Lo estamos pasando mal
En una entrevista concedida al programa cordobés La Mesa del Fútbol, el técnico de la selección chilena, Ricardo Gareca se refirió en detalle a su momento en el cuadro nacional. No lo está pasando bien Gareca. No lo están pasando bien los jugadores. No lo pasa bien la directiva. No lo pasa bien la afición.
Lo estamos pasando mal.
Después de alabar las virtudes del país, su estructura, organización y formalidad, el entrenador deslizó las complicaciones que todos vemos. La selección tiene apenas cinco puntos en la tabla, está lejos de todo y en pocas semanas registra un calendario terrible: el 10 de octubre recibe a Brasil en Santiago y cinco días después viaja a enfrentar a Colombia como forastero.
Como si eso fuera poco, el rendimiento tampoco sostiene mejores panoramas. Por eso la forma de juego es tan relevante. Cuando los resultados tambalean, la confianza se sostiene en la forma de juego. Cuando no tienes ninguna de las dos, quedas en orfandad absoluta. Así está Chile hoy.
Los márgenes de mejora se ven difusos. Hay rendimientos importantes en los clubes que por diferentes razones no se traducen en el colectivo, lo que no es nada inusual. Se destaca, por ejemplo, la disparidad de rendimiento de Paulo Díaz, quien en River Plate aparece como un caudillo en la zaga, mientras en la Roja su rendimiento aún no se consolida. Esa postal es cierta, pero tiene una explicación propia del fútbol: en River, Paulo Díaz es parte de un círculo virtuoso en los últimos años; en la Roja está inmerso en un proceso de recambio que está siendo más traumático de lo esperado.
Ante el exiguo escenario, cualquier brote que aparece lo convertimos en un vehículo de esperanza: el buen momento de Echeverría y Alarcón en Huracán, los goles de Barticciotto en Talleres, el regreso a la red de Marcelino en Norwich, alguna actuación destacada de Osorio en Dinamarca, Brereton que juega en la Premier.
Pero seamos sinceros. Tenemos poco. Labor del entrenador será potenciar esa oferta y llevarla a su máxima expresión, que tal vez, no sea tanto cómo nos gustaría ver.
Lo estamos pasando mal.
Muy mal.