El partido que perdió Cavani
El dato es brutal, pero refleja fielmente la trama que tuvo la victoria por 1-0 de Chile frente a Uruguay, que permitió a la Roja acceder a las semifinales de la Copa América. El equipo de Sampaoli logró un 80 por ciento de posesión del balón y los charrúas concretaron apenas 82 pases exitosos durante todo el encuentro. Ambas cifras quedaron al tope en sus respectivos ítems en lo que va del torneo continental.
A simple vista, los números indicarían un dominio total de Chile sobre los celestes. Sin embargo, el trámite del partido fue exactamente al revés: Uruguay tuvo el control del juego y el duelo se resolvió por la expulsión de Edinson Cavani, cuya ausencia fue vital para que se concretara el gol del triunfo de Mauricio Isla.
Que la Roja tuvo más el balón y se impuso en la territorialidad, pues el partido se desarrolló principalmente en el campo de los uruguayos, no admite dudas. Pero estas variables no indican control del juego, que está vinculado con las situaciones de gol que es capaz de generar un equipo. A más llegadas al arco contrario con chances reales de marcar, mayor dominio. Por el contrario, si un elenco no crea peligro o solo genera la ficción de atacar, no puede ser catalogado como el amo en las acciones.
Uruguay controló el juego, porque no hubo zozobras en su meta. De hecho, la primera gran opción de gol del partido fue al inicio del segundo tiempo y fue de los charrúas. Diego Rolán empalmó en forma débil un balón suelto al borde del área de meta, tras un rebote y luego de un tiro libre, que llegó providencialmente a las manos de Claudio Bravo.
Entonces, el plan de juego de los celestes se desarrollaba a la perfección: control del trámite del partido, a partir de una férrea estrategia defensiva, buscando sorprender mediante una jugada puntual en algún respiro de la Roja. Los de Sampaoli tenían manejo total del balón y del territorio, pero no del juego.
Sin embargo, Gonzalo Jara desniveló el encuentro. El zaguero provocó a Edinson Cavani, quien debió haber sido expulsado en el primer tiempo, cuando le pegó un pechazo al segundo árbitro asistente. Tras la tocación que le hizo Jara, el delantero reaccionó golpeándolo en la cara. El árbitro Sandro Ricci le mostró la segunda tarjeta amarilla a los 63 minutos y el jugador del PSG partió al vestuario.
Desde el punto de vista táctico, la ausencia de Cavani resultó vital en el gol que le dio la victoria a Chile. Hasta la tarjeta roja, los celestes habían exacerbado su dispositivo defensivo. Todo el equipo estaba detrás de la línea del balón, en los últimos 20 metros del terreno de juego.
Así, resultaba vital el repliegue de los delanteros celestes hasta el borde del área propia, para capturar los "segundos balones". De esta manera, podían sofocar el ataque chileno e iniciar la salida hacia campo contrario. Pero en el gol de Isla, Jorge Valdivia capturó la 'segunda pelota' solo y no estaba Cavani para estorbarlo. El Mago le dio rápida continuidad a la ofensiva de la Roja, frente al achique en bloque de la defensa visitante, con un pase lateral hacia el lateral del QPR, quien convirtió.