Los cambios tácticos en Colo Colo por la llegada de Carmona
La presencia del volante obligará a Guede a realizar ajustes en la alineación y en la forma de atacar y defender de los albos, en otra prueba para su labor de DT.
Contra todo pronóstico, luego de que la negociación se diera por fracasada, Carlos Carmona retornará en las próximas horas al país para convertirse en el segundo fichaje de Colo Colo con miras a la temporada 2018.
Finalmente, el DT Pablo Guede puede respirar con alguna tranquilidad por la incorporación del volante del Atlanta United, ya que le ofrecerá un panorama distinto en la mitad de la cancha, lo que sin duda influirá en las otras líneas del cuadro albo.
Carmona llega para actuar en su puesto de siempre: de volante central. En tándem con otro mediocampista, la mayoría de las veces ha cumplido el rol más estático: conserva la posición en el eje de la cancha para mantener el equilibrio y su eficacia en la marca y en la circulación del balón garantizan también la funcionalidad clásica y contemporánea del '6'.
Fuerte lucha por el puesto
Por ahora, no hay ningún indicio de que Guede vaya a modificar el sistema 1-3-4-1-2 de siempre. En ese contexto táctico, el coquimbano recala en el Cacique para disputar el puesto con Claudio Baeza y Jaime Valdés. Tres opciones para dos casillas de titulares.
El análisis simple indica que, tal vez, el sacrificado va a ser Baeza. Su perfil táctico es coincidente con el de Carmona y, si el DT albo opta por conservar la lógica de un '6' suelto (Valdés) junto a otro más contenido, el canterano y el nortino no actuarían en dupla. En este escenario, Baeza descendería a la línea defensiva, lugar donde mejor ha jugado en Colo Colo, gracias a su agresividad en la marca, velocidad en los cruces y lucidez para iniciar el juego desde atrás.
La dupla Carmona-Baeza
La otra posibilidad es que Guede opte la dupla Carmona-Baeza y Valdés asuma una función derechamente creativa. Inclinando hacia la izquierda y sin grandes obligaciones defensivas, que en su caso solo consisten en posicionarse en el lugar indicado delante de los zagueros en vista de su ADN creativo, Pajarito potenciaría la elaboración de juego de Jorge Valdivia. Además, por su gran disparo, enriquecería las armas ofensivas.
No parece descabellado a la luz de la carencia de delanteros, debido a las lesiones de Octavio Rivero e Iván Morales, por la falta de refuerzos en ofensiva y porque en el Transición el DT alienó solo con Esteban Paredes como atacante en algún instante. Una dupla creativa permanente, con Valdés y el Mago, es una opción real, ya que también aumentaría la incidencia en ataque de los carrileros (Óscar Opazo y Gabriel Suazo) al contar con amplio respaldo defensivo por la presencia de dos volantes centrales más contenidos.
Con el coquimbano y el canterano en la cancha, Colo Colo crecería en la recuperación pronta y adelantada del balón, lo que le permitiría no replegarse tanto al momento de custodiar su portería. El Reagrupamiento Defensivo probablemente se situaría desde tres cuartos de cancha hacía atrás, no haría al equipo tan reactivo en este aspecto y funcionaría más en línea con el modelo de juego histórico del club. Guede procuró respetar este perfil en su momento, pero la realidad en cada partido lo hicieron optar por una propuesta más cautelosa.