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Lo de Hoyos era insostenible

Pocas veces en la vida un entrenador dilapidó en tan poco tiempo un buen crédito deportivo y uno aún mayor de cariño popular como Ángel Guillermo Hoyos. Un título ganado viniendo de atrás ante Colo Colo, su hablar místico y sus peculiares comparaciones, ya no son suficiente para sostener una pesada carga de decepciones.

Los 16 goles en cuatro partidos son un número que retrata el desastre actual de la U. A eso hay que sumarle la poca claridad (¿o actitud?) que hubo en el Superclásico y la opacidad ofensiva ante Cruzeiro en Santiago. Todo suma, aunque en este caso, resta.

"En 10 días se nos dio vuelta todo", dijo Johnny Herrera. Nadie entiende por qué. La U es un lamento. Tal como lo dijo el propio Carlos Heller: "Es lo peor que me ha pasado desde que soy hincha de la U". Y eso que al máximo accionista de Azul Azul le tocó vivir el descenso a Segunda División la tarde del 15 de enero de 1989 en el Estadio Nacional.

El hincha azul está dentro de los más fieles y estoicos del mundo. Pero todo tiene un límite. El rendimiento de la U de Hoyos parece haber logrado lo que nunca antes nadie pudo: sacar de quicio a sus seguidores. La popularidad del ex técnico de la selección boliviana entre los fanáticos del Chuncho descendió a los niveles de Salvador Capitano y Manuel Pellegrini.

Son muchas vergüenzas seguidas. Papelones, desastres, hecatombes. Jamás a la U le habían anotado 13 goles en dos partidos. Logró que Unión La Calera, a ojos de un extranjero que sintonizaba el partido a la mitad, pareciera el Bayern Munich. Y el jueves abultó aún más la cuenta desastrosa de los equipos chilenos en el Mineirao. La diferencia es que los que anduvieron antes por allí perdían con el Cruzeiro de Ronaldo, Dida, Charles, Palinha, Boiadeiro y otros más, que eran animadores del Brasileirao.

Pese a que ni siquiera estuvo en el Mineirao, Ángel Hoyos es la cara visible de una de las peores crisis de la historia de Azul Azul. Su situación, con un 6-1 y un 7-0 a cuestas sobre una planilla como la de la U, era insostenible en cualquier lugar del mundo.