Los atributos
Dice Pablo Guede, tras el empate de Colo Colo contra Antofagasta en el norte, que el mayor atributo de su equipo fue la personalidad de sus jugadores
Dice Pablo Guede, tras el empate de Colo Colo contra Antofagasta en el norte, que el mayor atributo de su equipo fue la personalidad de sus jugadores. Pese a la caída temporal salieron en busca del empate con arrojo y audacia. Una cualidad que los albos poseen hace 80 años. Quizás más. El refrán "de atrás pica el indio" nació en la década del 40 a propósito de ese rasgo impetuoso de no rendirse ante la derrota, algo que Guede destaca como gran y novedoso atributo. ¿Acaso los equipos de Platko, el Tigre Sorrel, el Zorro Alamos, Mirko Jozic, Gustavo Benítez, Claudio Borghi, no trataban de recuperarse cuando iban perdiendo y dejaban el alma para dar vuelta un partido?
Cuando uno escucha a Sebastián Beccacece, DT de la Universidad de Chile o a su ayudante Nicolás Diez, uno oye hablar de un equipo protagonista, que va al frente siempre, que pone el corazón en la cancha. Una característica que la U mantiene hace 80 años. Quizás más. No sólo no es nada nuevo. Aquello que el entrenador valora como atributo es una condición, parte inherente de jugar o dirigir a la Universidad de Chile. ¿Acaso los equipos del Ballet Azul, de Fernando Riera, del Lulo Socías, de César Vaccia, de Miguel Ángel Russo, Jorge Sampaoli, no eran protagonistas, no trataban de ganar siempre, no eran conmovedores en su entrega?
El discurso de ambos técnicos se parece. Nos hablan hace rato de equipos tremendamente ofensivos, pero su propuesta en cancha dista mucho de que eso sea algo más que una saludable intención. Quizás ganan los nueve partidos que quedan y salen campeones. Pero la diferencia entre la palabra y lo exhibido en la cancha sigue siendo enorme.
Hay diferencias, eso está claro. Pablo Guede dirige su primer campeonato en Colo Colo, donde hoy está a dos puntos del colista. Dos. Lo de Beccacece es deuda de arrastre. Ya son dos torneos donde la promesa del vértigo estremecedor aún no se cumple.
A cambiar el discurso. Eso que los entrenadores de los equipos más populares del país resaltan como gran atributo, es solo condición mínima para dirigir equipos grandes. Personalidad. Entrega. Protagonista. Ni claudicar. Y no es nada nuevo. Está en la esencia de ambas instituciones. No podría ser de otra manera.