La cronología del partido más especial de Salas en Colo Colo
La felicidad de Mario Salas después del pitazo final ante la U fue evidente. En el estacionamiento, cuando se iba del Monumental, fue aplaudido por hinchas.
Pocas veces se vio a Mario Salas tan feliz en Colo Colo. El pitazo final, que sentenció el triunfo ante la U en el Superclásico, provocó un desahogo evidente del entrenador. Porque tiene claro que esa victoria en el Monumental, para él, significa mucho más que la extensión de una racha.
El entrenador les pidió concentración a los jugadores desde el minuto cero. Al comienzo dio resultado. Pero antes de los 15 minutos, otra vez, el rival abrió la cuenta. El DT mantuvo la calma: miró al piso y caminó por al frente de su banca.
Cuando faltaban seis minutos para el descanso, Salas aprovechó una detención para llamar a Gabriel Suazo. Le dio nuevas instrucciones. Sin embargo, en los segundos siguientes, el volante sacó su peor versión: falló un cambio de frente y desperdició un gran desborde de Pablo Mouche por la izquierda.
Como si el llamado hubiese sido una maldición. Pero Salas nunca se desesperó. Ni siquiera cuando algunos hinchas pedían su renuncia mientras caminaba al túnel en el entretiempo, o ni siquiera cuando miraba fijamente al público que lo insultaba en el ingreso a la cancha para el segundo tiempo.
Jaime Valdés fue su gran esperanza en el complemento, y el escenario cambió rápidamente. Mouche otra vez asistió a Suazo, y el volante esta vez no falló. Fue la revancha del primer tiempo. Aunque eso, quizás, ya no importaba. La fórmula comenzaba a dar resultados. El entrenador se sacó el polerón, aplaudió y arengó a sus dirigidos, y cruzó los brazos.
Más tarde llegó el gol 216 de Esteban Paredes, y el resto de la historia es conocida. Salas aprovechó la euforia de todos para dar instrucciones y lo vivió con la misma tranquilidad siempre. Hasta que el 3-2 de Julio Barroso, que llegó cerca del final, provocó la locura máxima del DT, quien corrió muy rápido al camarín. Desapareció.
Mario Salas fue el último en sumarse al homenaje de Esteban Paredes: cuando el resto ya estaba en la tarima para tomarse fotografías, el técnico apareció desde el mismo túnel. Saludó a casi todo el plantel. Uno por uno, con un apretón de manos. Como un compromiso recién cumplido.
En el estacionamiento del plantel, y justo antes de partir del Monumental, Salas recibió múltiples aplausos. Al mismo DT que dos horas antes habían insultado y habían pedido su salida, ahora lo saludaban y le pedían fotografías. Él sonreía y agradecía... porque aunque en conferencia de prensa dijo que el récord de Paredes era lo único que importaba, ya estaba por terminar su tarde más especial en Colo Colo. Y la tenía que disfrutar.