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ENTREVISTA AS

Fue el primer chileno en llegar a Europa, se retiró en 2015 y volvió a jugar con 44 años: “Me siento bien y motivado”

“Hoy pienso que pude haber estirado al menos un año más mi carrera, porque podría haber jugado la Champions”, cuenta en entrevista con AS.

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Fue el primer chileno en llegar a Europa, se retiró en 2015 y volvió a jugar con 44 años: “Me siento bien y motivado”

En 1999, Patricio Martínez se transformó en el primer jugador de balonmano chileno en llegar a Europa. El “Pato” comenzó en las inferiores del Barcelona y luego inició un largo recorrido por otros equipos de España, Austria (donde fue elegido el mejor extranjero) y Rumania, donde se retiró en 2015 tras ganar la liga y la Copa. Con la Selección, en tanto, consiguió la medalla de bronce en los Juegos Panamericanos Guadalajara 2011 y marcó el primer gol de la Roja en la historia de los mundiales ese mismo año, entre otros logros.

Hace pocos días, sin embargo, Martínez hizo noticia tras volver a la actividad profesional con 44 años y luego de ocho temporadas retirado. El chileno fichó por el Balonmano Elda CEE, equipo de la tercera categoría de España, y ya es uno de los goleadores de la liga. Allí, está compartiendo camarín con Emil Feuchtmann (40), quien acaba de retirarse de la selección chilena tras 20 años y después de lograr la medalla de bronce en Santiago 2023.

En diálogo con AS, “Pato” Martínez habló de este retorno a la actividad, pero también de su visión de vida y lo que significa para él hoy en día haber sido el primer chileno en llegar a la élite del balonmano mundial. “Esto se dio por una iniciativa de Emil. Él llegó a este equipo para estar bien preparado para los Juegos Panamericanos. Nosotros teníamos la idea de hacer un proyecto en otra ciudad, pero no sucedió por un montón de cosas. Al final, Emil me invitó y yo dije ‘vamos’”, cuenta, entre risas, el viñamarino.

- Volver a jugar profesionalmente y con 44 años no debe ser fácil. ¿Le costó mucho?

- Siempre estuve entrenando lo físico en el gimnasio o corriendo. Físicamente me he mantenido bien, pero jugar es otra cosa. Después del primer partido, no me podía levantar de la cama al otro día (risas). Ahora, poco a poco, voy cogiendo mi nivel, me voy sintiendo cada vez mejor y estoy hasta sorprendido de mí mismo.

- Lleva más de 40 goles en nueve partidos...

- Estoy entre los 10 primeros goleadores de la liga, estoy súper contento con eso, pero como soy extremo, dependo mucho de las primeras líneas. Me siento bien, súper motivado. Después de mi retiro intenté jugar para divertirme de forma no profesional y no encajé en el amateurismo. Al final me terminaba saliendo porque es poca exigencia, ya que es gente que va a pasarlo bien y yo no sé pasarlo bien sin exigirme. Esta es la primera vez que vuelvo, el nivel es semiprofesional y va todo bien. El grupo es muy bueno y estamos teniendo resultados. Vamos primeros en la liga y ya todos pensamos en el ascenso.

- ¿Puede ser un motivo de orgullo para usted demostrar que no hay edad para el deporte profesional?

- Sí, yo creo que esas ideas se están rompiendo hoy. La tecnología y la ciencia están dando respuesta, más allá de las lesiones, a la longevidad de los deportistas. Hay gente que en la mente tiene pensado parar a los 36, como antes, pero otros como yo, Emil o mi mujer (la brasileña Alexandra do Nascimento, una de las mejores jugadoras de handball de la historia), que con 42 años juega en la Primera División de España, están rompiendo esa barrera y creo que cada vez será más común.

- Viendo lo que está haciendo hoy y pensando en que paró con 36 años, ¿nunca se arrepintió de su retiro?

- En su momento no, porque estaba súper saturado. No me refiero a lo físico, de hecho estaba bien, me quedaba un año de contrato y habíamos clasificado a la Champions League. Pero estaba cansado de los viajes y todo eso. Yo me vine con 18 años a Europa y entrenaba todos los días en doble jornada. Si no era por mi equipo, igual entrenaba por las mías en las tardes. La autoexigencia fue tanta que al final ya no soportaba ir a entrenar. Fue un tema mental, no físico. Ese año ganamos la Copa, ganamos la liga y ahí me pareció bien. Hoy pienso que pude haber estirado al menos un año más, porque podría haber jugado la Champions. Creo que es de lo único que me arrepiento un poco.

- ¿Qué hizo en estos ocho años?

- En el balonmano poco. Me he dedicado más a negocios. Tenemos varias cosas en Brasil de distinta índole. He tratado de multiplicar lo que el deporte nos ha dado para no tener que reinsertarme en la sociedad en un “trabajo normal”, que es lo que yo no quiero ni para mí ni para mi mujer. En ese sentido, he intentado lo mejor posible para tener una vida, más o menos, tranquila.

- Hace más de una década, en un programa de TV, usted dijo que la gente le decía que no se dedicara al balonmano porque no le daría nada y usted respondió que le ha dado a su mujer, casas y conocer el mundo entero. ¿Sigue pensando igual sobre las carreras deportivas?

- No sólo carrera deportiva, sino al final todas las carreras no tradicionales. En Chile nos meten miedo de que no es posible. Esa teoría parece ser que sí, pero en la práctica no es tan así. Si uno se entrega y le da todo a lo que uno ama, la retribución viene en todos los sentidos y uno de ellos es el económico. Yo aconsejaría a la gente que si realmente aman hacer algo, no tengan miedo, tírense de cabeza, porque al final los resultados vienen. Obviamente después viene la responsabilidad de cada uno. También hay casos de amigos deportistas que han ganado mucho dinero, no lo han sabido invertir, han perdido todo y han tenido que reinsertarse a la sociedad. En mi caso, era tanto el miedo y pensaba que era pésimo estudiante, que creía que no podía trabajar en cosas tradicionales. No tenía otra opción que emprender. Por eso, desde que estoy con mi señora, hemos intentado por ese lado. Hay que tener la cabeza de juntar dinero, tener esa disciplina, para en el futuro poder invertirlo y multiplicarlo.

- ¿Siente que ese pensamiento sigue en Chile o ha cambiado un poco?

- No, no sigue la misma línea. En el círculo cercano o en el balonmano ha habido una influencia y una especie de cambio. En el balonmano, los jóvenes ya están con la idea de venirse a Europa y ser profesionales. Es una pena que eso no se haya traspasado a la directiva o autoridades del balonmano para hacer una liga mejor o semiprofesional. Con el tiempo eso va a ir cambiando. Espero que haya una liga supercompetitiva en Chile.

- ¿Se va a radicar definitivamente en España?

- No lo tengo tan claro. Mis negocios están en Brasil y obviamente paso mucho tiempo allá cuidando las cosas. Pero la vida aquí nos gusta mucho, es tranquilo y vivimos sin miedo a que te roben el auto o te asalten. Eso dice mucho, sobre todo ahora que soy padre de una niña. Eso me llama mucho la atención, pero igual me gustaría hacer algo en Chile. A día de hoy no se han dado ni las oportunidades ni las condiciones.

Patricio Martínez y los elogios de sus ex compañeros de la selección chilena

- Tras ganar la medalla de plata en los Juegos Panamericanos Lima 2019, algunos de sus ex compañeros como Emil y Erwin Feuchtmann, le dedicaron ese logro a usted por ser el primer chileno en llegar a Europa. ¿Qué piensa de eso?

- Es súper gratificante que te reconozcan, que te nombren en los éxitos de ellos mismos, donde yo no tengo nada que ver. El éxito es de ellos. Las horas y el amor que Emil o Erwin le han dedicado al balonmano no tiene nada que ver conmigo. Es bonito que te reconozcan por abrir ciertos caminos, pero el éxito es 100% de ellos y yo me siento orgulloso de sus carreras y de lo que han hecho por la selección chilena. Es bonito que Emil haya tenido un lindo cierre en la selección, porque yo infelizmente por distintos motivos no lo tuve. Que él lo tenga, me llena el corazón.

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