¿Dónde le conviene jugar a Alexis?
Fue todo mucha alegría y harto cotillón para festejar como corresponde en Wembley. Arsenal ganó la Copa FA, lo que permitió un oasis de celebraciones en medio de una campaña magra. Sin embargo, lo cierto es que los Gunners no disputarán la Champions League en la próxima temporada boreal, pues no consiguieron la clasificación. Para Alexis Sánchez, cuyo leit motiv es codearse frecuentemente con la élite del fútbol europeo, esto puede ser un golpe letal.
Ahora, dicen en Inglaterra que Pep Guardiola empezó a mover todos los engranajes del Manchester City para que el tocopillano comparta camarín con Claudio Bravo durante la próxima temporada. Incluso se menciona hasta el monto de dinero que pagarían: 60 millones euros. El rumor surge justo cuando Arsene Wenger estaría dispuesto a ordenar que Arsenal, olvidando su infranqueable equilibrio económico interno, desembolse 290 mil euros semanales para que el chileno no los abandone.
Lo concreto es que en los próximos días Alexis estará definiendo su futuro. A la oferta del City se sumaría otro ofrecimiento en Inglaterra, el del Chelsea, comandado por el italiano Antonio Conte. El DT vio en vivo y en directo cómo en el Calcio el tocopillano se convirtió en un futbolista de clase mundial. El interés de Bayern Munich sigue vigente y el más deseoso de que llegue a Alemania es Arturo Vidal. Finalmente, recalar en el Paris Saint Germain o en la Juventus se vislumbra lejano (tanto como en su momento lo del Atlético de Madrid). Desde Francia e Italia la información en tal sentido ha sido muy poco contundente.
A la postre, la percepción es que el destino de Sánchez se resolverá entre la Premier League o la Bundesliga. Inglaterra y Alemania. Dos paraderos disímiles, con pros y contras en relación a lo que quiere y busca el chileno en la etapa siguiente de su carrera.
Alexis ya lleva tres años en la Premier. No era una apuesta sin riesgo cuando se instaló en Londres. Provenía del Juego de Posición del Barcelona (balón a ras de piso, abrir la cancha, atacar por las puntas, maximizar la rentabilidad del control orientado y el pase) y desembarcaba en un fútbol con otros tintes (evoluciones de defensa a ataque y viceversa ultra veloces, uso más o menos frecuente del pelotazo, muchas veces énfasis en la intensidad y el ritmo alto por sobre los contenidos técnicos y tácticos del juego).
Sin embargo, se ha adaptado plenamente. De hecho, acaba de cerrar su mejor temporada en Gran Bretaña: anotó 30 tantos en la temporada y fue el mayor goleador de su equipo. Su puesto habitual ha sido de extremo izquierdo, con algunas incursiones de centrodelantero. El flanco zurdo del ataque es su zona inicial de acción y posee harta libertad para el retroceso y la internación en la cancha durante la construcción. Así, no hay tanto roce, prevalencia de la contextura, ni tampoco balones viajando en altura. Se supone que de ir al City o al Chelsea, habría que olvidarse de la adaptación. Sería partir inmediatamente bien arriba en la curva de rendimiento.
Un fichaje en el Bayern genera alguna duda. Por supuesto que el fútbol alemán posee algunos tips que lo diferencian y también asemejan con el inglés. ¿Hay fortaleza física? Sí. ¿La velocidad y la contextura juegan un papel relevante? Sí. No obstante, hace mucho tiempo que la Bundesliga se introdujo en una vorágine de juego a ras de piso, predominancia del pase y del control orientado, atacar con tres delanteros y, en general, un culto a la pelota bien tratada y con buen destino. En ese contexto, Alexis no tendría ningún problema para insertarse. Además, los bávaros siempre están entre los mejores de Europa, cosa que el chileno anhela con desesperación en cada temporada.
Tal vez, la falta de competitividad interna puede ser un punto a desfavor para descartar a la Bundesliga como destino. Cuando comienza el torneo la única incógnita es saber cuántas fechas antes el equipo de Vidal va a dar la vuelta olímpica. En Inglaterra, el asunto es mucho más peleado. Hay mas simetría entre los contendientes. La equiparidad local hacia el alza futbolística potencia las cualidades individuales. Y este un factor que Sánchez no debe desconsiderar cuando defina su futuro.