CHILENOS POR EL MUNDO
Los nuevos destinos de los futbolistas chilenos en Europa
El Mota partió a Finlandia, un ex UC lucha en Suecia, mientras dos ex Palestino emigraron a Lituania y Chipre. Kazajastán y Azerbaiján también cuentan con embajadores.
Pablo González tiene 30 años, y una amplia trayectoria en el fútbol chileno. Hace unas semanas, mientras buscaba club, recibió un llamado inesperado: le ofrecieron firmar por el RoPS Rovaniemi, un club pequeño que milita en la primera división de Finlandia. Aceptó.
"Un representante argentino me dijo que tenía la alternativa. Le dije que no tenía problemas mientras lo económico y deportivo sea atractivo. Hablé con el DT (Juha Malinen) en inglés, luego hablamos por Whatsapp y está muy contento de estar conmigo", afirmó antes de partir.
El recorrido de González es uno que que cada vez más chilenos se atreven a hacer: firmar en destinos desconocidos, clubes inpronunciables, buscando cumplir el sueño de jugar en el extranjero y asegurar el futuro.
Cerca de Finlandia, Marko Biskupovic ya lleva un año en ese plan. El ex defensor de Católica milita desde la temporada pasada en el Kalmar. El anhelo es seguir quizás la ruta de Miiko Albornoz o Stefan Silva, dos nacionalizados chilenos que saltaron desde ahí a la Bundesliga y la Serie A.
Palestino exporta a Lituania y Chipre
Diego Oyarzún, en Lituania, piensa lo mismo. Hace un mes dejó Palestino y firmó contrato con el Zalgiris, club con el que disputó la fase previa de la Champions League. Su ex compañero de equipo Jason Silva, no dudó tampoco cuando surgió la posibilidad de firmar en el Apollon de Chipre.
"Es muy difícil llegar a Europa, así que es un salto importante y quiero hacer un buen año para asegurar un futuro. Es un sueño jugar la Europa League y si bien la liga no es tan competitiva, quiero realizar cosas importantes y hacer una carrera acá", confiesa el ex Colo Colo en entrevista con AS.
La aventura de Ignacio Herrera
En el limite geográfico-político de Asia y Europa, otros futbolistas chilenos también han encontrado su lugar. Uno de los embajadores actualmente es Ignacio Herrera, que militó primero en el FC Irtysh Pavlodar de Kazajastán y luego fue transferido al Nechti Baku, ex club de Nicolás Canales y José Luis Cabión, en Azerbaiján.
El propio Herrera le abrió la puerta a otro chileno: Matías Rubio, que milita desde el segundo semestre del año pasado en el Akzhayik. "La ciudad de mi equipo es chica y nos dan todo. Los extranjeros estamos en un hotel y nos pasan a buscar en buses para ir al entrenamiento. Acá conocí a un paraguayo con quien voy para todos lados", relataba AS hace un tiempo.
Son la otra cara de la legión chilena en Europa. Los que lejos de las grandes ligas, los contratos millonarios y el radar de la Roja, han extendido el mapa y han empezado abrir puertas en destinos que antes ni siquiera se mencionaban.