“Él dudó en un momento si seguir o no en el fútbol... Pero esto es para valientes y mi esposo es uno de ellos”
“Fue duro pasar de ser figura en Chile y hacerle un gol a Boca Juniors a desaparecer de partidos y citaciones. Yo siempre he creído que está para un equipo grande”, señaló Giannina Margas.


En cuatro años, Nicolás Peñailillo (33) pasó de ser el mejor lateral izquierdo del fútbol chileno y dar el salto a Unión Santa Fe de Argentina (donde tuvo un gran rendimiento, con gol a Boca Juniors incluido) a tener muy poca continuidad en Unión La Calera y Unión Española producto de algunas lesiones y decisiones técnicas.
Ahora, en 2025, “Nico” fichó en Deportes Limache con la intención de retomar su mejor nivel y la cosa no pudo arrancar mejor. Jugando como defensor central izquierdo, el zurdo fue figura en el empate 1-1 entre su nuevo equipo y Everton, por la primera fecha del Torneo Nacional.
Giannina Margas, esposa de Nicolás Peñailillo e hija del histórico ex defensor Javier Margas, habló con AS sobre los duros momentos que vivió su marido y cómo salieron adelante como familia. “Siempre he pensado que el fútbol es para valientes y él es uno de ellos. A Nico lo conocí en su mejor momento futbolístico, lo buscaban equipos importantes, era titular indiscutible, convertía goles, no lo paraba nadie. Lamentablemente, después de eso, le tocó vivir situaciones muy duras, desde lesiones, muertes de seres queridos, nuestro primer hijo... Situaciones que te golpean duro y te pueden dejar hundido. No cualquiera se levanta de estas situaciones y sigue luchando por lo que tanto le apasiona”, señaló.
- Después de tantos buenos momentos, ¿cúal fue la clave para levantarse y no decaer en los peores días?
- Su fuerza, su garra, el coraje que le puso todos los días y sobre todo las ganas de levantarse después de cada derrota. No fue fácil, porque él es muy autocrítico y demasiado exigente consigo mismo. Eso no está mal, pero a veces cuando las cosas no marchan como uno espera, te juega muy en contra no tener un equilibrio donde dices: ‘OK, pasó esto. Es por algo, se saca lo positivo. Me quedo con eso y continúo’. Acá no es el caso, le cuesta y le ha costado mucho manejar las situaciones donde no hay un porqué. Yo como esposa y su compañera vi cómo lo sufrió, cuánto le dolió estar fuera todos los partidos donde se sentía estar preparado. Y me atrevo a decir “preparado” porque lo demostraba en sus entrenamientos, asistía a los partidos a pesar de no ir citado, alentaba a los compañeros al igual que cuando estaba en las citaciones.
- ¿Cuál fue su rol y el de sus dos hijos?
- Él es un profesional excepcional, sigue entrenándose después de cada práctica con el equipo, se cuida con su alimentación, toma su descanso, realiza en casa sesiones de recuperación. Se instruye leyendo, porque además del fútbol está estudiando, lo que también le gusta mucho, y se maneja súper bien con finanzas contables. Hace todo para mejorar cada vez más y en todo ámbito. Pero sabía que su vida no tenía sentido si en su profesión no le estaba dando fruto a todo lo que él se esmera y sacrifica. Mi rol fue nunca soltarlo ni dejarlo solo. A pesar de que él así no lo viera, era una palabra de aliento en cada momento, respetar sus espacios. Sabiendo que no quería nada con el mundo. Es muy difícil entrar en la cabeza de un jugador cuando las cosas no andan ni resultan como ellos esperan. No quieren ni que les hablen. Bueno, es ahí cuándo tenemos que darles sus espacios y respetar sus momentos. Cuesta, pero la vida continúa y tienes que seguir avanzando con la casa, los niños, el trabajo y todo lo que conlleva el día a día. Pero a Nico lo conozco hace 12 años y sé todo lo que piensa y pasa por su mente. No es necesario que me diga “necesito esto”. Yo lo miro y ya sé todo.
- ¿Qué fue lo más complicado en todo ese tiempo?
- Para mí siempre fue tenerlo fuera de nuestra casa, el día a día como familia. No es lo mismo tener un mal día y llegar a tu casa solo, comer solo y levantarte solo, que tener un mal día y llegar a tu refugio donde te esperan, te van a sacar un ratito de ese mal momento. Y por supuesto que el no jugar de forma regular a lo que él estaba acostumbrado, fue muy difícil para él y para nosotros como familia, porque lo veíamos triste y decepcionado. Un par de veces dudó si tenía que seguir en su profesión.
Giannina Margas: “Yo siempre he creído que Nicolás Peñailillo está para un grande del fútbol chileno”
- ¿Fue muy duro el bajón de pasar de ser figura en Antofagasta y hacerle un gol a Boca Juniors a no poder jugar con continuidad?
- Durísimo. Yo siempre he creído que él está para un equipo grande. Y cuando fuimos avanzando de a poquito, pasamos por el norte, luego se presentó la oportunidad de ir al extranjero a un país donde el fútbol lo viven con mucha pasión y convirtiendo en un partido que fue histórico, jamás pensamos que podía pasar todo lo que pasó después: perder minutos, desaparecer de partidos y de citaciones. Yo sabía que esto se revertiría, sólo dependía de que él retomara su confianza y volviera ser ese Nico imparable que conocí en Everton.
- ¿Qué virtudes destaca usted de él tanto como futbolista, como esposo y como papá?
- Cómo futbolista, su disciplina, la perseverancia, lo valiente que ha sido y su compañerismo. Siempre quiere ayudar a los juveniles guiándolos a que se preocupen y le den importancia a su carrera, que le tomen el valor y respeto a lo que ellos eligieron. Como esposo, es muy detallista. Siempre piensa en cada detalle para fechas importantes, es preocupado, me apoya y me incentiva a siempre crecer en mi ámbito laboral y personal. Y como padre, sé que no le es muy fácil porque fue muy consentido por su madre y su abuelita, pero él trabaja y lucha siempre porque a sus hijos nunca les falte nada, es el gran apoyo de la casa para que sean niños bien portados conmigo y sean respetuosos siempre. Les inculca desde pequeños a los dos a que sean disciplinados y el valor de las cosas. Los regalonea mucho.
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