ADN RadioConcierto Radio
NewslettersRegístrateAPP
españaESPAÑAchileCHILEcolombiaCOLOMBIAusaUSAméxicoMÉXICOusa latinoUSA LATINOaméricaAMÉRICA

La renuncia de Mario Salas

Actualizado a

En una entrevista a comienzos de abril, Mario Salas ratificaba que algo estaba cambiando en la manera de operacionalizar su modelo de juego en Universidad Católica. Para ello, entregaba la conceptualización que lo impulsaba al matiz en la forma cómo se había movido su equipo hasta entonces.

"Si no logro resultados, no voy a ser un gran entrenador. Los resultados mandan", decía. "Hemos cambiado y modificado algunas cosas que en algún momento eran a rajatabla", agregaba. Estaba claro. La UC vivía un proceso de cambio interno, según su propio entrenador.

Las innovaciones estaban vinculadas con un cariz más defensivo del equipo. Donde primero se pudo apreciar fue en la funcionalidad de los otrora punteros, la cual incidía en la configuración general del sistema de juego. De un 4-2-1-3, mutable a un 4-2-3-1, se pasó prudentemente a un 4-4-1-1. 

Durante el desarrollo del juego, los aleros establecieron como ubicación basal un punto en la cancha algunos metros más atrás. Por lo tanto, el duelo con los laterales de turno, en el cumplimiento de sus obligaciones defensivas, los encontró recibiendo al oponente de frente. No en marcación persecutoria como antaño, lo que los exponía claramente a la disfuncionalidad.

Además, en el ítem punteros bien vale la pena consignar un hecho que refleja el tono más defensivo que Salas le confirió al equipo. Finalmente, el DT se decantó en la derecha por José Pedro Fuenzalida. El ex Boca Juniors hacía años que no actuaba como alero. De hecho, al cuadro xeneize llegó como marcador de punta, tras una buena campaña en Colo Colo, con él jugando de "2" y Gonzalo Fierro de "7".

Fuenzalida resultó importante en la obtención del título del Clausura. A pesar de no lograr gran continuidad en Boca Juniors, pudo nutrirse en un aprendizaje táctico de excelencia. Lo reflejó en las instancias decisivas del torneo. Por delante de Stéfano Magnasco, se apoderó de la franja derecha e incluso marcó dos goles decisivos, ante la U y Audax Italiano, el tanto del título.

Otro aspecto crucial en el paso evolutivo dado por Salas aconteció en la mitad de la cancha. De la nada, y pese a que muchos ariscaron la nariz, extrajo de una suplencia sin fin a Fabián Manzano. Volante de contención estacionario, de buena ubicación y con énfasis en la labor defensiva. Una especie de Mario Lepe 2.0 en ciernes.

El sacrificado fue César Fuentes. Ya antes en la misma zona, Marco Medel había cedido su puesto a Jaime Carreño en una clara predilección de Salas por un juego más dinámico, no de trazos tan largos, con permanentes rupturas, apoyos en segunda línea de ataque y mayor recorrido e intensidad en el mismo. Sin embargo, esta vez le tocó al ex volante de O'Higgins dar un paso al costado.  

Con Manzano el equipo obtuvo mayor estabilidad defensiva por delante de la línea de cuatro defensores. Gracias a la compañía permanente de Carreño y al respaldo de los volantes por los costados, en conjunto armaron un primer bloque de contención eficaz. También deformable de manera veloz para la transición ofensiva.

Al final, todos estos elementos resultaron clave para que el proceso defensivo de la UC fuera más eficaz. Puede que la propuesta de Salas, con su renuncia a antiguos elementos de su modelo de juego, signifique una apostasía de lo que tanto predicó. Sin embargo, la readaptación táctica desarrollada por el DT de la UC posee más atributos que lo ligan a un salto evolutivo en su carrera. Todo en pos del título que tanto añoraron los cruzados por más de un lustro.