Yo vi jugar a Chile en un Mundial
Por primera vez, la Roja queda fuera de tres Mundiales en cancha. No es sólo una derrota deportiva. Es cultural, social. Es un daño a nuestras biografías. Un daño del que nadie responde.

Yo vi jugar a Chile en un Mundial. Lo vi clasificar, a estadio lleno, con ilusiones encendidas, con estadios repletos, con jugadores referenciales, con camisetas rojas en la calle cualquier día, no sólo los días en que jugaba la selección.
Yo vi jugar a Chile en un Mundial. Vi que los niños querían ser como los jugadores chilenos que vestían los colores de los mejores equipos del mundo.
Yo vi jugar a Chile en un Mundial. Lo vi cuando en plena jornada escolar, los estudiantes instalaban televisores en las salas, los patios, porque ese día no había pruebas ni demasiadas clases, porque ese día jugaba la Selección.
Yo vi jugar a Chile en un Mundial. Vi el gol del Coto Sierra a Camerún, el cabezazo de Mark González a los suizos, vi el gol de Charles Aránguiz a España, para eliminar al campeón del mundo.
Yo vi jugar a Chile en un Mundial. Vi el gol de Vastic en el último minuto contra Austria, vi el gol de Villa ante mala salida de la defensa, vi el palo de Pinilla en Belo Horizonte.
Hay países que van a todos los Mundiales. Felicitaciones para ellos. Enhorabuena. Pero nosotros no. A nosotros nos cuesta. Pero no nos cuesta tanto como ahora. La única vez que Chile se perdió tres Mundiales consecutivos fue en México 86 (eliminados en repechaje contra Paraguay), Italia 90 (Maracanazo de Roberto Rojas), EE.UU 94 (no jugamos las Clasificatorias, por tramposos).
Por primera vez, la Roja queda fuera de tres Mundiales en cancha.
No es sólo una derrota deportiva. Es cultural, social. Es un daño a nuestras biografías. Un daño del que nadie responde.
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