Lateral derecho de la U en los 90
La historia de vida del ex azul Gabriel Galindo en Haití
Junto a su esposa integra un grupo de chilenos que fundó un orfanato en el sur del país. "Estamos a 10 minutos de la ciudad de Aquín, en la montaña", cuenta.

Hace un tiempo, Gabriel Galindo optó por darle un giro importante a su vida en Santiago. En compañía de su mujer Trinidad Cádiz, el ex lateral derecho de Universidad de Chile y Antofagasta se estableció en Haití, en el Caribe, pero lejos de las playas paradisíacas. En la zona de la ciudad de Aquín, al sur de la capital Puerto Príncipe, con otros chilenos hoy encabeza el proyecto de un hogar para niños huérfanos.
"Llevamos casi tres años acá. Estamos en un proyecto de una fundación cristiana chilena, que se llama fundación “La casa del señor”. Nos vinimos el año 2012 a empezar un proyecto de un orfanato. Tenemos 26 niños en total y ahora somos 12 chilenos los encargados del proyecto. También dentro del proyecto está trabajar con la comunidad. Es un sector muy pobre y rural", explica Galindo a AS Chile desde Haití.
"Estamos a 10 minutos de la ciudad, en la montaña. También estamos desarrollando un proyecto para tener más captación de agua y huertos familiares. Nuestra idea es poder replicar a pequeña escala esto en la gente de la comunidad, buscando la autosustentabilidad y si les queda algo, que puedan vender algunos productos también", agrega.
-¿Qué lo motivó a radicarse en Haití, considerando la grandes dificultades que posee el país?
-Fue a través de la iglesia, ya que soy parte de ella desde hace mucho tiempo. Con mi esposa dijimos que estábamos disponibles para venir. Podía ser sí o no y finalmente se dio la instancia. Primero vine por dos meses, volví a Chile y luego regresé para acá para empezar con el tema de las construcciones, porque partimos desde cero.
-En vista del contexto en Haití, ¿no debe resultar muy fácil cumplir su labor?
-Mira, tenemos 12 niños y 14 niñitas con edades que van entre los dos y siete años. La idea es trabajar con niños pequeños para ir formándolos en el tiempo. Con niños más grandes es más difícil, porque por ejemplo algunos están acostumbrados a vivir en la calle. En algún momento tuvimos un par de niños así y después se querían arrancar. Era difícil y entonces optamos por trabajar con niños pequeños, que era un poco la visión del proyecto.
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-¿Qué función cumple su esposa en el proyecto?
-Mi señora es ingeniero civil industrial. Ella trabajó muchos años en la Corfo en un área de proyectos. Entonces ella presentó un proyecto "Chile contra el hambre" para desarrollarlo en el ámbito internacional y nos lo adjudicamos. Lo empezamos hace poco acá y busca generar huertos familiares y cómo conseguir captaciones de agua.
-¿Cómo es la vida en la comunidad junto a los niños?
-Es mucho más tranquila en cuanto a ritmo de vida que en una ciudad. Pero igual el trabajo es intenso, porque tenemos a los niños las 24 horas y los siete días a la semana. En el grupo nos organizamos con turnos. Hay un grupo que ve el tema colegios y otro las actividades recreativas. Entre todos sobrellevamos la carga, es decir todo lo que implica funcionar con niños en un orfanato.
-Usted es entrenador, ¿con tantas actividades se olvidó completamente del tema futbolístico en Haití?
-El tema fútbol no es algo que yo esté haciendo. En un momento hacía actividades deportivas con la comunidad. El orfanato demanda mucho tiempo y no estoy haciendo algo activo con el fútbol. Siempre estoy pendiente de lo que pasa y del campeonato en Chile también. Trato de ver qué pasa con la gente que uno conoció allá.
-¿Ni siquiera le alcanza el tiempo para jugar una "pichanga" de vez en cuando?
-De repente juego. Los niños acá son súper buenos. Hay talento. Los comparo con los niños en Chile y son mucho más hábiles y fuertes. La raza es una parte, pero por ejemplo desde chico están transportando agua y eso les ayuda a ser más fuertes. Son súper coordinados y les encanta el fútbol acá. Su entretención es seguir la liga española y pagan por asistir a ver los partidos por televisión en la ciudad. Son hinchas del Real Madrid o del Barcelona y son súper fanáticos.
-¿Cómo se proyecta hacia el futuro: seguir en Haití o tal vez está la chance de volver a Chile?
-Miro para adelante, pero pensando en seguir en esto con los niños, si no hubiese un cambio muy importante. Me interesa avanzar con los niños, que puedan ser personas que apuntaban a no tener mucho y sean después personas con educación, que puedan estudiar y eso mismo usarlo en su país. Nuestra intención no es que sea gente que se eduque y después emigre de Haití. La idea es que tengan aprecio por su país y puedan ayudar acá.