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ENTREVISTA AS | PARTE II

“Traumatismo craneal”: el momento más difícil de una ex figura del Torneo Nacional

El ex Curicó, Mauro Quiroga, repasó en As una de las situaciones más complejas que le ha tocado vivir: “Sentía impotencia, me dolió perderme partidos”.

Guayaquil, EcuadorActualizado a
“Traumatismo craneal”: el momento más difícil de una ex figura del Torneo Nacional

“Este año viví dos etapas. La primera, fue el momento donde más participé, que fue productivo, pero después me quedé con ganas de más. En abril, en el partido ante Deportivo Táchira en fase de grupos de Libertadores, sufrí un golpe en la cabeza que me dejó con un traumatismo cranoencefálico, que me duró más de lo que yo esperaba”. La ex figura de Curicó Unido, Mauro Quiroga (32), se torna pensativo al hablar sobre el momento más complejo que vivió este año, durante su estadía en Emelec.

PARTE I: Fue goleador en Chile, hoy vive en Ecuador y quiere volver: “Me gustaría ir a un grande”

El ex goleador del cuadro ‘Tortero’, Argentinos Juniors, Necaxa y otros, confiesa en As que sintió profundamente haberse perdido parte de la temporada: “Hoy no me gusta regalar nada, porque antes ya perdí mucho tiempo de jugar al fútbol, tiempo que no voy a recuperar”. En esta entrevista, Quiroga reflexiona y cuenta cómo ha lidiado durante su carrera con esta clase de traspiés.

- Cuando sufrió ese golpe, ¿cuánto le tomó estar bien?

- Yo pensé que era un golpe normal... Cinco o seis días, como todos esos golpes que uno sufre jugando fútbol. Me llevo 25 días volver a estar bien. No me sentía seguro, me golpeaba un poquito la cabeza y... pero bueno. Con el tiempo pasó, ya había avanzado casi toda la fase de grupos de Libertadores, después jugamos con Mineiro y quedamos fuera en octavos. Quedé con la sensación de que lo hice bien, pero quería más. Y en lo grupal también.

- ¿Tuvo miedo en ese momento?

- Más que miedo, era impotencia. Por cómo soy yo, por cómo lo vivo. Estuve tres días internado y cuando salí me fui al club a entrenar. No puedo estar quieto en mi casa, no sé... diez días. Quiero estar siempre al cien. Yo sabía que era algo que iba a pasar, pero lo que me dolía era estar perdiendo tiempo, partidos importantes y no ayudar al equipo.

- Y en sus inicios, ¿vivió momentos difíciles en el trayecto al profesionalismo?

- Mira, yo tengo la suerte, comparándolo con otros casos, que mis papás siempre me apoyaron. Hasta el día de hoy trabajan. Mi papá tiene 63 años, mi mamá igual. Siempre nos demostraron con ejemplos. Mi papá tenía un negocio, el típico de barrio. También hacía viajes provinciales con un transporte. Y a la vez se preocupaba mucho de llevarme a todo lo del fútbol. Puedo decir que un plato de comida nunca me faltó. Así y todo, fue duro, porque en Argentina salen jugadores hasta debajo de la tierra. Es difícil llegar frente a tanta competencia. Yo empecé en un club de barrio, que se llama Almagro. Después me fui a Gimnasia y Esgrima de Concepción del Uruguay. Y había chicos hasta con más condiciones que yo. Yo llegué a mi último año de secundaria, y debía elegir entre estudiar una carrera, que no sabía qué podía ser porque no me gustaba estudiar, o el fútbol. Pero, en ese momento, en el lugar donde yo estaba, tenía un riesgo muy alto. Porque yo no estaba en las juveniles de River o Boca. No era cosa fácil.

Mauro Quiroga festeja su gol ante San Luis, en el Campeonato Nacional 2018.
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Mauro Quiroga festeja su gol ante San Luis, en el Campeonato Nacional 2018.JOSE ROBLES/PHOTOSPORT

“Yo bajé de Primera a Tercera división del fútbol argentino. Hubo momentos muy difíciles, jodidos, de mucha incertidumbre, donde decía ‘¿ahora quién me va a querer’”

Mauro Quiroga

- Me decía que hoy no le gusta regalar nada, porque ya vivió un tiempo donde debió perderse partidos. ¿Cuándo fue eso?

- Ese fue un momento bisagra que fue a fines de 2014, cuando fui a Atlético Rafaela, Primera División del fútbol argentino. Yo con toda la ilusión. Debuto y ese mismo partido me lesiono la rodilla. Estuve más de seis meses fuera. Cuando volví, no nos fue bien en el club, y era muy difícil conseguir que alguien me quisiera en la situación en la que estaba. Casi un año y medio jugando muy poco. Ahí me volvió a abrir las puertas Gimnasia. Ojo, yo bajé de Primera a Tercera división del fútbol argentino. Hubo momentos muy difíciles, jodidos, de mucha incertidumbre, donde decía “¿ahora quién me va a querer”. Donde la carrera que uno planificaba o pretendía no se estaba dando. Pero comencé a hacer goles... imagínate, al tiempo después estaba en Argentinos Juniors. Por eso te digo que hoy no me gusta regalar nada.

- ¿Ha sacado algo positivo de esos momentos?

- Sí, me han sido de mucha ayuda para manejar situaciones difíciles. Hoy digiero todo más rápido y me siento un jugador mentalmente muy fuerte. Soy muy competitivo y no quiero perder a nada. Después de todo lo que pasé, cualquier cosa es más llevadera.