“Me sentí despreciado por Felipe Cornejo, pero ahora llegó mi oportunidad y la supe aprovechar”

Luego de cuatro duelos sin ganar en el Ascenso, Rangers festejó ante Deportes Temuco. El elenco rojinegro se impuso por 2-1 como visita y uno de los nombres más llamativos de su oncena fue Jefferson Sánchez (28). El arquero colombiano, que llegó a Talca en enero, hizo su debut y se emocionó tras el pitazo final.

Horas después de ese triunfo, que dejó a Rangers con 37 puntos en el cuarto lugar, Sánchez atiende a AS y se desahoga. “Estoy muy contento porque llegó la oportunidad después de tanto tiempo. Inesperadamente me había encontrado con una lesión que me hizo perder la opción de debutar mucho antes, pero gracias a Dios se dio. Se hizo lo mejor posible y lo importante fue que se ganó”, dice el meta, quien fue titular en el Germán Becker por los problemas físicos de Miguel Jiménez.

- ¿Qué lesión tuvo?

- Cuando llegué, 10 días antes de que empezara el campeonato, sufrí el corte parcial del ligamento posterior en un entrenamiento. Me marginó prácticamente media rueda, y cuando me alcancé a recuperar o a ir tomando ritmo, ya había una base. Y bueno, eso complicó el debut. Sabes que cuando alguien te reemplaza y le va bien, es normal que uno deba volver a hacer fila y trabajar el doble para estar considerado. Y de una u otra manera, el profe (N. de la R: hace alusión a Felipe Cornejo, quien dejó el club hace poco. Hoy, el DT es Eduardo Pinto) no me tuvo en cuenta, así que me tocó esperar. Gracias a Dios, todo salió como se quería.

- ¿La pasó muy mal?

- La pasé mal en lo emocional, porque obviamente hubo cosas con las que uno no está de acuerdo, como las decisiones técnicas a veces. Y bueno, con constancia, perseverancia, trabajando con humildad, algún día tendría que llegar la oportunidad. Ahora llegó y se supo aprovechar. La cancha no se prestó tanto para mostrar ciertas virtudes, pero todo se sacó adelante.

- ¿Con qué decisiones técnicas no estaba de acuerdo?

- No tanto con el tema de jugar, porque sé que no es justo con la persona que viene haciendo las cosas bien, que en este caso es (Miguel) Jiménez. Pero sí con no ser citado, con no estar al pie del cañón con el equipo, en el camarín, cuando yo ya estaba habilitado y recuperado. Me sentí un poco alejado, marginado, despreciado por el anterior técnico (Felipe Cornejo). Esas cosas me hacían pasarla mal.

- Ayer, tras la victoria en Temuco, la transmisión oficial lo enfocó. Estaba arrodillado y creo que hasta lloró un poco. Se emocionó, ¿no?

- Sí, fueron muchos sentimientos encontrados. Me arrodillé y besé mi rodilla por la lesión. Ahora, con el pasar de los partidos y tomando el ritmo de competencia, mi nivel subirá, como cuando llegué. Estoy muy tranquilo, feliz por mis compañeros, y por el partido que se hizo, ya que necesitábamos la victoria.

- En el momento que le mencionaba, Juan Pablo Andrade llegó a abrazarlo...

- Sí, los muchachos siempre me han hablado. ‘Juanpa’ se acercó y me dijo ‘te felicito, negro. Lo que has pasado, no todos los jugadores lo superan... Tú, con tus ganas, con tu manera de trabajar, con tu profesionalismo, nunca bajaste los brazos. Te mereces que te esté pasando esto ahora y que te haya ido muy bien’. Eso da motivación, porque los compañeros ven el trabajo. A veces, uno piensa que no se ve, pero sí lo notan. Y eso es muy importante para uno.

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- Hoy, Rangers está en puestos de liguilla. ¿Cómo se enfrenta un momento así sin relajarse? Antes de vencer a Temuco, de hecho, venían de cuatro partidos sin ganar…

- La única manera de seguir afrontando esto es convenciéndonos de que tenemos buenos jugadores y de que podemos implementar nuestra manera de jugar, una identidad. De pronto, no lo habíamos logrado en los anteriores partidos, pero ganábamos. No se notaba lo que queríamos, pero sabemos que tenemos buen material, buen pie. Ahora, la obligación es salir con balón en posesión, proponer y darle buen trato a la pelota. El profe (Eduardo) Pinto hizo énfasis en eso, así que nos sentimos cómodos, porque cada jugador está en su posición natural.

- ¿Su familia lo acompaña en Chile?

- Estoy con mi mujer. Ella me ha apoyado durante todo este tiempo, así que la estadía se ha hecho un poco más fácil.

- ¿Cómo ha sido su carrera?

- A los 19-20 años me fui al fútbol argentino. Jugué en Andino, en el Federal A. Después volví a Colombia, a Bogotá y Llaneros, a Segunda División, y el plus lo tuve año pasado, en Deportes Quindío. Fuimos campeones en Segunda y ascendimos. Tuve muy buenos pasajes en Primera y fue un logro muy importante para mi carrera y para mi vida, así que bueno... Eso dio pie para que esté en Rangers. Ahora espero ir subiendo el nivel y estar a la altura en lo que resta del campeonato.

Sus días en la Selección de Colombia

- Tengo entendido que también fue seleccionado juvenil, ¿no?

- Sí, tuve muchas convocatorias. Tuve compañeros que hoy en día son de un nivel importante como (Juan Fernando) Quintero y Miguel Ángel Borja, que están en River. Quedaron muchas amistades y gracias a Dios se me dio esa linda oportunidad que todo jugador juvenil anhela. Ahora andamos buscando cosas más importantes y bueno, uno nunca sabe... Uno siempre sueña en más adelante estar en Primera División y poder ser considerado en la Selección mayor.

- ¿Y qué recuerda específicamente de Quintero y Borja?

- Borja erraba muchos goles. Los que hace hoy, los erraba con nosotros (ríe). Y Quinteros siempre fue un mago. Tiraba esas pinceladas, esos pases filtrados. Él sí fue distinto todo el tiempo.

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