“Estuve en un hotel y era el único huésped": la ruta de un chileno entre Francia y Alemania
Emil Feuchtmann es uno de los históricos del balonmano chileno. Por estas semanas, junto a su pareja y su hijo, aguanta las dificultades de Europa: "Hay histeria", cuenta.
Emil Feuchtmann es chileno y tiene 36 años. El 2003 dejó el país, y partió a Europa a cumplir su sueño: transformarse en un jugador profesional de balonmano. Casi dos décadas más tarde, el histórico de la Selección vive días “desconcertantes” con la propagación del coronavirus.
El mayor de los hermanos Feuchtmann vive en Francia. Allí defiende al Grand Nancy Metropole, que no juega un partido desde hace dos semanas: “¿Cuándo está programado el regreso? No se sabe. Yo creo que la liga se va a terminar”, cuenta en diálogo con AS.
Las horas en Francia son difíciles: “Las calles están vacías. Nadie puede salir, a menos que tenga un salvoconducto por trabajar en servicios básicos, o para ir a comprar”, explica el chileno. Francia declaró “una guerra sanitaria” contra el coronavirus y decretó 15 días de aislamiento obligatorio.
Feuchtmann partió antes de esa medida: viajó a Herzogenaurach, Alemania. Su pareja trabaja ahí, y ambos tienen doble nacionalidad. El trayecto alcanza cerca de 500 kilómetros, en alrededor de cuatro horas y media: “Estaba lleno de camiones en la carretera por el suministro de alimentos”.