Estuvo cesante y logró fichar en un club histórico: “Mi sueño es llegar a 20 años de carrera”

Johan Fuentes es uno de los experimentados que son protagonistas en el Campeonato de Segunda División. El mediocampista, de 39 años, hoy actúa en Trasandino, histórico cuadro chileno que ahora bajo la gestión de Harold Mayne-Nicholls inicia una nueva etapa deportiva. El zurdo, campeón en 2015 con Cobresal, vivió momentos difíciles durante el primer semestre de 2023, pues se hallaba sin club, pero finalmente encontró un lugar para prolongar su carrera. Fuentes conversó con AS.

“Prácticamente estuve cinco meses sin jugar. Se me complicó, porque el año pasado no jugué mucho en Santa Cruz y me costó hallar club por un tema de minutaje. Tuve la suerte de que me llamaron don Harold (Mayne-Nicholls) y (el DT) César Bravo, que está a cargo del plantel, y la verdad es que tienen un proyecto bueno. Son personas transparentes”, manifestó Fuentes, quien se formó en Unión Española y pasó también por Cobreloa, La Calera, Temuco, Curicó y varios otros clubes.

“Vine para acá (a Los Andes) con muchas expectativas. Hay un buen equipo, hay jugadores que tienen mucho potencial acá y los vi cuando llegué. Estoy contento, porque mientras uno pueda dar en el fútbol siempre va a estar a disposición”, agregó le mediocampista.

- ¿Cómo ha sido desempeñarse en la división? Es una categoría distinta en las formas de juego.

- Es un poco distinto a la Primera División y el Ascenso. En las divisiones superiores se toca y se juega más, acá todo es más directo, más físico, más aguerrido y a veces las canchas no acomodan mucho. Me costó las dos primeras fechas, pero después me fui adaptando. La verdad es que tienes que trabajar la parte física a mil, porque si no acá tienes dos o tres cabros que te van a marcar y se te hace difícil jugar. La división es súper física, pero hay jugadores muy buenos, hay material.

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- ¿Cuáles son sus expectativas hacia adelante o no se proyecta tanto?

- Lo mío es corto acá. Yo vine con un contrato hasta término de temporada. Lo mío es tratar de andar bien, mostrarme en la división para seguir jugando. Me queda poco, un año, para cumplir un sueño que tengo que es llegar a los 20 años de carrera. Nos estamos mostrando, estamos ‘andando máquina’ para dejar una buena imagen y seguir este otro año activo como me gustaría.

- ¿Qué sucedió en la parte final de su paso por Santa Cruz?

- Lo que pasa es que por ahí tuve un par de… no de molestias, pero sí no compartía con el técnico que estaba, que era (Héctor) Adomaitis, su forma de ver el fútbol, no me gustaba. Tuvimos un par de problemas, pero pasó que le dije lo malo y él también me lo dijo a mí, y luego tuve pocos minutos. Después tuve pocas herramientas o recursos para ir a buscar club en la división.

- ¿Se arrepintió después? ¿Pudo haber manejado de otra forma el desacuerdo?

- Sí, sí, la verdad es que yo nunca fui así, nunca tuve problemas con nadie. Pero después dije ‘no, tengo que mostrar lo que valgo’. Por ahí, creo que me equivoqué yo también, porque él (Adomaitis) era el jefe, el que manda, y cuando también anda con malas caras, la verdad es que te pasa la cuenta. Eso me perjudicó a mí no más en lo personal.

- ¿Sus planes son volver al Ascenso?

- Sí, sí, me gustaría volver a una división más arriba, pero a mí me pasó la cuenta solamente por no jugar tanto el año pasado en Santa Cruz. Antes, tuve opciones de jugar en esta categoría, pero esperé para intentar seguir en el Ascenso. Después quise agarrar en Segunda y ya no había cupos.

- ¿Pensó en que iba a tener que dejar de jugar en los cinco meses que estuvo sin club?

- Sí, la verdad es que se me pasó por la mente. De hecho, hice todos los papeles para ver el tema del bono retiro (del Sifup) y la verdad es que llamó don Harold y no dudé en venir para acá. Sé que todavía puedo entregar en el fútbol y físicamente me siento bien. Uno como persona también entrega experiencia, alegría al entrenar y todo eso.

- ¿Qué hacía mientras esperaba otra opción para seguir en el fútbol profesional?

- Entrenaba por mi cuenta, lo hacía en mi casa. Me dediqué un poco a mis hijos, a ir a dejarlos al colegio y a estar más en la casa. Pero al quinto mes ya estaba desesperado, quería puro salir a correr, a jugar, tratar de estar activo.