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La medalla de Berizzo

En los Juegos Panamericanos, el fútbol suele ser un actor de reparto. El protagonismo está en otros deportes, con exponentes que resaltan y brillan con luz propia. Como pocas veces, el balompié pasa casi desapercibido. ¿Alguien recuerda la lista de los campeones Panamericanos de fútbol, como se recitan los monarcas mundiales o continentales? Pocos. Muy pocos.

Es más, la mayoría de los entrenadores nacionales no asisten a este tipo de competencias. Pero Berizzo aceptó asumir este desafío. Tomó esta decisión hace largo rato, sabiendo que este certamen se jugaba entre fechas clasificatorias y sin conocer la atribulada sensación ambiente que quedó tras la estrepitosa caída contra Venezuela. En otro contexto, estos Panamericanos serían un trampolín para que el Toto probara futbolistas, jugadores del medio local, menores de 23 años, que podrían saltar prontamente a pelear una camiseta de titular por clasificatorias. Y no mucho más que eso. Pero al jugarse en Chile y por el vaivén de los resultados, se convirtieron en un campeonato extremadamente relevante para su continuidad.

Existe una sensación ambiente compleja, en donde la expectativa y realidad parecen transitar por veredas que no se conectan. Buena parte del medio futbolístico (entrenadores, afición, prensa) espera que la Roja juegue como antaño, pero con jugadores de mucho menor relieve y roce internacional. Estamos lejos de nosotros mismos y la foto del momento en la tabla de posiciones, no dista mucho de la realidad. Otra cosa es subir la vara, achicar el margen y tratar de competir por una última plaza clasificatoria o el repechaje. ¿De verdad creemos que la Roja está para mucho más que eso?

La derrota ante Venezuela fue un cachetazo fuerte. Chile no ha exhibido un rendimiento sobresaliente, pero contra Colombia fue competitivo y a Perú se le ganó con justicia. En ambos partidos el arco se entregó en cero. Pero ante los llaneros el retroceso fue contundente en forma y fondo. El primer tiempo la Roja mostró ribetes con opciones a favor, pero el primer gol de Soteldo fue el inicio de una debacle sin apelación.

En este escenario, no se permite una mala actuación en los Juegos Panamericanos. El problema es que una buena presentación, no será suficiente para calmar las aguas. Eso sólo se conseguirá en caso de sumar una buena cantidad de puntos contra Paraguay y Ecuador en noviembre.