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Pelé y el final del siglo XX

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Murió Pelé. Una sentencia que lamentablemente no sorprende demasiado por el delicado estado de salud de O Rei en las últimas semanas. Su fallecimiento abre una grieta en cualquier repaso serio de la historia. Y hablamos de historia, no de recuento deportivo. Reducir a Edson Arantes do Nascimento a los confines de una cancha de fútbol sería tan mezquino y estrecho como ignorante. Pelé fue mucho más que un futbolista. Fue historia pura.

Se han escrito miles de páginas respecto al hombre nacido en Tres Corazones. Sus cualidades futbolísticas no caben en el vocabulario. Decir Pelé es referirse al mismo tiempo a un nombre, un sinónimo, un adjetivo, un concepto, una metáfora, una ilusión. Cualquier comparación en serio de Pelé con otro futbolista es una falta de respeto para el brasileño y una humillación para la contraparte. Sus dotes, sus rasgos, su estadística, lo convierten en una figura que simplemente no tiene dimensión.

Pero Pelé fue mucho más que eso. Es un fenómeno cultural. Pelé convirtió a un deporte que ya era popular en un asunto planetario. No podemos entender la trascendencia de este juego tan simple sin la trayectoria de un hombre que llevó el fútbol a los espacios más remotos del orbe. Con mucha seguridad Pelé es el brasileño más reconocido en el mundo entero. Con mucha seguridad es el futbolista más famoso del mundo. Con mucha seguridad no hay lugar en la Tierra donde el nombre de Pelé no se haya escuchado.

Como todo hombre, tiene luces y sombras. Se le criticó muchas veces su cercanía con el poder político y económico, su tibieza durante el período de la dictadura brasileña. El propio Pelé se hizo cargo de esto último y en sus años finales reconoció que su interés en defender el Scratch era, precisamente, darle alegría a un pueblo que sufría demasiado. Pelé hizo feliz a Brasil y a la pelota, porque nadie la trató con tanta gracia.

Pelé fue el mejor del mundo durante casi dos décadas. Ganó tres mundiales. Anotó más de 1.200 goles oficiales. En una cancha hizo todo lo que un jugador pudo realizar. Inspiró a millones a lo largo del globo. Por algo cuando nos referimos a O Rei, todos sabemos de quién estamos hablando.

La frase no es mía sino del colega Andrés Huerta de Radio ADN: La muerte de Pelé es la de un referente que cierra la historia del siglo XX. Le anuncié que le robaría la frase porque me pareció tan sensata como precisa. El siglo XX se extendió por 22 años más, hasta la muerte de su majestad.

O Rei ha muerto. El trono quedará vacío.