaría, y creo que fue una decisión acertada. También acá tengo la posibilidad de trabajar mucho, a través de mi rol de capitán, en diferentes actividades sociales. Eso me llena, me hace feliz, poder compartir en escuelas de fútbol, en los colegios. Esta posibilidad también me la da el club. Es algo que quiero ir desarrollando en mi vida personal.

- ¿Le costó tomar esa decisión? Quedarse jugando en Segunda División era como desparecer un poco del mapa.

- Para mí, claramente no era un objetivo volver a Segunda, conocía las precariedades que hay en la división. Si tomé la decisión de seguir acá es porque me siento muy feliz. También quería devolver al club a una división en la que yo sentía que debía estar, por cómo se está trabajando en lo dirigencial. A nivel personal fue una decisión difícil.

- Arica es la ciudad más lejana de Santiago en el fútbol profesional. ¿Cómo se vive profesionalmente esa distancia?

- Puede ser uno de los puntos negativos de estar acá. Fin de semana por medio te toca trasladarte en avión sí o sí. Eso conlleva a que son tres días afuera, inevitablemente. En lo familiar es bastante sacrificado, pero después uno le va tomando el ritmo. Te vas acostumbrando a que, cada dos semanas, te vas yendo por tres días. Hay que afrontarlo y es lo que conlleva estar acá en Arica.

- ¿A qué aspira hoy?

- Después de estos años en el fútbol, mi norte es jugar en Primera con Arica. Siento que acá he logrado madurar como jugador y persona, me gustaría llevar al club a Primera División. Estoy muy agradecido con el cariño de la gente y también uno tiene los pies en la tierra. A la edad que tengo y con toda mi trayectoria, siento que la mejor posibilidad sería jugar en Primera con Arica.