Universidad de Chile
Pinilla se podría sumar a las polémicas sanciones de la U
La situación en que se vio envuelto el delantero el sábado, en Valparaíso, tiene los antecedentes de Sergio Vargas en el 97 y Sebastián Beccacece en 2016.
El hecho en que se vio envuelto Mauricio Pinilla el sábado en Valparaíso, en el que rompió la cámara de un reportero gráfico, y que además le puede acarrear un castigo deportivo importante, tiene antecedentes en la historia de Universidad de Chile.
Al hacer un rápido sondeo, los hinchas azules recuerdan inmediatamente dos emblemáticos. El primero de ellos, ocurrido en el Superclásico del 20 de abril de 1997 entre ante Colo Colo, partido que terminó igualado 1-1.
Tras el encuentro y molesto por los cobros del juez Salvador Imperatore, Sergio "Superman" Vargas pateó la puerta del camarín de los árbitros en dos oportunidades. "Sin vergüenza hijo de p...", espetó el portero, quien más tarde declaró que "no me acuerdo nada, no estaba dentro de mí".
"Esa vez me dieron una fecha porque tenían que darme algo. No estaba contemplado en el reglamento", recuerda ahora el actual comentarista deportivo. "No sé si será igual que la de Mauricio, algunos dicen que a partir de lo que yo hice se sentó un precedente para lo que ha sido el reglamento después" agregó.
El descontrol de Beccacece
La era de Sebastián Beccacece fue una de las más complicadas en la Universidad de Chile en materia deportiva, y uno de los partidos que más reflejó esto fue el clásico universitario del 27 de agosto de 2016.
Corría el minuto 41 y el juez Roberto Tobar cobró un claro penal a favor de la Universidad Católica por mano de Christian Vilches, lo que desató la furia del entrenador argentino.
Beccacece descargó su rabia pateando un refrigerador puesto a un costado de la banca azul por un auspiciador, acción que terminó con el artefacto destruido y en el suelo.
"Quiero pedir disculpas al público del fútbol, a los directivos de la U, a la institución, a la gente que vio la imagen. Cometí un error a través de una acción desmedida, un impulso que no corresponde. Acepto que me equivoqué feo. La mejor manera era asumir el error dando la cara”, expresó el técnico días después, asumiendo su responsabilidad por un hecho que le costó tres fechas de castigo.