Entrevista AS

Lluvia, frío y sol: la vida chilena de una figura que busca el ascenso

Llegó en 2019 y pasó por Ñublense y Universidad de Concepción, pero hoy es clave en la delantera de Copiapó para enfrentar a Cobreloa: “Me he sentido cómodo”.

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El cuarto año de Maximiliano Quinteros en el fútbol chileno puede culminar de la mejor manera. El delantero de Copiapó, figura en el 5-1 ante Puerto Montt para acceder a la definición por el ascenso ante Cobreloa, dialogó con AS y no escondió la ilusión de cerrar el 2022 con el paso a Primera División. En 2019 llegó a la capital de la Región de Atacama, luego también actuó por Universidad de Concepción y Ñublense. Hoy siente que la llegada al fútbol grande es posible, tras casi un lustro en el país.

“Nosotros venimos con el envión. Creo que va a ser un partido difícil. Tenemos que aprovechar la localía y ellos también querrán hacer lo mismo en Calama. Esperamos sacar adelante la serie, estamos bien”, sostuvo Quinteros en relación al duelo de este miércoles (20:00 horas) contra los loínos, en el estadio Luis Valenzuela Hermosilla.

- ¿Qué tal la vida junto a su familia en esta segunda etapa en Copiapó?

- Esta fue nuestra primera ciudad en Chile y nosotros sentimos que era la ciudad donde nos habían acogido y estando los chicos en el colegio, todo fue excelente. Cuando estuvimos afuera, extrañábamos mucho el clima, porque en Chillán hacía un frío bárbaro y llovía. Nos fuimos al otro extremo y ahora en el regreso como que nos estaba esperando toda la gente con la que nos habíamos relacionado anteriormente. En el colegio, los niños se volvieron a encontrar con sus compañeros. A mí siempre me gustó la ciudad, a otros puede ser que no. Ahora que volvimos, creció la ciudad, mejoró el club también. La verdad es que estamos muy a gusto en Copiapó.

- ¿Echaban de menos la temperatura más grata del norte?

- Sí, claro, pero te digo la verdad… de repente estuvo medio de mal humor, porque hizo bastante frío. Yo decía ‘¿Qué pasa? ¿Cambió el clima en Copiapó?’ (ríe). Cuando estuvimos en Conce (por su paso por Universidad de Concepción) fue mi primer equipo en Primera acá. Pude hacer unos goles y la gente se portó muy bien. Justo nos agarró la pandemia, nos respetaron el contrato todo el año y eso es algo para valorar. Después el clima era ‘tropiconce’, salió el sol en la mañana, después se ponía a llover, salía el sol de nuevo y más tarde hacía frío. Impresionante, pero la verdad es que es una ciudad hermosa.

Quinteros festejando un tanto por Copiapó.

- ¿Y el paso por Chillán?

- Llegamos también en pandemia y pudimos conocer poco la ciudad, pero la verdad es que gente extraordinaria también. La gente del club se portó muy bien y los hinchas ni hablar. Pudimos clasificarnos a la Copa Sudamericana y sentí el cariño. Valoro mucho el paso por Ñublense y también por la U de Conce, ambos clubes me dieron la posibilidad de haber jugado en Primera.

- ¿Qué balance hace de estos años en Chile?

- Me he sentido cómodo, es un fútbol bastante ordenado. Lo único malo es que tienes que viajar por todos lados (ríe), como es un país muy largo. Creo que ya me acostumbre y ahora estamos jugando cada tres o cuatro días. Viajamos un montón, antes las sufría y ahora lo disfruto. La verdad es que acá ha sido lindo, bonito, atractivo, disfrutando.

- ¿Sería muy bueno entonces dar otro paso en Chile con el ascenso de Copiapó?

- Sí, claro, es el objetivo. Tenemos que estar tranquilos y tener claro que es una final. Esperamos darle ese regalo a la gente. Les decíamos a los chicos ‘¡Qué lindo que es jugar la liguilla! Lo último, la final y la semifinal la ve todo el mundo. Como si estuviéramos jugar la final del mundo’. Y los muchachos se reían. Como es una final, capaz que terminemos cero a cero y se termine definiendo por penales.

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