Arcos
¿Y si Chile no clasifica al Mundial?
Se acabó el margen de error, la cuenta de ahorro, la ganancia protegida. Chile debe ganarle a Ecuador, salir a buscar puntos ante Brasil y esperar que los de arriba enreden puntos. O jugarse la clasificación en un inédito repechaje contra Nueva Zelandia, donde la Roja es inmenso favorito.
Yo quiero que Chile vaya al Mundial. Usted quiere que Chile vaya al Mundial. No soy de los que pregonan que "ojalá no vayan al Mundial para hacer cambios". Menos podría decir "lo peor que le podría pasar a Chile es jugar su tercer Mundial consecutivo porque los jugadores se agrandarían". Las pinzas. Tampoco me sumo a los que ahora consideran que fue un error jugar con titulares la Copa Confederaciones o que la Copa América Centenario, que Chile ganó, terminó siendo perjudicial para el descanso de los jugadores. Pamplinas. Ganar esa Copa en Estados Unidos fue magnífico y jugar la Confederaciones y llegar a la final un lujo que merece aplauso.
Pero si Chile no va al Mundial, ¿qué pasaría?
Se revisaría la continuidad de Juan Antonio Pizzi y se establecería que esta no fue una buena clasificatoria en términos generales.
Se pondría la pelota contra el piso y se asumiría que el sistema del rosarino merece un remezón, no porque sea un mal entrenador o un tipo que no trabaje, sino porque la curva natural de rendimiento tal vez vaya en descenso.
Nos daremos cuenta que el recambio de jugadores se viene lento y lejos del nivel superlativo de esta generación de jugadores, para los amnésicos, la más ganadora y respetada internacionalmente de toda la historia de Chile.
Veríamos que los clubes no están sacando grandes proyectos, que se ha perdido una década de trabajo quitándole el énfasis a las divisiones menores, que la venta de jugadores muy jóvenes al extranjero termina siendo un buen negocio en lo económico pero con un costo en lo deportivo gigante.
Nos percataremos que el torneo local requiere, por favor, una reingenría severa. Quizás nos demos cuenta que siete extranjeros por club es demasiado, sobre todo cuando el nivel de la mayoría de ellos no es mejor que el de los chilenos, los jugadores de casa.
Algunos dirán que hay que echarlos a todos y que es hora de jubilar a los históricos, pero a esos no hay que pescarlos mucho.
Aparecerán elevando sus banderas los que aseguran que ellos predijeron esta catástrofe futbolística, pero nadie los quiso oír. A esos tampoco hay que pescarlos.
Los defensores de la mano dura dirán, quizás con algo de razón, que el jugador chileno se adapta mejor al régimen severo de entrenamientos.
Es decir, si Chile no clasifica al Mundial va a pasar lo mismo que si accede a Rusia 2018. Hay que revisar este proceso. Sí o sí.