LA ROJA
Los pros y contras de zagueros de alta estatura en la Selección
Por ahora son el sello distintivo del ciclo de Rueda en Chile. Ha dado resultado en el caso de los goles de Maripán, pero conlleva riesgos que pueden ser determinantes.
Reinaldo Rueda está próximo a cumplir un semestre en la conducción de la Roja. De a poco, el DT colombiano le va otorgando visos de su modelo de juego a la escuadra nacional. Entre todos, lo más llamativo es su decisión estratégica de alinear en el centro de la defensa a zagueros que bordean el 1,90 metros de estatura.
Por ahora, la titularidad en ambos puestos recae en Enzo Roco y Guillermo Maripán. Mucho se ha hablado de los beneficios de contar con centrales espigados en la retaguardia, como los hombres surgidos en la UC. De hecho, Rueda justificó su decisión explicando el alto impacto favorable en la disputa de los balones aéreos, tanto en defensa como en ataque.
Sin embargo, más allá de los goles de cabeza anotados por Maripán ante Rumania y Serbia, el asunto reviste una multiplicidad de matices tácticos en el equipo. Chile gana en algunos planos futbolísticos con la presencia de dos ´torres' en el eje de la defensa. Pero también aflora un déficit sobre ciertos aspectos que, en contextos determinados de juego, puede adquirir crucial incidencia.
Beneficios
Frente a defensas muy cerradas producto de planes de acción conservadores, muchos partidos se resuelven a través de situaciones de juego aéreo. Con tal escenario, contar con defensores espigados y con un manejo óptimo del cabeceo resulta crucial.
Maripán, Roco, Igor Lichnovsky, Benjamín Kuscevic y Francisco Sierralta, los actuales zagueros centrales con la Roja en Europa, destacan nítidamente en este plano. Todos se empinan por sobre el 1,85 metros de estatura. Se imponen en su propia área y también frente al arco contrario.
Otra aspecto relevante también es la contextura de los hombres altos. Normalmente, superan los 85 kilos y en la lucha cuerpo a cuerpo esto puede resultar un factor determinante. La presencia física es mayor y se imponen por corpulencia, cuando lo que define la contienda es el volumen corporal por sobre otra variable.
Perjuicios
En la generalidad ocurre que los jugadores espigados no destacan precisamente por su ductilidad en el manejo del balón. La excepción en la historia más o menos reciente de la Roja es Elías Figueroa, un zaguero de gran envergadura y con excelente técnica individual. Pero la norma establece es que con defensores más altos se pierden cuotas de claridad en la salida desde atrás.
Así puede suceder en la Selección con tal perfil de centrales. A ello se agrega una disminución significativa en la velocidad reactiva y en distancias cortas. Las extremidades más largas ocasionan que el inicio de la acción sea más pausado, lo que delanteros explosivos y de zancadas cortas pueden aprovechar, sacando ventaja en dirección hacia el arco chileno.
Por último, surge también otros aspecto, que se encuentra relacionado con lo anterior. A los zagueros altos les cuesta ante equipos que se imponen por manejo y circulación veloz del balón. Suelen llegar a la marca cuando la pelota ya salió hacia otro oponente. Ese retraso, ante un equipo tocador (en el caso de Sudamérica, Argentina, Brasil, Perú y Colombia, por ejemplo) es fatal. Se generan espacios que, bien aprovechados, pueden dejar a los atacantes de cara al arco nacional.