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Entrevista AS

Cinco meses sin sueldo, un kiosco y un año parado: la dura carrera de figura de Cobresal

Con 33 años, Leandro Requena encontró su gran oportunidad en Primera División. Los mineros confiaron en el jugador que tuvo una sacrificada vida antes de llegar a este presente.

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Con 33 años, Leandro Requena encontró su gran oportunidad en Primera División. Los mineros confiaron en el jugador que tuvo una sacrificada vida antes de llegar a este presente.
ANDRES PINA/PHOTOSPORT

Con 33 años, Leandro Requena encontró en Cobresal la gran chance que esperó a lo largo de toda su carrera. Gustavo Huerta confió en el argentino para defender el arco minero y él ha aprovechado la oportunidad con creces.

A pesar de no haber jugado todos los partidos del certamen, el trasandino es una pieza importante del cuadro que pelea por un cupo a la Copa Sudamericana. Requena valora lo que vive en El Salvador, porque durante toda su vida profesional luchó para conseguir una opción en el fútbol.

- ¿Qué balance realiza sobre la temporada de Cobresal hasta ahora?
- Considero que podríamos estar unos puestos más arriba del que estamos. Creo que la gran deuda que por ahí tenemos es mantener la regularidad que hemos tenido poco, pero en líneas generales la campaña no ha sido mala, quedan varios puntos en juego y trataremos de llegar a una copa. Dejamos pasar muchas chances y eso por ahí es lo que más nos duele en este momento.

- ¿Por qué cree que no han podido lograr regularidad?
- Nos ha costado cuando nos hemos acercado a zona de copas, cuando hemos tenido partidos para afianzarnos y ganar confianza. Hemos tropezado y eso nos ha quitado confianza por momentos. Pasa por no poder aprovechar dar ese salto, pero por suerte todavía estamos en la pelea.

- ¿Es algo mental?
- Puede ser, en este juego de equipo es muy difícil estar al ciento por ciento siempre, es difícil encontrar una regularidad, incluso los equipos de arriba también han tenidos sus bajones y por la buena cosecha de puntos han logrado mantenerse. Eso nos ha faltado, cosechar dos o tres triunfos seguidos para dar el salto.

- Despidieron el 2020 con un buen triunfo ante Universidad de Chile. En entrevista con AS, su compañero Pablo Cárdenas señaló que vio al equipo de la U muy cansado. ¿Concuerda con él?
- Sí, sobre todo después de los 15 minutos del segundo tiempo. Se notó una merma física del rival seguramente por ir a buscar constantemente y creo que fuimos inteligentes para poder mantener los tiempos y la intensidad del partido.

Cinco meses sin sueldo, un kiosco y un año sin jugar 

-¿Se acostumbró a la vida en El Salvador?
- Sí, gracias a Dios. Nosotros con mi mujer somos de un pueblo muy tranquilo en Argentina (Malagueño, Córdoba) y estamos acostumbrados a la tranquilidad. Estamos cómodos, la gente es súper amable, nos tratan con mucho respeto y cariño igual que toda la gente del club. En cuanto al Covid lo hemos pasado muy tranquilo. La gente de Codelco creo que maneja la seguridad sanitaria acá y nunca hubo muchos casos como para preocuparse.

- ¿Ha cambiado mucho su vida familiar por tantos partidos seguidos?
- Sí. Además, súmale que cuando nos toca viajar tenemos que ir primero a Caldera y después el vuelo y a la vuelta tres horas para subir a El Salvador. Gracias a Dios tengo una mujer de fierro en casa y se banca a los nenes que son bastante intensos. Lógicamente ella se lleva la peor parte.

- Con 33 años encontró una buena oportunidad en Primera División fuera de su país. ¿Cómo calificaría su año en Chile?
- Es lo que siempre anhelábamos con mi mujer. Desde muy chico que estamos juntos y siempre tuvimos la ilusión de venir a Chile porque he tenido compañeros y amigos que me habían hablado muy bien del país, por eso se disfruta mucho más. Obviamente estoy agradecido a toda la gente que hizo posible que yo esté acá.

- Su carrera ha estado marcada por el ascenso de su país, que económicamente está muy golpeado. ¿Tuvo que trabajar en otros rubros a lo largo de su carrera?
- Sí. El país en general está golpeado, pero en el ascenso se sufre mucho más. Cuando éramos más jóvenes y todavía no habían llegado los nenes, teníamos un Maxikiosco (almacén) que lo trabajábamos los dos y cuando yo me iba a jugar a otros lados lo manejaba mi señora y lo tuvimos un par de años. Uno se la rebusca como puede porque la realidad de Argentina económicamente está mal. El jugador del ascenso es muy sacrificado, podrás escuchar miles de historias. Algunos manejan taxi, Uber o hacen cosas para tratar de solventarse porque pasa que a veces el club no te paga y se hace difícil mantener una familia.

- ¿Sintió que no iba a llegar a Primera División?
- Sí, siempre pasa por la cabeza el hecho de que van pasando los años y nunca aparecía la posibilidad. Uno ve que se va poniendo grande pero estoy eternamente agradecido a todos los que hicieron posible de disfrutar en una gran institución como Cobresal y de jugar en el fútbol chileno porque siempre fue un anhelo personal. Además, está el tema de la presión que uno tiene porque sabe que carga con mayores responsabilidades cuando tienes familia. Uno siempre sueña con que sus hijos el día de mañana puedan tener su propia casa, de darles todo lo que puedan necesitar y se va haciendo complicado cuando no tienes oportunidades y cuando los clubes no cumplen con los contratos. Se hace difícil proyectar una vida.

- ¿Le tocó estar muchos meses sin cobrar su sueldo?
- Sí (risas), muchos años…

- ¿Cuánto fue lo máximo que no recibió su salario?
- Lo máximo que estuve sin cobrar fueron cinco meses. El kiosco ya la habíamos vendido porque pensábamos que habíamos dado un salto importante y creíamos que iba a encaminarse todo pero no fue así. Uno trató de sobrevivir con los pocos ahorros que tenía y después aparece gente que está para darte una mano. Algún familiar, algún amigo permitió que no nos faltara nada. Pudimos salir adelante gracias a todos ellos.

-¿Pensó en dejar el fútbol y dedicarse a otra cosa?
-Sí, también me tocó cuando más chico. Estuve casi un año sin jugar por problemas de papeles y en ese momento sabía que si no encontraba un club en este puesto tan ingrato iba a ser difícil que pudiera continuar mi carrera. Hubo un momento en que pensé en dejarlo y ya teníamos el negocio, entonces con mi señora hablamos y dijimos que si en ese mercado de pases no aparecía nada, lo iba a dejar para dedicarnos exclusivamente al comercio.

-¿A qué se refiere con esos 'problemas de papeles'?
- Cuando fui a Uruguay, tuve que volver por falta de pago y automáticamente quedé inhabilitado para jugar en el fútbol argentino hasta el siguiente mercado de pases.

- ¿Dejó de entrenar?
- No, porque todavía tenía contrato con Talleres y me dio permiso para entrenar con el primer equipo por más que no podía jugar en ninguna de las divisiones oficiales del club ni en el primer equipo.

- ¿Cómo es su situación contractual con Cobresal?
- Es hasta la finalización del torneo. Obviamente mi deseo es continuar si está la posibilidad. Tengo entendido a través de mi representante que hay algunos acercamientos, pero todavía nada formal y trato de no enfocarme en eso todavía. Nos estamos jugando cosas importantes y hay que enfocarse en eso.