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Pablo Guede la hizo. El que sale campeón siempre tiene méritos. Después podremos discutir la línea fina respecto al rendimiento de Colo Colo y de sus contrincantes. Pero hay un hecho indiscutible que es avalado por las cifras: los albos son justos campeones porque fueron el mejor equipo. Y en este aspecto, el trabajo del entrenador es una piedra sustancial.

Porque este Colo Colo de Guede es mucho más equilibrado que el del torneo anterior. Sigue con algunos ripios marcados. A los rivales más linajudos les pasó por arriba (goleó en los clásicos y a los escoltas) y se complica mucho con los cuadros que tienen una propuesta más conservadora. Al igual que en el torneo pasado le costó en el arranque, pero cuando encontró la hebra del equipo y del desempeño, el equipo casi no bajó su nivel en cancha.

El técnico argentino cerró el arco. Trajo un arquero de equipo grande con experiencia, como Agustín Orión. Recuperó a Zaldivia y cuando perdió a Meza, Felipe Campos cumplió con creces. Jorge Valdivia saca diferencias en el torneo local, siendo para muchos el mejor futbolista del campeonato. Baeza y Suazo van camino a una consolidación y pese a que Jaime Valdés no tuvo las luces de otros torneos, fue figura en partidos determinantes, partiendo por el duelo final ante Huachipato. Esteban Paredes cumplió con la cuota de seis goles. El punto de diferencia lo marcó Octavio Rivero. El uruguayo comenzó díscolo, con ganas de irse, castigado, no citado. Entre lesiones, suspensiones y otros accidentes volvió a jugar y lo hizo de un modo sobresaliente. Cuando Paredes no estuvo nadie lo extrañó, porque Rivero marcó distancia con goles, con juego, con potencia. Para mí, el jugador clave en la recta final.

El mayor mérito de Pablo Guede cuando dirigió Palestino fue su tono ofensivo y atreverse con futbolistas jóvenes como Darío Melo, Felipe Campos, Alejandro Contreras, Paulo Díaz, Leo Valencia. Dirigir a un grande es otra cosa, pero esa idea de proyectar jugadores no cesó en el trasandino. Con más o menos éxito jugaron Gabriel Suazo, Iván Morales, Benjamín Berríos, Jorge Araya, Ricardo Alvarez, Luis Salas, Branco Provoste. Cierto, varios ya habían debutado, pero acá jugaron más y no destiñeron.

Incluso el personaje-Guede estuvo algo más controlado. Ese que ve conspiraciones y manos negras en todas partes, se dedicó a hablar de fútbol sobre el final. Y de fútbol sabe.

Dirán que el torneo es discreto y puede ser. Dirán que con el plantel que tiene Colo Colo debió salir campeón antes. Y puede ser. Dirán que le falta un montón para pelear en copa libertadores y es obvio. Obvio. Pero en el análisis reciente, en el del título, Colo Colo fue el mejor. Y su entrenador crece en su profesión.