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¿En qué momento se jodió todo? (El caso de Valdivia)

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¿En qué momento se jodió todo? (El caso de Valdivia)

El domingo pasado, tras 26 años, Deportes Valdivia regresó al fútbol profesional chileno. O a la Primera B, si usted prefiere la precisión. Enhorabuena para un club que representa a una de las ciudades más bellas del país. Después de Curicó, por cierto.

Pero increíblemente, con cosas que suceden sólo en Chile, el ascenso para el equipo del Torreón es un problema. Casi un cacho. Para demostrar una solvencia económica tienen 30 días para documentar, acreditar, cancelar dos millones de dólares. ¿Tiene Deportes Valdivia esa plata? No. Amplío la pregunta, ¿Algún club en Chile, de cualquier división, está en condiciones de asegurar el pago de dos millones de dólares en un mes de plazo? Estoy seguro que ninguno.

La paradoja que se le pide a Valdivia es que debe demostrar su solvencia económica adeudándose. Una locura. Sólo en Chile logras ser campeón, ganarle a todos los demás y eso no es otra cosa que un pasaporte a la deuda. Es cierto que estando en Primera B, Valdivia asegura el ingreso de nuevos recursos, como los venenosos derechos de televisión. Pero ¿hay alguien, uno solo de nuestros preclaros dirigentes, que analice el espíritu y no la letra? ¿Alguien que ponga la pelota en el piso y piense que es demencial tener un torneo donde te conviene más perder que ganar, en términos de sanidad económica? Algo huele mal en todo esto.

Entiendo el respeto a los estatutos. Los tiempos legales no son los tiempos del periodismo. Estamos de acuerdo. Pero si los estatutos son una locura, son letra muerta, si están hechos para la escasa movilidad de los clubes, para mantener el statu quo, uno se pregunta ¿Por qué diantres no se cambian los estatutos? Una de las razones es por las leyes de amarre dejadas por la administración anterior de Alí Babá: se requieren cuatro quintos de los votos para modificarlos. Y nuestros dirigentes, hasta que no se ven afectados directamente, no quieren cambiar la estructura. Pocos, muy pocos, miran la actividad observando más allá de su ombligo, de sus propios intereses.

Si agregamos que los últimos que lograron el ascenso de categoría, Puerto Montt e Iberia, tuvieron un año para documentar esa millonaria cifra, menos se entiende todavía.

La señal de nuestra reglamentación es clara para Deportes Valdivia, el equipo del Heidi González, Luis Gormaz, Luis Marcoleta, José Gutiérrez, Laurence Tapia, Manuel Tobar, César Fritz, Carlos Maturana, Patricio Ponce, Jorge Cordero, Mario Hormazábal, Ariel Fabbiani. Mejor no hubieran subido. Sale muy caro. Es más barato, más conveniente, perder que ganar.

¿En qué momento se jodió Perú? piensa Santiago Zavala, protagonista de Conversación en la Catedral, la inmensa novela de Mario Vargas Llosa. La pregunta es el principio de la novela y a la vez, el comienzo de una pesadilla desgraciada cuyo único desenlace claro es que la maldición los perseguirá por siempre.

¿En qué momento se jodió todo en el fútbol chileno? Tal como en la novela, la respuesta no la tenemos clara sobre el origen, pero sí sobre el futuro. ¿Cuándo se arreglará todo? Así como vamos, nunca.