La decisión por Bravo
El nuevo entrenador de la selección chilena de fútbol tiene bastantes tareas por abordar. Partiendo por recuperar lugares en la tabla, establecer una idea de juego, seguir gestionando un recambio que está en marcha hace rato, potenciar el material disponible y darle forma a la escuadra. Es probable que los amistosos de marzo, incluso la Copa América, sean estaciones para que el nuevo técnico realice un diagnóstico real, en cancha, de los nombres con quienes afrontará en septiembre el retorno de las clasificatorias.
Chile tendrá nuevo entrenador, no un mago ni un curandero milagroso. Los resultados serán, como siempre, consecuencia de un trabajo y del material humano disponible, tanto en la Roja como en los rivales. Porque el fútbol no se puede analizar sin contrincantes.
Dicho esto, hay una decisión que deberá tomar el nuevo entrenador y tiene que ver con uno de los referentes de la generación dorada: Claudio Bravo.
Cuando el portero vuelva a entrenar, cuando vuelva a jugar, el técnico deberá decidir si formará parte de este nuevo proceso, que es herencia de un testimonio que tiene a la selección fuera de los lugares de clasificación o repechaje. Bravo tiene 40 años. Cumple 41 en abril del 2024. En condiciones físicas y competitivas, sigue siendo un portero de alto nivel. Algunos creemos que continúa siendo el mejor de los porteros que Chile tiene disponible. Pero la opinión del medio no tiene relevancia en las decisiones de un entrenador. O no debería.
Hay una serie de factores que serán considerados. Primero, el criterio técnico. La edad también será un elemento a considerar. No sólo pensando en eliminatorias sino en un final feliz con Chile clasificando a un Mundial. La relación dentro del plantel también será un agregado. ¿Quedaron esquirlas en el grupo con la salida de Bravo en el período Berizzo? Si bien es cierto ya no quedan tantos “dorados”, su voz se escucha y son importantes, sobre todo para en técnico recién arribado y que necesita respaldarse entre los más grandes. Sea cual sea la decisión, se espera respeto por el mejor arquero chileno de todos los tiempos. Eso no significa que hay que convocarlo a todo evento. Ojalá la posición sea clara, única, ecuánime y respetuosa. Que ambas partes no se enteren por externos de decisiones cuya ruta más corta es decirlo directamente, sin ambages ni subterfugios.
El fútbol es dinámico y las sentencias no deberían ser tan definitivas. Evitar el nunca, eludir el para siempre.
Sigue el canal de Diario AS en WhatsApp, donde encontrarás todas las claves deportivas del día.