El sueño de Vidal que terminó en pesadilla: tensiones, quiebres y un adiós
En 2022, el mediocampista chileno cumplió el sueño de jugar en Flamengo. Pese a que consiguió dos títulos, la historia no terminó bien.
La visita de Colo Colo a Fluminense por Copa Libertadores también marcó el regreso de Arturo Vidal a Rio de Janeiro, ciudad que lo acogió un año mientras defendió la camiseta de Flamengo entre agosto del 2022 y julio del 2023.
El ‘King’, antes de recalar en el ‘Mengao’, ya había hecho público su deseo de vestirse de rubronegro y lo terminó consiguiendo una vez acabada su etapa en el fútbol de Europa. Y a pesar de que en el ‘Fla’ ganó títulos, la historia no terminó de la mejor manera.
Un comienzo de adaptación
Vidal llegó a Flamengo en medio de todas las competencias y el furor que generó su fichaje pareció alarmar a una parte del plantel. Y es que el chileno llegaba para ser titular, pero una vez que firmó, el joven Joao Gomes empezó a tener una regularidad insospechada, jugó un fútbol que antes no había desplegado, se transformó en titular indiscutido y se cotizó de una gran manera.
El ‘King’ aceptó la suplencia en el equipo que por entonces dirigía Dorival Junior y, la verdad, no se quejaba por dos motivos. Primero, porque estaba recién llegado. Y segundo, porque era titular en el ‘Equipo B’ y cuando jugaban los titulares él siempre ingresaba en el complemento. Así, lograron ganar la Copa de Brasil y la Libertadores en 2022.
Primeras tensiones
Pese a que la dirigencia flamenguista tuvo que convencer al consejo sobre el fichaje de Vidal, poco a poco le fueron soltando la mano. Primero, tras el exabrupto del volante en la celebración de la Libertadores, cuando profirió un grito de grueso calibre al Real Madrid, posible rival en el Mundial de Clubes.
Ya en 2023, la misma directiva se mostró muy descontenta con el ‘Rey Arturo’ cuando protestó en la banca del Maracana, en un partido del Campeonato Carioca en el que el técnico portugués Paulo Sousa no lo tuvo considerado para ingresar. Lo tomaron como un gesto poco solidario con sus compañeros. Lo cierto es que él ya sentía que había pasado el tiempo de adaptación y que con la salida de Gomes (vendido al Wolverhampton) le correspondía jugar.
La gota que rebalsó el vaso fueron las famosas transmisiones en twitch del mediocampista. Tras decir “si Colo Colo quiere la Libertadores, que me llamen”, la cúpula del club le hizo la cruz. Si bien le pidieron prudencia en sus comentarios, nunca gustó su faceta de streaming: en Flamengo consideran que el perfil de los jugadores debe ser de mayor cautela, la antítesis de Vidal. Y como no se detuvo, la dirigencia tomó medidas...
Relación quebrada con Sampaoli
Tras la destitución de Paulo Sousa, llegó Jorge Sampaoli y Vidal, en un inicio, valoró su fichaje. Es más, llegó a decir que por fin estaba jugando en su puesto natural. El casildense, en los primeros partidos, le dio toda la confianza al nacido en San Joaquín.
Sin embargo, tras el partido con Ñublense por la Libertadores, donde Vidal nuevamente se refirió a Colo Colo, sumado a informaciones a las que tuvo acceso AS, sobre sus transmisiones y el hecho de que fuera patrocinado por una casa de apuestas que era competencia del main sponsor del club, detonaron en que la dirigencia le pidiera a Sampaoli borrarlo.
El técnico argentino, que empezaba a escuchar los primeros murmullos sobre su trabajo, hizo caso, aprovechó el buen momento de Erick Pulgar y desechó al ‘King’. Esto, por supuesto, le dolió a uno que fue de los símbolos de la Generación Dorada, manifestando su descontento con Sampaoli apenas llegó a Athletico Paranaense. Incluso lo trató de “perdedor”.
El final y una demanda
Vidal, semanas antes de fichar en Athletico, dejó de jugar en Flamengo. Apartado de las canchas, el futbolista se enfocó en mantenerse bien físicamente y le dejó el trabajo de encontrar otro club a sus agentes. Una vez que se dio lo de Paranaense, la negociación se apuró y viajó rápidamente a Curitiba.
Hace semanas, para sorpresa de muchos, se conoció una demanda en contra del jugador. En total, por haber abandonado el departamento en Barra da Tijuca sin el correspondiente aviso y por la remodelación del inmueble tras los destrozos causados mientras el chileno vivió ahí, le piden 50 millones de pesos chilenos.
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