Sin Techo
Es imposible saber cómo terminará la historia para Arturo Vidal esta temporada. Ya ganó el scudetto –su cuarto consecutivo – debe jugar la final de la Copa Italia ante el Nápoles y acaba de disputar los 90 minutos del triunfo por 2 a 1 ante el Real Madrid en el partido de ida por las semifinales de la Liga de Campeones de Europa.
En el fútbol no existen los pronosticadores infalibles y, por lo tanto, nadie puede anticipar con total certeza si la Juventus conquistará el anhelado triplete que componen los títulos de liga, copa y Champions. El equipo de Turín no gana la liga y la copa desde la temporada 94-95 y aunque se adjudicó la Liga de Campeones de Europa y la Intercontinental al año siguiente ambos títulos no se pueden considerar parte de la misma campaña. “Si ganamos los tres títulos el festejo durará un año”, dijo el Rey Arturo hace algunos días.
Vidal ya está en la historia grande del equipo más ganador de la Serie A. Llegó desde el Bayern Leverkusen con 23 años y, de inmediato, fue factor determinante en el título de 2011-2012 quizá el más importante de los cuatro que ha conseguido porque puso fin a una seguía de ocho temporadas. Una verdadera eternidad para el equipo de la Vecchia Signora. Aquel año, el volante de la Roja se ganó a los tifossi y lo que vino después fue sencillamente idolatría pura.
El calcio ha sido campo fértil para el lucimiento de los jugadores chilenos, pero lo de Vidal es superlativo. Superó los títulos de liga de Marcelo Salas y aunque el Matador le saca ventaja porque dio nueve vueltas olímpicas entre copas, supercopas y recopas, el Rey Arturo se instala al mismo nivel por la increíble concentración de éxitos en tan corto plazo. Que se entienda bien, no es una cuestión cuantitativa sobre quién ganó más títulos. Para mí Vidal y Salas son homologables por su enorme categoría.
La experiencia indica que en Italia cuando eres un crack puedes permanecer mucho tiempo en un mismo club. Ejemplos hay por montón. Maldini 24 años en el Milán, Zannetti 19 en el Inter, Di Natale 10 en Udinese, Pirlo 10 en el Milán, Nedved 8 en la Juve, etc. Vidal, por lo que ganó y lo que representa, si quisiera, se podría jubilar en Turín. Pero su espíritu guerrero, es también ganador y aventurero y, de seguro, lo mueven nuevos desafíos. Si hace una temporada estuvo cerca de fichar por el Manchester United y en una lista de posibles en el Real Madrid es probable que los mejores equipos del mundo vuelvan a la carga por él.
Las aprensiones respecto del estado de su rodilla deben quedar definitivamente al margen. Es evidente que su deseo de jugar por Chile en Brasil 2014 tuvo un costo y vivió meses difíciles. Pero ya está, es parte del pasado. Este martes, Vidal fue el jugador de mayor despliegue físico de los 22 de estuvieron en la cancha del Juventus Stadium. Celia recorrió 12 kilómetros y, además, jugó un partidazo en el segundo tiempo.
La historia dice que nunca un jugador chileno ganó la Champions. Y Vidal está a dos partidos de la gloria. Parece poco, pero al mismo tiempo es una enormidad. Veremos qué depara el destino y, de paso, qué tanto antes podrá integrarse a la concentración de Chile para la Copa América. Lo cierto, y más allá de que Sampaoli lo quiera tener en Juan Pinto Durán y el Monasterio Celeste con mayor antelación, es que el Vidal se puede bajar del avión, poner la camiseta y rendir como un superclase.