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LOLLAPALOOZA CHILE

El día que Eminem pensó en dejar el rap y llegar a la NBA

Marshall Bruce Mathers III confesó en su biografia que a los 18 años pensó seriamente renunciar a la musica y perseguir su otro sueño: jugar baloncesto.

Actualizado a
Eminem, con la camiseta de Detroit Pistons.

Mucho antes de ser la estrella, cuando todavía se hacía llamar M&M y no Eminem, y su musica sólo se escuchaba como un secreto bien guardado en Warren, Míchigan, en Detroit, Marshall Bruce Mathers III pensó que el futuro no estaba en rap sino en una cancha de básquetbol.

"Tenía 18 años, estaba confundido acerca de qué camino a seguir en la vida; Yo era bueno en el rap, pero no estaba muy bien. Pensé que podría ser mejor en el baloncesto de lo que podía ser al rap, y estaba considerando seriamente seguir una carrera", confesó en su biografía, The Way I Am, sobre este episodio que podría haber cambiado por completo su historia.

La idea eso sí no era un arrebato o un manotazo de ahogado. Nacido en Misuri y criado en Michigan, el joven Mathers jugó desde pequeño a este deporte y creció pensando en un plan: la liga universitaria, el draft y aspirar a una posibilidad en la NBA.

"Había dos lugares en lo que solía jugar; en uno de ellos era el mejor, y en otro el segundo mejor, detrás de un tipo que era más alto que yo. Ser profesional era una posibilidad remota, pero también lo era hacer rap. Vanilla Ice había hecho casi imposible que un niño blanco pudiese tener respeto en el rap", prosigue el fanático de los Detroit Pistons.

Pese a ello, Eminem corrió el riesgo y mal no le fue. Seis años después de esas dudas, lanzó con éxito su primer disco Infinite, y comenzó a construir un exitoso camino que siguió con varios Grammy, un Oscar y más de 80 millones de copias vendidas, que hoy lo tiene como una de las cartas más esperadas del Lollapalooza Chile este sábado.

El músico, escogido en el puesto 82 entre los 100 mejores artistas de la historia por Rolling Stone, no se ha escapado del todo eso sí del deporte, y cada vez que puede ocupa su silla en el The Palace of Auburn Hills de Detroit. Ahí celebró por ejemplo el último título de los Pistons en 2004, pensando quizás que él podría haber estado alguna vez ahí dentro.