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Vera

El carro de la victoria, las faltas de respeto y las volteretas

Porto Alegre
El carro de la victoria, las faltas de respeto y las volteretas
ANDRES PINA/PHOTOSPORT

"Los jugadores no respetan tan fácilmente a un DT por el solo hecho de ser el jefe. Rueda, al menos en este inicio, parece haber dado un gran paso en ese sentido". "El sello Rueda va mucho más allá del trabajo en cancha. Logró convencer a los futbolistas, algo que otros no consiguieron con años de trabajo".

Ambas frases pertenecen a una columna del 28 de marzo del 2018 tras la primera gira de Chile bajo el mando del colombiano. Me tocó cubrirla y aquel día describí mi percepción del DT:  un toque nuevo, un trabajo minucioso, donde el resultado inmediato no era lo más preponderante.

Ensayo y error, con todo lo que eso causara en el exigente medio, debía ser la consigna en la larga lista de amistosos. Había que abstraerse de los resultadistas, de los que pensaban que esta selección debía ganar todo simplemente por que sí, sin ver más allá ni analizar nada más que lo que dice el marcador final.

En aquel texto de hace 13 meses también se especificaban trabajos poco habituales que realizaba el cuerpo técnico y que sorprendieron, incluso a los de más experiencia. Había terapias individuales y grupales y una de las sesiones, por ejemplo, consistió en descubrir cuál era el sentido más desarrollado de cada uno de los jugadores. Algunos respondieron que les acomodaba escuchar, otros eligieron tacto u observar. A partir de ahí, se buscaba estrechar el lazo y el vínculo dentro del campo de juego.

Había detalle, había un objetivo, había convicción. Los resultados en los duelos previos a esta Copa América fueron buenos y malos, se jugó bien, mal y pésimo, pero había que entender que todo era parte del proceso. Esa es una palabra manoseada, que no gusta en este fútbol donde solo la inmediatez parece valer, pero que en este caso estaba más que justificada. Chile no tenía competiciones oficiales en un año y medio. El tiempo, un bien siempre escaso, acá abundaba.

A Rueda se lo trató de flojo, de débil, que le hacían el equipo, que no mandaba. Una serie de palabras irresponsables que pasaron a transformarse en una verdad absolutamente falsa y sin ningún sustento. Frases para ganar seguidores en Twitter o para transformarse en alguien con un perfil polémico sin importar el cómo.

Hoy, toda esa ruta llena de baches, de equivocaciones y de aciertos está rindiendo frutos. La mano del DT se nota y eso nadie puede negarlo, ni el más anti Rueda. Hace un mes y medio la gran discusión era la ausencia de Bravo y Díaz. Hoy, todos hablan de una posible tercera final consecutiva y del notable rendimiento de Pulgar.

"Díaz no está ni estará... Más allá de versiones extrafutbolísticas sobre su ausencia que son incomprobables, lo único concreto y verídico es que no le agrada al DT. Y eso es parte de su potestad como seleccionador. Pensar en otra cosa que no sea táctica es faltarle el respeto a un entrenador con amplio y exitoso currículum: campeón de Libertadores, dos Mundiales y finalista de Sudamericana. Además, no es que no haya nadie capaz de suplirlo. Hace dos temporadas que Erick Pulgar brilla en la Serie A, una liga inmensamente más competitiva que la de Argentina".

Esto último es parte de otra columna. La escribí el 12 de marzo del 2019. Yo no me subí al carro cuando ya había partido.