¿Qué están haciendo con la U?

El 6 de marzo de este año, Universidad de Chile perdió 4-1 contra Colo Colo en el estadio Monumental. El 2 de abril la U cayó ante Universidad Católica por 2-1. El pasado 31 de julio, en Talca, el cuadro universitario volvió a perder contra el Cacique por 3-1. Este 27 de agosto, en la reapertura del Nacional, la UC se quedó con el duelo universitario al vencer por un contundente 3-0.

Este 2022 la U perdió todos los clásicos.

Para ahondar más en una temporada espantosa, en este momento la U está a un punto de los lugares del descenso. Universidad de Chile está a tres unidades del colista absoluto del torneo. Desde la llegada de Diego López al banco, el equipo suma dos puntos de los últimos 18 posibles. La tabla de salvación a la que se aferra la U son los puntos obtenidos bajo el interinato de Sebastián Miranda.

A comienzos de temporada se encendieron las luces de alerta desde todos lados. El diagnóstico era evidente: Universidad de Chile no tenía un buen plantel, ni en cantidad ni calidad de jugadores. Había posiciones donde casi no habían intérpretes. El ex director deportivo, Luis Roggiero, determinó la salida de jugadores importantes, como Joaquín Larrivey, quien no fue reemplazado por delanteros a su altura. El equipo casi no contaba con zagueros centrales, laterales izquierdos, volantes de salida, delanteros externos. Pero no quisieron escuchar. Repitieron una y otra vez que era un plantel competitivo y así les fue.

Los mandamases de Azul Azul, que aún no le contestan a los representantes de la casa de estudios quien exigieron claridad y transparencia, decidieron reemplazar a Roggiero, cambiar al entrenador, contratar asesores vinculados a la era Jadue, ser muy blandos con la organización de los partidos y mantener un mutismo que nunca se vio en la historia de la U. Incluso en sus peores momentos, incluso cuando Universidad de Chile se fue al descenso, siempre alguien dio la cara. Menos ahora. Silencio total. Escondidos. Marchándose del estadio Nacional quince minutos antes del final del partido.

Nadie quiere perder ni hacer las cosas mal, pero vale la pena preguntarse cuál es el objetivo de los directores de Azul Azul. Porque en un deporte competitivo se puede ganar o perder, pero no dejar de competir. Menos cuando tienes una historia inmensa en tu espalda, menos cuando tienes una afición inmensa, menos cuando llevas el nombre de la Universidad de Chile.

¿No será qué quieren que la U descienda, que sus acciones bajen de precio, para que nuevos compradores las adquieran? Da para pensarlo. Es raro que te equivoques tanto en una sola temporada.