El triste regreso de Vera desde Grecia: "Todo fue muy injusto"
Tenía contrato por dos años en el OFI de Creta, pero un problema administrativo lo obligó a dejar el club. "La gente allá estaba de muerte", cuenta.
Jaime Vera no logra ocultar la decepción en el diálogo con AS, tras regresar desde Grecia hace solo unos días. El entrenador chileno se vio obligado a finalizar su vínculo con el OFI de Creta, ya que la UEFA no le otorgó la autorización para continuar dirigiendo en la primera división del fútbol helénico. Tenía contrato por dos años más junto al DT ayudante Alejandro Hisis e incluso ya habían planificado la pretemporada, luego de 'salvar' al cuadro insular del descenso en la Superliga griega durante el primer semestre.
"Me tuve que venir. La UEFA no me reconoció los años de trabajo. Ellos argumentaron que a mí me falta un año de trabajo en Primera División para completar los cinco que corresponden y así poder quedarme. No me validaron los dos años que pasé por la Selección. Les dije que todo fue muy injusto, porque yo había dirigido la Selección y que no podía llegar a una selección nacional sin tener el título clase A. Sin embargo, ellos no me dieron el permiso de trabajo. Dejamos dos años de contrato. Fue todo un problema", cuenta Vera, quien en febrero dejó Curicó para volver ahora como DT al club donde fue gran figura hace casi tres décadas.
-¿Pero las puertas les quedaron abiertas, a raíz de la buena campaña?
-Absolutamente. Nosotros cuando llegamos, el equipo se estaba yendo a segunda y lo salvamos con todos los problemas que había en el club. Problemas de plantel, de jugadores, la cosa no estaba bien. Nos costó, pero cuando agarramos el hilo, el equipo empezó a jugar mejor y al final terminamos bien. La gente de allá quedó muy contenta. En términos generales, la recepción de toda Grecia hacia nosotros fue muy buena. Dijeron que le cambiamos la cara al equipo, que proponía, lo que no hacía antes, solo esperaba. Eso a nosotros nos dejó muy felices. Sí, todavía hay mucha repercusión en la isla. La gente estaba de muerte.
-¿Sabía que podría tener ese problema con la autorización para dirigir cuando partió?
-No, y si hubiera sabido no me hubiera ido. Tenía contrato con Curicó y estaba muy feliz en el club. Habíamos formado un buen equipo para este año. Si hubiera sabido, me quedo acá en Chile. Tomamos el riesgo y fue una bonita experiencia. Al final dejamos las puertas abiertas, de todas maneras.
-Por lo menos la experiencia sirvió para mostrar su trabajo.
-Tenía un contrato largo, pero me vine con absoluta tranquilidad. Ni ellos en el club ni nosotros pensamos que nos iba a pasar esto. Hasta el último día antes de venirme había esperanza. De acá de la ANFP hubo dos dirigentes y un abogado que certificaron que yo había dirigido la Selección chilena para que la UEFA viera que no estaban hablando con cualquier entrenador. Pero a los entrenadores sudamericanos les hacen muchos problemas la gente de la UEFA.
-¿Cómo reaccionó la gente del club con la decisión de la UEFA?
-Quedaron muy golpeados, porque el proyecto estaba en marcha y va a seguir en curso. La idea era armar un equipo más competitivo y se venían cosas bonitas. El equipo por estos días se va de pretemporada por tres semanas a Holanda. Todo lo que habíamos planificado, lamentablemente, no lo vamos a poder realizar nosotros.
-¿Qué va a hacer usted ahora?
-Mira, ya estoy de vuelta. Espero opciones de trabajo, porque tengo que volver a trabajar. Fueron casi seis meses afuera y tengo que tratar de reinsertarme en el medio otra vez. La idea es en un tiempo cumplir los requisitos de la UEFA y tratar de volver. Seguramente, allá van a contratar otro técnico, porque no pueden esperar tanto tiempo.
-¿Fue muy engorroso el trámite ante la UEFA para lograr la autorización?
-Tuve una reunión de casi de dos horas y media con ellos. Me preguntaban quién era, dónde había hecho los cursos, de dónde venía, qué equipos había dirigido. Después de eso me llevaron a la cancha a hacer una clase. Eso no fue impedimento, fue que no me reconocieron un año de trabajo en la Selección y así, según ellos, no cumplía los requisitos. El título me lo reconocieron, no hubo problemas con los diplomas ni nada de eso. Les dije que acá en Sudamérica no había más, no había más cursos. Les conté que en forma personal había gastado plata para viajar y poder perfeccionarme de forma individual.