FÚTBOL CHILENO

La nueva vida de Sebastián Rozental, el crack que Chile no pudo disfrutar: se retiró a los 31 años

Irrumpió en Católica y la selección chilena Sub 17, y llegó a Europa tras protagonizar un millonario fichaje. A partir de ahí todo cambió. “Hoy mi motor de vida es mi familia y los amigos”.

Editor General de la edición chilena del Diario AS desde el 2019. Antes trabajó en ATP World Tour y Emol. Máster en SEO por KSchool (Madrid) y SEO Manager en Prisa Chile.
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Sebastián Rozental fue una de las grandes promesas del fútbol chileno de la decáda de los noventa. Formado en Universidad Católica, debutó profesionalmente en 1992 y rápidamente mostró su talento goleador.

En 1993, fue parte de la histórica selección chilena Sub 17 que alcanzó el tercer lugar en el Mundial de Japón: aportó seis goles en siete partidos en el Sudamericano, y cuatro goles más en Asia, y fue la gran figura junto a Manuel Neira.

Su progreso no terminó ahí. En la UC marcó 39 goles en 75 partidos y levantó la Copa Interamericana 1994 y la Copa Chile 1995. En 1997 dio un salto histórico al firmar por Rangers de Escocia, convirtiéndose en el primer sudamericano en vestir esa camiseta.

Sin embargo, en su debut sufrió una grave lesión de ligamentos cruzados que lo mantuvo fuera de las canchas por más de dos años. Aun así, fue parte de un plantel ganador que obtuvo tres ligas y dos copas nacionales.

Tras su paso por Escocia, tuvo un breve regreso a Universidad Católica, donde recuperó parte de su nivel. Luego defendió a Independiente de Argentina, Colo Colo, Grasshopper Zurich en Suiza, Columbus Crew en Estados Unidos y Maccabi Petah-Tikvah (2006-2007) y Maccabi Netanya, donde se retiró en 2008.

El golpe del retiro y su nueva etapa laboral

Rozental decidió retirarse del fútbol a los 31 años, convencido de que era el momento adecuado. Sin embargo, reconoce que el “día después” fue complejo. Estuvo un año y medio sin recibir sueldo.

“Yo trabajé mucho tiempo en Canal 13 y sentía que que lo hacía bien, por algo me contrataban. Cuando me retiré pensé que me iban a contratar y nunca fue. Ese fue un golpe duro. Sentí que la burbuja en la que uno vive en el fútbol se rompió”, contó en El Legado.

Tiempo después, incursionó en las comunicaciones, pero con el tiempo decidió alejarse de los medios. “El aspecto técnico no es muy valorado en Chile”, dice. Hoy trabaja en Vibra, la oficina de representación deportiva que lidera Fernando Felicevich, y donde su trabajo está centrado en el acompañamiento futbolístico a los padres e hijos, más que en los contratos.

Una vida centrada en la familia

A sus 47 años, su vida gira en torno a su esposa y sus hijos, Luca y Emiliano. “Mi motor diario es mi familia y mis amigos”, afirma. Se define como una persona agradecida. “La vida es frágil, hay que disfrutarla y ser agradecido”, reflexiona.

Aunque reconoce que su salida de Escocia rumbo a Argentina pudo haber cambiado su carrera, sostiene que todo lo vivido lo formó como persona. Más que los goles o los títulos, su legado está en los valores que transmite. “Si tuviera que tatuarme una palabra sería ‘gratitud’”, dice.

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