México sin fronteras
Colo Colo está en vilo por la posible partida de Claudio Baeza a Brasil o México. El polifuncional jugador albo no está conforme con el reajuste salarial que le ofrecen en Macul y podría seguir los pasos de Martín Rodríguez.
En las últimas horas, a su turno, el goleador de O’Higgins, Gaston Lezcano, llegó a acuerdo con Morelia y será compañero de Rodrigo Millar, Diego Valdés y Sebastián Vegas. La norma que terminó con el límite de extranjeros en México está provocando la salida de las principales figuras del fútbol sudamericano a una liga que hoy paga mejor que varios países europeos. México la lleva.
El reglamento, aprobado a mediados de 2016, permite un número ilimitado de futbolistas foráneos en cada plantel y alinear hasta 10 por partido. De los 18 jugadores que se registran para cada encuentro 10 pueden ser extranjeros o nacionalizados y 8 tienen que ser mexicanos. Solo es imperativo que un futbolista azteca sea titular entre los 11 que salen a la cancha.
La última actualización del balompié mexicano cifra los extranjeros en 185 con un promedio de 11 por equipo. Veracruz comanda la lista con 17 seguido de Tigres y Rayados con 14 y Necaxa con 13. Cuantitativamente prevalecen los argentinos, colombianos y uruguayos, pero los chilenos están en franco ascenso y corresponden alrededor del 10 por ciento del total.
Si bien la tendencia es una buena noticia para los jugadores y sus representantes, no deja de ser inquietante para los clubes chilenos que ven cómo varios de sus principales referentes están en la órbita del fútbol azteca. El tema no es menor ya que un éxodo masivo no solo debilitará el campeonato local, sino que provocará una distorsión en la cotización de los futbolistas locales.
El fenómeno está por ahora en el ámbito de la teoría, pero no hay que descartar que las grúas mexicanas acentúen su interés por los jugadores chilenos. Especialmente a raíz del buen momento de la Roja, el baile que le dio al Tri en la Copa América Centenario y la rápida adaptación que tienen los futbolistas criollos. Un ejemplo: Edson Puch que Ecuador pasó a Mexico y a poco andar fue elegido el mejor jugador del campeonato.
Si la especie se confirma, los clubes chilenos estarán en aprietos ya que será cada vez más difícil retener a sus mejores jugadores y los relevos naturales, hasta ahora en una segunda línea de importancia, subirán su tasación. Será una presión inflacionaria evidente. En términos simples, si mañana un equipo X pierde a su goleador y lo mismo ocurre con un par de clubes más, hallar a los reemplazantes en el mercado interno será mucho más caro.
Vale la pena preguntarse si bajo este contexto conviene revisar la corrección a la baja de los extranjeros en el fútbol chileno. Cuando se estableció la norma de los siete extranjeros pareció un despropósito, una medida exagerada, atentatoria contra el desarrollo de los cadetes. Ahora, en cambio, se relativiza y regresa al terreno del debate. De hecho, en los clubes denominados grandes hay quienes sostienen que hay volver a permitir seis foráneos para no pagar sobreprecio por los jugadores chilenos de segundo orden.
Desde otra óptica, mirando el vaso medio lleno, el nuevo orden que impone el mercado mexicano podría favorecer el crecimiento de los jóvenes. Si hasta hace un mes los equipos se veían forzados a alinear a un sub 20, a futuro la inclusión de estos futbolistas podría seguir un curso natural, independiente a la norma existente. Ello, en un primer momento puede que afecte el nivel del campeonato pero en la mirada larga será un beneficio para sus clubes, selecciones menores y sus propias carerras.