Era hoy, no mañana

La victoria de la Universidad de Chile ante The Strongest de Bolivia no espantó todos los fantasmas azules, pero al menos sirvió para que el equipo de Martín Lasarte respirara con algo de alivio.

Soy de los que creen que el resultado no es el único factor para el análisis, pero concedo que es un elemento esencial. Permite trabajar con tranquilidad y reforzar conceptos. Errado sería pensar que un triunfo en la Copa Libertadores bastará para torcer el rendimiento de la U y pensar que ahora todo es bueno. Pero perder habría sido una lápida.

Ante los bolivianos la U marcó mal. Comenzó perdiendo, inesperadamente. Cada vez que el The Strongest aceleraba, los azules tenían problemas. El gol de Lorenzetti le permitió seguir en la batalla, continuar en el partido.

La U ganó con justicia. En la segunda parte se unieron varios elementos a favor del equipo de Lasarte. Expulsión de Veizaga, una defensa visitante muy feble, con laterales poco incisivos y centrales discretos. El portero Vaca ahogó al menos dos gritos de gol y los tantos de Sebastián Ubilla y Gustavo Canales insinuaron una goleada que no llegó. Después del 3-1, sabiéndose perdedores, los bolivianos se metieron atrás y empantanaron el partido. La diferencia de gol puede ser clave a la hora de pelear una clasificación.

Lasarte terminó jugando con Lorenzeti, Fernández, Cortés, Rodríguez, Ubilla, Canales. Todos jugadores de corte ofensivo. No sé si el uruguayo estaba tan convencido de jugar de manera tan poco equilibrada, pero al menos nadie lo podría culpar de no salir a buscar el partido.

Falta. Falta mucho. Pero ganar siempre ayuda. La Universidad de Chile sigue complicada en su objetivo de clasificar a la siguiente fase de la Copa Libertadores. Pero ganar, para la U, era hoy. No mañana. No había espacio para prórrogas. Y cumplió.